Cuentas Claras

Entreguismo y saqueo, sexenio tras sexenio

2006-07-01

Así como Bush no debe decidir el rumbo del planeta, así Fox no debe tampoco decidir...

                                                  Cifras de Espanto; 14a. de 22 partes

En este contorno privatizador de la economía mexicana lo más lamentable de la gestión del presidente Fox, es su disposición a servir primero a los intereses del sector privado nacional, al de los organismos internacionales y empresas transnacionales, antes que salvaguardar los intereses de la Nación. En ninguna de sus acciones como presidente le hemos visto una actitud a favor de México delante de los empresarios o respecto de peticiones de otros gobiernos extranjeros, como servilmente se ve su preferencia y sumisión a los Estados Unidos, especialmente en la última semana de 2003, cuando permitió que policías norteamericanos - realizaran actividades de vigilancia y seguridad en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.

Al respecto y en relación con este mismo tema, Jaime Martínez Veloz, en el periódico La Jornada, hace un recuento de los hechos más relevantes y vergonzosos que ha realizado el gobierno federal a cargo de Fox:

1. "Ha presionado al Congreso de la Unión para reformar los artículos 27 y 28 constitucionales, con el propósito de entregar a corporativos trasnacionales el consumo de energía eléctrica de las empresas que facturan 60 por ciento de los ingresos totales de la Comisión Federal de Electricidad".

2. "Ha entregado concesiones, territorio, activos, costas y recursos de Baja California a compañías trasnacionales para instalar plantas de generación eléctrica y regasificadoras con el objeto de abastecer los requerimientos energéticos de Estados Unidos en California".

3. "Firmó la minuta 307 para adicionarla al tratado de Aguas y Límites de 1944, que obligaba a México a entregar 739 millones 800 mil metros cúbicos de agua a más tardar el 31 de julio de 2001".

4. "Permite que policías estadounidenses operen en nuestros aeropuertos, convirtiéndolos oficialmente en sucursales de la CIA y el FBI. La lucha antiterrorista es el pretexto del gobierno de Estados Unidos para asumir el control de la política migratoria desde territorio mexicano. La seguridad nacional mexicana está hoy en manos del gobierno estadounidense con la incondicionalidad y complicidad de nuestros gobernantes".

Fox desprecia la legitimidad del voto de los mexicanos y ha entregado decoro, dignidad y soberanía nacional a cambio de congraciarse con su homólogo estadounidense, quien sigue enojado porque el pueblo de México repudió la criminal invasión a Irak.

En este sentido habría que recordarle al presidente el texto del artículo 108 de la Constitución, párrafo segundo, que dice textualmente: "El Presidente de la República, durante el tiempo de su encargo, sólo podrá ser acusado por traición a la patria y delitos graves del orden común." ¿No son acaso sus actitudes y las dispensas que hace al país vecino una traición a la patria?

Por traición entendemos, según el diccionario: el delito cometido por civil o militar que atenta contra la seguridad de la patria; la cometida contra la soberanía o contra el honor, la seguridad y la independencia del Estado.

ANTECEDENTES DEL SERVILISMO PRESIDENCIAL

En una nota de hace más de 9 años, leí el siguiente texto, de alguna manera esa publicación la tomé como una seria advertencia en aquel entonces y aunque también con escepticismo e - incredulidad.

Incluiré ese artículo dentro de esta crónica para ponerlo a su consideración y reflexión. No harán falta mayores comentarios después de que usted lo haya leído. Tal vez resulte como una explicación o respuesta a muchas de las interrogantes que hoy tenemos sobre el futuro de nuestro país. El autor es Víctor Rodríguez Padilla, de la División de estudios de Postgrado, Facultad de Ingeniería, UNAM, tomada del periódico El Financiero, Vienes 1 de Diciembre de 1995.

"¿CUÁNDO CEDERÁ MÉXICO EL PETRÓLEO A ESTADOS UNIDOS ? "

En 1924 Richard Lansing, secretario de Estado de la Unión Americana, respondió de la siguiente manera al externar su opinión sobre la relación de su país con México:

"México es un país extraordinario, fácil de dominar, porque basta con controlar a un solo hombre: el presidente. Tenemos que abandonar la idea de poner en la presidencia a un ciudadano estadounidense, ya que esto llevaría otra vez a la guerra. La solución necesita más tiempo: debemos abrir a los jóvenes mexicanos ambiciosos las puertas de nuestras universidades y hacer el esfuerzo de educarlos en el modo de vida americano, en nuestros valores y el respeto al liderazgo de Estados Unidos. Con el tiempo esos jóvenes llegarán a ocupar cargos importantes, finalmente se adueñarán de la presidencia; entonces, sin necesidad de que Estados Unidos gaste un centavo o dispare un tiro, harán lo que queremos, y lo harán mejor y más radicalmente que nosotros".

Posteriormente al relato de esta escena en la reseña, el ingeniero Rodríguez Padilla
comentaba, en aquel entonces, diciembre de 1995:

"Pero resulta que nuestros últimos presidentes abiertamente pro estadounidenses no han ofrecido el petróleo a los vecinos del norte en bandeja de plata. Cierto, con la apertura económica y la negociación del Tratado de Libre Comercio, Carlos Salinas cedió en varios puntos importantes, pero rechazó el otorgamiento de concesiones o contratos petroleros. Ernesto Zedillo ha mantenido la misma postura que su predecesor. Sin embargo, para dar alivio temporal a las presiones de privatizar PEMEX y los yacimientos, las cuales se ampliaron durante la última tormenta financiera y la negociación del paquete de rescate por casi 50 mil millones de dólares, el presidente desempolvó las propuestas de abrir la industria del gas natural y vender las plantas petroquímicas.

¿Por qué tanta resistencia? se preguntan en Estados Unidos; si tarde o temprano se abrirán completamente; ¿por qué no hacerlo desde ahora? ¿Hasta cuando durará el suspenso?"

Ésta era una seria y oportuna advertencia. ¿Qué le parece? ¿Será que la profecía de Lansing, 80 años después se ha cumplido? ¿Fue Zedillo o es Fox?

Así como Bush no debe decidir el rumbo del planeta, así Fox no debe tampoco decidir el futuro de México sin petróleo. A eso nos opondremos siempre y trataremos de revertir las cesiones inconstitucionales que éste y otros gobiernos han hecho a particulares con intereses ajenos a los de la Nación. Trataremos de impedir más privatizaciones y que la economía del estado se siga desgajando en las áreas estratégicas de producción de energéticos.

Lo que nos queda muy claro del balance y las cuentas de las privatizaciones es que éstas han sido nefastas y ruines para el país. Prácticamente y sin exagerar es la razón de la quiebra virtual en la que se encuentra la Nación. Nada más es cuestión de hacer las cuentas de las cantidades que de la hacienda pública se han destinado al pago del FOBAPROA (primero) y al IPAB (después) durante los últimos 9 años. Para muestra basta con el presupuesto que con este fin se tiene designado para este año: cerca de 200,000 millones de pesos.

El Congreso de la Unión no debe permitir que esta corriente privatizadora que se gesta en el gobierno siga con estas intenciones y que pase por encima de la Constitución. México tiene que despertar después de este asalto a la democracia por su ingenuidad. Este episodio hay que reconocerlo como una experiencia democrática para alcanzar la madurez y poder llegar finalmente a satisfacer nuestros ideales como Nación. Para volver a ser un país libre y soberano, y no un país dependiente y sumiso a los demás, mucho menos estar en manos de un solo sector como el privado ni sometidos a los inversionistas extranjeros cediéndoles nuestra riqueza y patrimonio soberano como los energéticos, la electricidad o nuestras costas y litorales.

Mucho menos debemos aceptar que la rectoría del estado sobre la economía se extranjerice. La luz y el petróleo son y deberán seguir siendo propiedad absoluta de la Nación así como las actividades conexas, cooperativas, operativas, administrativas, financieras, comerciales y todas aquellas que puedan representar un beneficio directo para las paraestatales y que no tengan razón para delegarlas, subarrendarlas, subcontratarlas, o cualquiera otra contraria a lo establecido en nuestra Constitución Política. El beneficio de estas dos industrias nacionales no tiene porqué compartirse o cederse nada más porque sí ¿Por qué motivo han de dejar de hacer y producir?

Menos debemos aceptar que ese grupito de empresarios siga enriqueciéndose con el dinero de la Nación y sin poner un solo centavo, como lo hacen ahora con los CSM que todos sabemos que son inconstitucionales; pero que al mismo tiempo les sirven a las empresas como trampolín para apalancarse y financiar las obras o concesiones que les conceden estos contratos; a sabiendas que no cuentan con capital para financiarlas pero que sutilmente, con el aval del gobierno, lo consiguen fácilmente. De tal forma, ni PEMEX, ni la CFE, ni los contratistas tienen dinero. Solo que los empresarios son más hábiles y sagaces para conseguir el capital y autofinanciarse. Sólo por esta capacidad en el tejido y manejo de las finanzas se llevan la mayor parte del pastel con estas dos paraestatales. Algunas veces como contratistas, otras como intermediarios o maquiladores, o incluso como financieros; pero siempre salen ganando sin arriesgar nada.

Por ello debemos percatarnos de la realidad y no permitir una sola más de las propuestas privatizaciones o intentos similares que no tienen otro fin más que satisfacer un plan preconcebido en contra de la Nación para beneficio de los privatizadores, en lugar de que pensemos y exijamos la eficiencia y excelencia de la planta productiva que tenemos en torno a las empresas paraestatales. Ya basta de seguir enriqueciendo a la casta de empresarios que se han apoderado de la economía de México muy sigilosamente y cuya riqueza y nombres no son un secreto. Algún día sus fortunas tendrán que ser auditadas y entonces pagarán todos sus impuestos



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