Huesped

Responsabilidad social

2007-11-12

Una de las principales virtudes de los mexicanos es precisamente su solidaridad, entendida...

Mauricio Rossell, El Universal

Las maravillosas muestras de solidaridad exhibidas en los últimos días por los mexicanos en apoyo a nuestros hermanos tabasqueños y chiapanecos en desgracia nos hacen recordar el papel determinante que han tenido históricamente los ciudadanos en la solución de los problemas colectivos críticos del país.

Una de las principales virtudes de los mexicanos es precisamente su solidaridad, entendida ésta como una actitud personal derivada de la justicia y fundamentada en la igualdad que nos permite ser conscientes de la realidad y el destino común que compartimos con nuestros conciudadanos, y que nos obliga a hacernos responsables de los problemas de los demás y, asimismo, a afrontarlos unidos.

Lamentablemente sólo acostumbramos echar mano de este atributo en momentos de emergencia, como los que hemos vivido estos días; la demás parte del tiempo, parecemos olvidarlo.

Y mucha culpa de ello lo tiene la preeminencia en el país de un modelo neoliberal, cuya premisa fundamental de laissez faire, laissez passer se contrapone frontalmente al ejercicio de la solidaridad.

Mientras el liberalismo aboga a favor de la pasividad, del aislamiento, de la indiferencia e incluso del individualismo, e impone una dinámica de competencia y permanencia feroz contraria a todo principio de justicia y sobre todo de igualdad, la solidaridad social plantea la corresponsabilidad y colaboración de manera desinteresada de todos los ciudadanos para la consecución del bien común.

Para el modelo neoliberal de mercado "todo se vale" con tal de mantenerse y triunfar; poco importa el impacto que en el largo plazo puedan tener las decisiones que se adopten. Esa forma ligera y miope de ver las cosas se manifiesta ya en los problemas del calentamiento que hoy sufre el planeta. Otras cosas serían si viéramos al mundo desde la lupa de la solidaridad y de la responsabilidad social.

Ver el mundo desde esa óptica supondría asumir una actitud activa, perseverante, constante de compromiso a favor de aquellos con quienes compartimos un origen y un destino común, con el propósito de lograr la construcción de escenarios colectivos de futuros más alentadores.

Implicaría impulsar el desarrollo a partir de una visión colectiva de comunicación, distribución, reparto y multiplicación de los bienes colectivos en beneficio común que nos permita devolverle a nuestra sociedad algo de lo que nos ha dado.

Significaría replantear la responsabilidad social de las empresas y de los empresarios para hacer frente a los graves problemas que aquejan al país (pobreza, hambre, carencias en materia de educación, violencia, desorden social, pérdida de valores y principios, corrupción, etcétera), y hacerlos conscientes de que las acciones de naturaleza social no son un gasto sino una inversión capaz de generar ganancias y utilidades, en algunos casos en el corto plazo y, en los otros, en el mediano o largo plazo.

Pero para ello necesitaríamos además cambiar la visión de los empresarios y convencerlos de la importancia de atender ya no sólo a la planeación estratégica, sino también y de manera fundamental tomar en cuenta la proyección social de los beneficios reales de sus actividades en los individuos y en la comunidad en su conjunto.

Los empresarios tienen que entender, como ya lo han hecho los ciudadanos, que una empresa, al igual que una sociedad, sólo logrará ser la mejor cuando además de conseguir los objetivos empresariales sea capaz de aportar beneficios a los individuos, a su entorno y a su país. Cuando su empresa sea apta para integrarse en la comunidad de la que forma parte, respondiendo con la sensibilidad adecuada y con acciones sociales oportunas a las necesidades que se le planteen, atendiéndolas de la mejor forma posible y equilibrando sus intereses con los de la sociedad.

Estoy plenamente convencido de que nuestros problemas de fondo sólo podrán resolverse cuando todos los mexicanos decidamos hacer del espíritu de unidad, cohesión y colaboración que se halla inmerso en el ejercicio de la solidaridad social una constante de nuestra actuación.



EEM

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