Policrato Philodemos

Caos en la política

2006-08-10

La búsqueda de soluciones para recuperar la dignidad  del oficio político, como el...

( Intriga… Cinismo… y  Estupidez )

Lo retorcido de un discurso es directamente proporcional al retorcimiento de las intenciones.

La degradación del quehacer político que estamos presenciando en México está afectando profundamente las relaciones en el tejido social, la seguridad personal y los bolsillos de toda la ciudadanía, pues en el caos político no pueden existir vacíos de poder, ya que siempre van a ser ocupados por los ambiciosos y los delincuentes que se mantienen agazapados hasta que el desgobierno les da la oportunidad de actuar con impunidad, en donde el papel de víctima siempre va a recaer en el ciudadano común y corriente.  

La búsqueda de soluciones para recuperar la dignidad  del oficio político, como el arte de servir y solucionar los problemas de la sociedad y de la ciudadanía en lo particular, nos obliga a pensar sobre las causas que han originado esta degradación de la política, de modo que al identificarlas se puedan combatir en sus mismos orígenes para así poder resolver el problema de manera definitiva.

En primer término hay que considerar que nos encontramos en un proceso de cambio en el que la globalización política y cultural, motivada por el desarrollo acelerado de la tecnología, ha traído consigo el rápido avance del neoliberalismo privatizador como ortodoxia obligada, y conveniente para los intereses de los centros mundiales del poder económico, todo ello bajo el argumento dogmático de que las leyes del mercado pueden regular toda la actividad económica (aunque olvidando convenientemente la existencia de monopolios mercantiles y financieros que contradicen su aseveración), en donde el individualismo egoísta ha desplazado a los valores solidarios que históricamente han servido para unificar a las sociedades (tema cuyo análisis rebasaría las intenciones de éste artículo), cuya consecuencia inmediata ha sido la concentración de la riqueza en pocas manos y la pauperización de las mayorías a nivel planetario.

Este fenómeno ha provocado un desplazamiento del poder real, mismo que desde los años ochenta del Siglo anterior ha ido pasando de los gobiernos elegidos democráticamente en las urnas, a quienes se han apoderado de la riqueza del planeta y que tienen como cómplices y socios a los grandes medios de difusión masiva que se encargan de adormecer las conciencias y propagar los nuevos valores de la sumisión, hasta convertir a los gobiernos en servidores y guardianes de sus intereses, y en donde el pueblo ha dejado de estar constituido por ciudadanos dignos de respeto y debidamente representado en todas las esferas del gobierno, para convertirse solamente en súbditos mediatizados y obedientes a los interese económicos de los barones del dinero.

Ante este escenario uno puede preguntarse… ¿Es posible la existencia del libre juego de la democracia?... La respuesta es negativa, pues el ejercicio democrático se convierte en una simulación grotesca, en donde la ciudadanía elige a quienes no lo van a representar ni van a defender sus intereses, sino que votará por quienes solo van a servir como procónsules de las mafias financieras trasnacionales y a proteger los intereses domésticos de sus aliados, pues nunca se les tomará en cuenta a la hora de tomar las decisiones ni les permitirán intervenir en ellas, o solamente elegirán a gobernantes que, sin poder real, solo servirán para presidir ceremonias cívicas, cortar listones de inauguración y aparentar que gobiernan, ya que únicamente serán espectadores del quehacer político y económico como convidados de piedra en el festín neoliberal globalizador, ya que al igual que los partidos políticos, los líderes de sindicatos corporativos y los miembros del poder legislativo, no representan a nadie sino a sus propios intereses y sobrevivencia.
Aquí es donde el discurso y los actos de las autoridades del gobierno se contradicen ante la realidad en que ellos mismos viven y actúan, sobre todo cuando tratan de justificar los hechos que lastiman a la sociedad como son la privatización de la riqueza pública para entregarla a los barones del dinero, y la socialización de las deudas que dejan los saqueos de la delincuencia de cuello blanco, insultando a la inteligencia con sus argumentos y suponiendo que se dirigen a un grupo de retrasados mentales o menores de edad. Contradicciones que los vuelven cínicos, ó a representar el papel de patiños idiotas del verdadero poder al que sirven, provocando con ello indefiniciones políticas que llevan al caos de la corrupción y de la inseguridad ciudadana, realidad que tratan de enmascarar entreteniéndonos, en complicidad con los medios masivos de difusión y especialmente a través de la televisión, que ha fabricado un conveniente y económicamente jugoso "reality Show" (con actores que además le pagan por actuar ante el público en las pantallas de la "caja idiota", ofreciendo un espectáculo barato lleno de necedades y promesas mesiánicas), de las "pre-campañas", campañas, y post-campañas presidenciales,  así como en el malabarismo discursivo de muchas autoridades, a quienes solo les queda utilizar el poco poder que les han dejado quienes verdaderamente mandan en México.



AAG
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