Huesped

Banderas al Viento

2006-08-18

Dentro de todo ese mundo de la diversidad absoluta son inconsecuentes las tendencias de algunos...

La fuerza de la ley
Por Vicente Oria Razo / Notimex

Es aconsejable escuchar y analizar con atención especial los ruidos del posible despertar del México bronco. La situación económica, política y social del país es preocupante. Son muchos los intereses en juego en la vida nacional imbricados en la compleja situación internacional de nuestra época.

Dentro de todo ese mundo de la diversidad absoluta son inconsecuentes las tendencias de algunos grupos con el fin de negociar problemas electorales desde posiciones de fuerza.

En la complicada realidad interior y exterior de nuestro país lo más grave que pudiera ocurrir es que toda esa compleja situación se transformara en una extendida crisis social que perturbe gravemente la estabilidad y la paz de la nación. No hay que de desestimar ciertos signos de alarma. Se convoca a crear un poder popular que provoque una profunda disolución de la estructura política nacional.

En el curso de los últimos años se han desarrollado en el país grupos aventureros de diferente signo que han intentado conectarse entre sí. En algunos momentos han sido alentados desde un extremo de la geometría política para trastornar la estructura legal de la nación sustentada en nuestro orden jurídico. Desde esos extremos se pretende romper toda la estructura política de la nación.

Todavía se tiene una visión optimista sobre los peligros de violencia que amenazan a los mexicanos. Se piensa en la respetabilidad del Ejército Mexicano para contener a grupos sublevados que pretenden poner en jaque el estado de derecho mexicano.

Se confía en buscar soluciones por medio del diálogo y la negociación que ha propuesto el presidente Fox. Pero atrás de la violencia se esconden grandes recursos como los del narcotráfico que intenta convertirse en un estado dentro del Estado.

Las corrientes democráticas y progresistas del país tienen como responsabilidad principal evitar la confusión, la provocación aventurera y los movimientos golpistas que pudieran propiciar la ejecución de planes contrarios a los intereses del pueblo y de la nación.

Es necesario evitar las acciones y prédicas contraproducentes para la paz pública y combatir las tendencias de encajonar al gobierno de la República en moldes que lo inmovilicen.

En estos momentos lo conveniente es desmantelar lo que genera confusión, desorden y provocación. No se debe permitir el desarrollo de situaciones favorables a los grupos que alientan los excesos violentos. En las condiciones actuales del país jugar a la rebelión y las guerras es muy peligroso para las corrientes democráticas porque ello cultiva la propensión de grupos poderosos para imponer prácticas fascistoides en la vida de un país.

La historia de nuestro país demuestra que es imposible que se sostenga en la legalidad un gobierno con una ideología cerrada. Cuando se ha intentado la nación ha sido sacudida por múltiples conflictos que han desembocado en graves baños de sangre.

Lo prudente es establecer formas superiores de lucha en la vida social, dentro de un orden legal que permita la convivencia de todas las ideologías políticas.

El problema actual consiste en evitar que las luchas sociales por reivindicaciones económicas, sociales y políticas, desborden el imperio del orden legal.

En el imperio de la ley se debe avanzar para consolidar la paz interior del país. La fuerza de la ley debe imponerse sobre la fuerza de la anarquía. La lucha de todos los mexicanos, se debe seguir librando a favor de que se respeten las leyes del país. Juárez fue ejemplo de terco empeño a favor del imperio de la ley.

Para que la nación siga desarrollándose por una vía pacífica, con democracia, libertad, justicia y dignidad, debe mantenerse el imperio de la ley. Todas las fuerzas políticas fundamentales deben luchar para que todos los mexicanos respeten las leyes del país, desde el presidente de la República hasta el mexicano que vive en las regiones más apartadas del territorio nacional. Esa es la vía para conservar la paz de la nación.

Notimex/El autor es periodista



AAG

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