Huesped

Por un Sistema de Pensiones viable

2006-08-22

Esto requiere la reforma de varios ordenamientos jurídicos, una labor de diálogo...

Si pudiera platicar con el futuro Presidente de México, o con legisladores de los congresos les pediría que dejaran de lado las desgastantes luchas partidistas y que lograran consensos para lograr las necesarias reformas estructurales, siendo una de las más necesarias la de un Sistema Nacional de Pensiones.

Esto requiere la reforma de varios ordenamientos jurídicos, una labor de diálogo social con sindicatos, la negociación con diversos actores políticos e incluso la modificación de la Constitución Política.

Estoy segura de que no soy la única persona con esta inquietud, porque el tema se ha discutido y explorado extensivamente en muchos foros (Conago, Convención Nacional de Contribuyentes, Consejo para el Diálogo con los Sectores Productivos), cuyas conclusiones son coincidentes en relación a cómo deben ser la estructura y los principios rectores de un Sistema de este tipo para cubrir las necesidades de la población mexicana.

Los expertos coinciden en que el objetivo principal a lograr para obtener un Sistema Nacional de Pensiones es que los distintos programas de jubilaciones y pensiones del sector público converjan y homologuen sus criterios básicos con el actual sistema de pensiones para los asegurados por el IMSS.

Para alcanzar ese Sistema Nacional de Pensiones también es requisito indispensable utilizar al máximo habilidades negociadoras y recurrir al diálogo social, asimismo serán necesarias concesiones de sindicatos y empresas con la finalidad de construir compromisos a largo plazo, en beneficio del país y de las futuras generaciones.

Por lo anterior, pediría a los actores políticos pertinentes tomen conciencia de la importancia del tema de las pensiones, que conozcan y analicen las diversas soluciones consensuadas en materia de pensiones por los diversos sectores, basadas en su mayor parte en recomendaciones de la OIT, la CEPAL, la OCDE, así como en la experiencia internacional y nacional exitosa.

En principio, existe una coincidencia en que el Sistema Nacional de Pensiones más conveniente para el caso mexicano debe sustentarse en tres pilares:

El primero es el solidario, que se basa en una Pensión Mínima Garantizada que debe ser aportada por el Estado, es decir si un trabajador no alcanza una pensión mínima al jubilarse, o porque el monto de lo aportado en sus años de trabajo resulta insuficiente, bien sea porque no trabajó los años requeridos para acceder a la pensión completa, el Estado Mexicano habrá de garantizársela.

El segundo pilar se basa en las aportaciones de cada trabajador y de los empleadores, para asegurar su pensión y que se sostiene en la capitalización Individual, con una cuenta en una Administradora de Fondos para el Retiro (Afore).

El tercer pilar son las aportaciones voluntarias que vaya realizando el trabajador para su retiro, y que puede consistir en fondos de pensión, fideicomisos o prestaciones por jubilación en las empresas.

Los expertos consideran que es importante ir homologando los regímenes de pensiones en nuestro país para que puedan confluir en una sola vía que logre los siguientes objetivos:

El propósito central debe ser el mayor beneficio para los trabajadores, así como del bien común. Contar de manera permanente con una base de información actuarial confiable. Asegurar que las inversiones y el fondeo son adecuados y seguros. Procurar los mejores rendimientos y más bajos costos de administración posibles. Fomentar una cultura de ahorro para el retiro, así como flujos de información oportunos y adecuados en beneficio de los ahorradores. Los datos en los estados de cuenta individual de retiro deben ser de fácil interpretación para los trabajadores. Que se pueda conocer el salario con el que se va a pensionar cada trabajador (tasa de reemplazo) con base en sus condiciones particulares. Establecer mecanismos de revisión periódica de los parámetros que regulen el Sistema a fin de asegurar su eficacia ante eventuales cambios demográficos, sociales y financieros que puedan afectarlo. Dotar de seguridad jurídica a los recursos destinados a las pensiones. Mantener la sustentabilidad financiera. Permitir la portabilidad de los derechos pensionarios. Fundarse en criterios generales y evitar grupos de excepción o privilegio que atenten contra los principios de equidad y solidaridad. Respetar los derechos adquiridos de los trabajadores pensionados. Crear programas para la incorporación de aquellas personas que no tienen acceso a la seguridad social sin afectar negativamente las finanzas públicas. Propiciar mayor movilidad laboral, tanto en el sector público y privado, como en todo el territorio nacional.

Los regímenes que tienen mayores problemas financieros son el ISSSTE, el Régimen de Jubilaciones y Pensiones de los trabajadores del IMSS, de Pemex, CFE, así como el de Luz y Fuerza del Centro. Por otra parte, también es necesario continuar con la reestructuración de los regímenes de pensiones de las Entidades Federativas y de los Municipios.

Estos regímenes no permiten la portabilidad de los derechos logrados por cada trabajador cuando cambia de trabajo, en muchos casos las aportaciones de los trabajadores son insuficientes o no existen, hay privilegios en comparación con los derechos que tiene los trabajadores bajo el régimen general del IMSS, los años de cotización no se adecuan a la realidad demográfica mexicana, así como a las expectativas de vida al día de hoy.

Para cerrar, le recordaría a los actores políticos que estamos ante una oportunidad histórica de lograr los acuerdos necesarios para un Sistema de Pensiones viable que permita una vida digna a los jubilados y a los pensionados de nuestro país. (Notimex) (La autora es especialista en temas de Equidad y Género, de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social)

Por Mónica Ruiz-Dana Arregui
Notimex



AAG

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