Cuentos

La piscina

2009-06-24

Finalmente le pidió a Dios que entrara en su vida. Mientras el joven permanecía...

Un joven que fue criado como ateo estaba entrenando para Salto a nivel olímpico. La única influencia religiosa que recibió en su vida, le llegó a través de un amigo católico. El deportista no presto mayor atención a los sermones de su amigo, aunque los escuchaba con frecuencia.

Una noche, fue a la piscina de la universidad a la que pertenecía. Las luces estaban todas apagadas, pero como la noche estaba clara y la luna brillaba, había suficiente luz para practicar.

El joven se subió al trampolín mas alto y a lo que volvió la espalda a la piscina al filo de la rampa y extendió sus brazos, vio su propia sombra en la pared. La sombra de su cuerpo tenia la forma exacta de una cruz. En lugar de saltar, se arrodillo y finalmente le pidió a Dios que entrara en su vida. Mientras el joven permanecía quieto, el personal de limpieza ingreso y encendió las luces. Habían vaciado la piscina para repararla.

Inmediatamente se dio cuenta que la Cruz había sido su salvación.

MICRO-REFLEXIÓN:

"El servir es el valor social más grande. Recordemos las enseñanzas de Cristo quien lavó los pies a sus discípulos"



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