Cuentos

El joven Tobías y el Ángel Rafael

2009-09-03

Cuando Tobías quiso dar al guía la mitad de los bienes, el ángel les dijo: ...

Gabriel Marañon Baigorrí

Tobías padre había quedado ciego. Era un hombre justo y muy caritativo. Tobías había sido muy rico, pero después se empobreció, llegando a vivir en la miseria. Viajando en cierta ocasión por la Media, prestó a un paisano suyo, llamado Gabelo, diez talentos de plata, cantidad bastante elevada. Una mañana llamó Tobías a su hijo, llamado también Tobías, como su padre, y le dio el encargo de que fuera a Ragés a cobrar los diez talentos que le debía Gabelo. Cuando el joven Tobías salía de la humilde casa de sus padres, se encontró con un joven que iba también a Ragés y que conocía muy bien a Gabelo. Este joven era el arcángel San Rafael, pero de momento no se dio a conocer.

En el camino llegaron a la orilla del río Tigris. Tobías .se fue a lavar los pies, pero un pez que nadaba por aquellas aguas saltó, asustando a Tobías, pero su acompañante le mandó agarrarlo y sacarlo fuera. Por consejo de su amigo, guardó el corazón, la hiel y el hígado del pez.

Al llegar a Ragés, el ángel le dijo: «Aquí hay un hombre llamado Raguel, de tu tribu, el cual tiene una hija llamada Sara, la cual debes tomarla por esposa. Pídesela a su padre». Tobías fue recibido por Raguel con muestras de gran cariño. Pidió por esposa a su hija Sara, pero el padre se resistía, pues había tenido tres maridos y los tres habían muerto en la noche de bodas. El ángel apoyó las pretensiones de Tobías. Sara fue entregada a Tobías como esposa. El padre le dijo: «Come, bebe y alégrate; a ti te toca recibir a mi hija. Que Dios misericordioso os colme de felicidades». Mientras tanto, el ángel Rafael partió a casa de Gabelo y cobró los diez talentos de plata.

Cumplidos catorce días de la boda, el joven matrimonio decidió partir camino de la casa paterna. Los padres de Sara dieron a los jóvenes esposos hacienda, ganados y dinero. El padre les bendijo, diciéndoles: «Que el Dios del Cielo os dé feliz viaje, hijos míos». Luego les besó. La madre de Sara dijo a Tobías. «Hijo mío, que el Señor del Cielo te dé una vida feliz y a mi ver los hijos de mi hija, para que me alegre en presencia del Señor».

Entre tanto, Ana, madre de Tobías, estaba sentada, mirando al camino para ver si divisaba a su hijo. Cuando creyó verle dijo a su marido: «Viene nuestro hijo y con él sus compañeros. El ángel Rafael dijo al joven Tobías: «Tu padre recobrará la vista». Después de abrazar con gran cariño a sus padres, el hijo derramó la hiel sobre los ojos de su padre y al instante recobró la vista. Tobías, todo emocionado, bendijo al Señor.

Cuando Tobías quiso dar al guía la mitad de los bienes, el ángel les dijo: «Bendecid a Dios y glorificadle. Habéis hecho el bien y nada malo os pasará. Por eso me envió Dios a curarte a ti. Yo soy Rafael, uno de los siete santos ángeles que presentamos las oraciones de los justos». Ellos quedaron turbados y llenos de temor, y cayeron de hinojos y dieron gracias al Cielo. En aquel instante el ángel desapareció.

Explicación Doctrinal:

Los ángeles son seres creados por Dios. No tienen cuerpo, pues son espíritus puros. Poseen una inteligencia y poder extraordinarios. San Dionisio dice que son la más bella imagen de la hermosura de Dios. Son poderosísimos. Un ángel mató, en una noche, a 185.000 soldados que cercaban a Jerusalén.

Dios creó a los ángeles para que le alaben, le amen y le sirvan. Los ángeles gozan de una felicidad inmensa en la presencia de Dios. Además son innumerables.

No todos los ángeles fueron obedientes a Dios. Unos permanecieron fieles al Señor y otros se rebelaron contra El. Llenos de soberbia, desobedecieron a Dios y fueron castigados con el infierno. Son los demonios.

Dios nos da un Angel de la Guarda a cada uno de nosotros para que nos ilumine, gobierne, nos guarde y libre del pecado y nos guíe hacia Dios.

Debemos encomendamos todos los días a nuestro Angel Custodio y pedirle nos libre de todo mal del alma y del cuerpo.

Norma de Conducta:

El Angel de mi Guarda es mi fiel amigo, que me ayuda en todas las dificultades de la vida. 



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