Policrato Philodemos

Analogías político-carnavalescas

2006-10-02

Dada la analogía de ambos casos, incluyendo la personalidad y fuga de la realidad en que ha...


Tragicomedias "Mariscal" y "Presidente Legítimo"

Dime de que presumes y te diré de que careces.( Viejo refrán español )

Hay dos viejos adagios que dicen que "nada hay nuevo bajo el Sol" y que "la historia siempre se repite", a los que habría de añadirles que "siempre bajo los signos de los tiempos, porque es el hombre quien no ha cambiado.

Lo anterior viene a cuento ante los acontecimientos políticos del momento, que en su desarrollo y personajes recrean el ambiente de los carnavales veracruzanos del último tercio del Siglo pasado, solo que actualmente los eventos se desarrollan en el Distrito Federal y tienen repercusiones nacionales.

Sucede que alrededor de los años setenta del pasado siglo existió en el Puerto y Ciudad de Veracruz, un personaje que se hizo muy popular durante los desfiles cívico militares, a los que se incorporaba poniéndose al frente de la columna que recorría las principales calles y avenidas, siempre mostrando una marcialidad y gallardía que exageraba la disciplina y la seriedad militar de actos tan solemnes, presentaciones y marchas a las que nunca dejaba de asistir cuando éstas se organizaban para recordar gestas heroicas de nuestra historia, vistiéndose de militar, según su visión muy particular, con uniformes que diseñaba, o con lo que tenía a la mano y podía conseguir, a los que le añadía condecoraciones lucidoras, botones vistosos y hasta corcholatas de refrescos embotellados, circunstancia que motivó el que le apodaran "El Mariscal", mote que aceptó gustosamente y al que siempre hizo honor con su comportamiento serio y correcto hacia los demás, a quienes consideraba como subordinados suyos y tropa de su ejército de la ilusión.
Se trataba de un hombre de edad mediana que adornaba una cara adusta con barba y bigote de candado, lo que le imprimía seriedad a su presencia y a todos sus gestos, que eran siempre estudiados y representados según las circunstancias del momento, inclusive al caminar llevando las tortillas cuando su mamá le encargaba que fuese a comprarlas (cosa que hacía marchando con paso de parada militar y cargando el paquete con el brazo en escuadra perfecta, como si se tratara de un fusil durante un desfile), tal era el comportamiento que asumía en todos sus actos "El Mariscal".

Fue tanto su carisma y aceptación entre el pueblo veracruzano que decidieron proponerlo como candidato a las elecciones populares, para que representara a la autoridad soberana de las fiestas del carnaval como "Mariscal I", aunque bajo la "guapachosa" figura tradicional de "Rey Feo" de las fiestas de carnestolendas, nombramiento que el Mariscal obtuvo por aclamación y que asumió con la seriedad que le caracterizaba, pues realmente consideró merecido tal nombramiento, llegando al extremo de creerlo como una realidad permanente de gobierno, y por lo mismo asumió un comportamiento autoritario y versallesco, con el que trataba inútilmente de disciplinar el desorden pachanguero en que habían caído toda su corte de "Princesos",  "Lambiscones", "Mariposones" y comparsas de acompañamiento, quienes ya entrados en el relajo solo buscaban desahogar sus ansias de novilleros, en el maremagnun de una desatada desinhibición carnavalesca. Pasadas las fiestas del carnaval veracruzano que le tocó gobernar como imperio, desordenadamente pachanguero, alegremente anarquizante y efímero, "Mariscal I" volvió a sumergirse en el anonimato y en el olvido de la misma multitud que lo coronó, solo que el desmedido ego adquirido durante su realeza obtenida por aclamación, había quedado impreso en su conciencia haciéndole perder la dimensión de la realidad objetiva en que vivía, agriándole el buen humor que lo caracterizaba, e impidiéndole regresar al estatus de "Mariscal" al ya no tener súbditos incondicionales, razón por la que nunca se le volvió a ver marchando al frente de desfile alguno, como antaño lo había acostumbrado.

Toda esta historia ha sido recreada ante la similitud que tiene la trayectoria y evolución del personaje conocido como "El Mariscal", con el ahora autonombrado "Presidente Legítimo", quien de manera semejante ha sido nombrado por aclamación para presidir una parodia tragicómica de gobierno; Como al "Mariscal", al "Presidente Legítimo" le gusta marchar al frente de los desfiles que organizan sus seguidores en su honor y para estimularle el ya crecido ego, solo que en vez de ponerse un uniforme militar a modo, lo hace disfrazado de redentor izquierdoso, aunque de la misma manera que el "Mariscal", va seguido de su corte incontrolable de "Princesos", "Lambiscones", "Mariposones", y comparsas, que como coro le cantan loas al "Rey Feo" del carnaval político que estamos presenciando, y que sus seguidores han montado con la esperanza de cosechar los despojos que pueda ir dejando una situación de anarquía, como la que quieren provocar oaxaqueñizando la república.

Dada la analogía de ambos casos, incluyendo la personalidad y fuga de la realidad en que ha caído, al "Presidente Legítimo" le convendría revisar la historia del "Mariscal" para conocer el epílogo de su tragicomedia, y así poderse preparar para el futuro que le espera.



AAG
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