Huesped
650 mil muertos
Por Rafael Alvarez Cordero / Notimex
La escuela de Salud Pública John Hopkins Bloomberg School of Public Health ha publicado un estudio que llevó al cabo en Irak para evaluar el impacto de la guerra en la población, y confirma que "más de 650 mil iraquíes han muerto desde que comenzó la invasión liderada por los Estados Unidos en Irak en 2003"; esta cantidad, escalofriante, representa el 2.5. por ciento de la población iraquí, y equivale a 500 muertes violentas diarias desde que comenzó la invasión.
Lógicamente, esta cifra es mucho mayor que la que aceptan los cálculos oficiales y las que informan los medios de comunicación, y por supuesto, tanto el presidente Bush como los halcones del Pentágono se apresuraron a decir que el estudio es "no creíble", y que la metodología utilizada "está bastante desacreditada".
Triste negación de la realidad, triste porque el negar algo que todo el mundo sabe no tiene sentido y no cambia la realidad: la invasión de Irak, ordenada por Bush sin razón y sin motivo, ha ocasionado más daño que la explosión de la bomba atómica en Hiroshima en 1945, más daños que el Tsunami del año pasado, más muerte y desolación que todos los terremotos que ha sufrido el planeta en los últimos 10 años.
Y es que no se puede tapar el sol con un dedo; los investigadores del John Hopkins viajaron a Irak, estuvieron en 47 regiones escogidas al azar, conversaron con más de 1, 850 familias, y conocieron de primera mano los certificados de defunción de los miembros que habían perdido la vida.
Después de recopilar los datos, hicieron los cálculos y confirmaron que la cifra de 650 mil muertos es cierta; pero además, conocieron que es costumbre Iraquí que "en las familias, en especial en donde hay defunciones de niños, no siempre se reportan", lo que puede hacer la cifra aún mayor.
Los militares yanquis dicen que esas cifras no son ciertas, pero aún la ONU considera que durante la guerra se han perdido más vidas que durante los anteriores 25 años.
Sea como sea, nada justifica la muerte de inocentes civiles, nada justifica la masacre organizada por la potencia más grande del planeta, nada justifica la muerte de un solo niño inocente.
De poco han servido las quejas dentro y fuera de la Unión Americana, de poco han servido las demostraciones de repudio en la Casa Blanca, en el rancho de Bush, en los editoriales de todos los diarios, en las marchas en Washington, porque los dueños del poder son dueños de las vidas de los infelices soldados yanquis (han muerto más en Irak que los que murieron en las torres de Nueva York, y hay más de 30 mil lisiados de por vida), y de las vidas de cientos de miles civiles iraquíes inocentes.
Y lo absurdo, lo inmoral, lo patético, es que todo se ha hecho "en nombre de Dios", el dios de George Bush, -con quien él habla todos los días, según ha dicho-, y "en nombre de la democracia", que no aparece ni aparecerá en mucho tiempo en Irak.
Lo peor que ocurre es que, como se ha confirmado por los estudios realizados en los Estados Unidos y en Europa, la invasión de Irak ha alentado los sentimientos anti occidentales de gran parte del mundo islámico, ha aumentado la ira contra los Estados Unidos e Israel, ha incrementado los actos terroristas, y en suma, ha tenido el efecto opuesto al que pregona obstinadamente el presidente Bush.
Fueron tristes las épocas en las que los tiranos (Stalin, Hitler, Tito, Cousescu, etc.) provocaron miles o millones de muertes, pero más triste es que ahora esas muertes, inútiles, sean provocadas por quienes se dicen campeones de la democracia y la libertad. (Notimex) (El autor es médico y escritor) [email protected]
EGG
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