Turismo

China se queja de tener mala imagen en el extranjero

2012-02-16

Fatalmente, las dos concepciones del papel de la prensa son irreconciliables y dan lugar a una...

Pascale Trouillaud / AFP

En el momento en que dedica medios humanos y financieros considerables para mejorar su imagen en el exterior, China se queja de ser mal vista por los medios de comunicación y acusa a los periodistas extranjeros.

La situación es paradójica en este país donde hay 900 periodistas extranjeros acreditados por más de 400 medios -un récord- pero donde éstos son acusados regularmente de cubrir los acontecimientos en China desde un punto de vista negativo y se quejan de trabas constantes para su trabajo.

Por un lado están los detentores de una información "positiva" al servicio del Estado con un partido único y que pasan a través de la censura. Del otro lado están los que quieren dar una información lo más cercana posible a la realidad. Las cosas se ponen difíciles cuando los primeros reprochan a los segundos una falta de objetividad.

Fatalmente, las dos concepciones del papel de la prensa son irreconciliables y dan lugar a una inmensa incomprensión, como lo demostró a comienzos de esta semana un foro chino-francés entre representantes de medios en Pekín.

"China no rechaza los reportajes críticos", aseguró Wang Chen, ministro del Buró de Información del Consejo de Estado, ante de advertir: "lo que nosotros no aceptamos es que haya una doble medida, en la lógica de la Guerra Fría". Wang replicaba a la embajadora de Francia, Sylvia Bermann, que había señalado la importancia de que los periodistas pudieran ir al lugar, lo que no siempre es posible.

A menudo, las autoridades chinas se quejan de la cobertura "negativa" con demasiados artículos sobre la disidencia, las manifestaciones, los conflictos sociales, e insuficiente sobre los éxitos económicos y culturales de una China en plena expansión. "Tenemos que dar más informaciones positivas al público" recomendó Wang Fang, del Cotidiano del Pueblo, el órgano del Partido Comunista.

No corresponde al periodista "juzgar si la información es positiva o negativa, sólo tiene que juzgar si la información es tal", respondió el director de la redacción del diario francés Le Monde, Erik Izraelewicz.

A comienzos de febrero, el club de los corresponsales extranjeros en China, el FCCC, una organización "ilegal" que reúne a 208 miembros, se quejó de la imposibilidad para sus periodistas de trabajar en las zonas tibetanas de Sichuan, en "violación de los reglamentos" que les autorizan a "desplazarse libremente".

Este jueves, el FCCC recomendaba "gran prudencia" a los periodista que querían trabajar en el pueblo en rebelión de Panhe, en el Zhejiang, donde en la víspera un periodista holandés fue apaleado por matones del régimen.

Sin embargo, después de 2008, año terrible en términos de relaciones públicas con las revueltas en Tibet y las amenazas de boicot de la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos, China decidió desplegar su "soft power" para dar al mundo una imagen positiva. Al precio de un enorme presupuesto desarrolló la red de grandes medios (agencia China Nueva, televisión CCTV), sus institutos Confucius y lanzó campañas sobre todo culturales.

En el interior de China, 9.884 periódicos, 1.600 canales de televisión y 2,000 radios siguen operando bajo estrecha vigilancia, aún cuando los diarios "liberales" y las redes sociales, que tienen un éxito enorme, van ganando terreno.

La prensa trabaja en Pekín el miércoles 15 de febrero. En el momento en que dedica medios humanos y financieros considerables para mejorar su imagen en el exterior, China se queja de ser mal vista por los medios de comunicación y acusa a los periodistas extranjeros.



KC
Utilidades Para Usted de El Periódico de México