Para Reflexionar en Serio

Lecciones del profesor Ratzinger ante el Cónclave

2013-03-04

Su persona. Es fascinante observar a un hombre sereno, relajado, preciso, de buen humor e incuso...

Autor: Jorge E. Traslosheros  

OBRAS Y RAZONES

Observo cinco lecciones del profesor en los últimos días.

Federico Lombardi, único vocero autorizado de Benedicto XVI, afirma que el Papa no manejará los hilos del próximo cónclave. No hay razón para dudar de su palabra pues corresponde al modo de ser de Ratzinger. Sin embargo, por su enorme prestigio, sus gestos y palabras expresados en los últimos días, serán tomados en cuenta. Observo cinco lecciones del profesor en los últimos días.


1.- Su persona. Es fascinante observar a un hombre sereno, relajado, preciso, de buen humor e incuso bromista. No ha perdido un punto de su claridad. No hay dramatismo en su partida. Parece vivir su renuncia como un paso más en una vida entregada, hace mucho, al servicio de la Iglesia. Se retira con sencillez. Ya no presidirá la Semana Santa, ni la Jornada Mundial de la Juventud a celebrarse en Río de Janeiro dentro de muy poco. En lugar de hacer una gloriosa gira de despedida apapachado por las multitudes, al modo de políticos y celebridades, deja estos dos grandes acontecimientos para que el nuevo Papa se dé a conocer «urbi et orbe».

2.- El momento. Su renuncia llega al inicio de la Cuaresma, cuando los católicos nos preparamos para recordar la pasión, muerte y resurrección de Cristo. El cónclave se llevará a cabo en este ambiente de oración y reflexión poniendo el acento en su naturaleza religiosa. Nadie niega la dimensión política del evento, algo propio e incluso necesario, pero le ubica sobre uno de los pilares de la fe: la gracia no sustituye a la naturaleza, la perfecciona. Dios se vale de nuestra pobre humanidad y ayudarla en tiempo de Cuaresma es una buena decisión del Papa.

3.- Sobre el nuevo Papa. En las razones de su renuncia también dibujó las características que deberá tener el nuevo pontífice: un hombre vigoroso en cuerpo, espíritu y mente, con entereza y capacidad de sacrificio para dirigir a la Barca de Pedro en este cambio de época. Quienes hacen predicciones sobre el futuro Papa acusaron inmediato recibo del mensaje y creo que los cardenales también.

4.- A los cardenales. En su homilía del miércoles de ceniza, Benedicto XVI retomó la lectura del profeta Joel para señalar dos problemas tan humanos como perniciosos. Es fácil rasgarse las vestiduras y juzgar a los otros; pero lo necesario y difícil es «rasgar los corazones y no las vestiduras» para caminar al encuentro de Dios. Sólo así se puede dar testimonio auténtico de la fe, evitando deformar el rostro de la Iglesia, «en particular en las culpas contra la unidad [por] las divisiones del cuerpo eclesial». La reflexión vale para cardenales y católicos en general; palabras fuertes pero con el mensaje muy claro.

5.- La batalla por el concilio. Considero que el mensaje más significativo lo dio en su reunión con el clero de Roma, donde más relajado y alegre se mostró. Disertó libremente durante más de media hora sobre la nuez de la historia eclesiástica en los últimos cincuenta años: la lucha entre un concilio virtual, imaginado y promovido en los medios, causando daño cierto a la Iglesia, contra el realmente acaecido y que ahora empieza a brillar con luz propia. Así indicó, me parece, el gran tema del próximo cónclave: el relevo generacional en curso que debe dar continuidad, direccionalidad y nuevos bríos al concilio Vaticano II.



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