Divagaciones de Merlín
La Novela Geopolítica en México (III)
Víctor Manuel Peralta Martínez
El telegrama simmermann
Las relaciones entre Estados Unidos y Alemania en 1916, llegaron a un punto en que las tensiones eran tantas, que se rompieron. Alemania decidió iniciar la guerra submarina sin restricciones.
El canciller alemán Simmermann continuó azuzando a México contra Estados Unidos y envía un primer telegrama proponiendo una alianza con México y sugiriendo un acercamiento de este país con Japón. El primer telegrama permanecía guardado en la caja fuerte de la embajada alemana en México cuando llegó la segunda comunicación, el 5 febrero 1917.
El texto del breve comunicado decía: “a condición de que no haya peligro de que sea conocido el secreto por los Estados Unidos, deseamos que su excelencia trate la cuestión de la alianza sin más demoras con el presidente". Y agregaba que Carranza "puede desde ahora, por propia iniciativa, sondear Japón. Si el Presidente declina por temor a la subsiguiente venganza, está usted autorizado a ofrecerle una alianza definitiva después de concluida la paz, con tal de que México logre hacer entrar a Japón en la alianza".
Sin embargo, la situación había variado sustancialmente en México en el corto lapso transcurrido entre el envío de uno y otro telegrama. Las tropas del general Pershing habían sido finalmente evacuadas, luego de que Carranza mantuvo una posición irreductible para abolir las condiciones que intentaban imponer los norteamericanos. Claro que Estados Unidos estuvo presionado por un súbito arrepentimiento o porque la posición del gobierno de México no le dejase otra salida. Fueron otras consideraciones para que Wilson, tomase aquella decisión, en especial la proximidad de la participación norteamericana en la guerra. Era necesario resolver previamente el conflicto con México, si es que Estados Unidos deseaba tener las manos libres para actuar en Europa.
Esto cambió también las posibilidades de Alemania en este país. ¿Era recomendable ahora crear un nuevo factor de reyerta, esta vez propiciado por México y además de la magnitud que proponía Alemania? El sentido común del Presidente Carranza indicaba que no, pero las prerrogativas de la política exterior mexicana señalaron también que debían someterse a estudios todas las proposiciones que se le plantease. Lo que en su momento era considerado como delirio, en otro podría convertirse en la medida aconsejable si se presentaba un cambio en el curso de los acontecimientos.
Luego de un período de gran tensión, al fin el 22 febrero 1917 los ingleses decidieron revelar el secreto que guardaron con tanto celo a lo largo de 36 días. Conocedores del código alemán habían interceptado el tercer telegrama que el canciller Simmermann enviaba a su embajador en México, el cual decía textualmente:
A las 8:30 de la noche del 24 de febrero, el telegrama llegó a Washington. El presidente manifestó "su indignación" cuando se enteró del mensaje que le llegaba desde Londres. Wilson decidió esperar unos días antes de hacer pública "la traición" de los alemanes.
El embajador Fletcher sondeó al Presidente Carranza sobre la actitud que tomaría al respecto. El primer jefe estaba ausente pero el canciller Aguilar negó que tuviese conocimiento alguno respecto de la proposición. Desde Alemania llegó la escueta noticia de que Arthur Zimmermann había aceptado la existencia del controvertido telegrama, aquella imprevista ratificación no sólo dejaba muy mal parado a México frente a su temible vecino del norte, sino que también resquebrajaba todo el juego del equilibrio diplomático que pretendía llevar adelante el gobierno del primer jefe, aprovechando las discordias y los apetitos de las grandes potencias.
Los cañones norteamericanos, sensibilizados con las intrigas alemanas, podían apuntar hacia Europa pero también eran capaces de hacerlo hacia México, mucho más cercano y vulnerable. En Estados Unidos se escuchaban constantemente voces aconsejando y presionando en este último sentido. "La suerte nos ofrece una manzana de oro en México y sólo frutos amargos en Europa. Si ganamos una guerra contra México sabemos lo que sacaremos de ella: un continente seguro. La situación en que Zimmermann dejaba México era, realmente, incómoda.
¿Qué se proponía Zimmermann al revelar intencionalmente su maniobra? Si Alemania había cambiado de táctica y deseaba ahora provocar directamente a los Estados Unidos. Tal vez deseaba que este país ingresase directamente en la guerra cuanto antes, en la creencia de que como beligerante se haría mucho más vulnerable que como aliado comercial. Ésa era una posibilidad, otra era que el desconocimiento de Zimmermann de los Estados Unidos lo llevase a creer que con la revelación del telegrama el blanco de ataque no sería él, sino del indefenso México.
La prensa norteamericana, a lo largo y a lo ancho de todo el país, reflejaba claramente cuál era la actitud a la que quería inducir al pueblo de la unión. Afirmaban con alarmismo que si un ejército germano-mexicano-japonés invadía el Estado, aquello iba ser el exterminio total de los texanos. Todo aquel delirio tenía, sin embargo, una base de verdad. En los días previos al escándalo que provocó la revelación del telegrama, los alemanes comenzaron a intensificar sus contactos con distintos sectores del gobierno carrancista y los oficiales del ejército. De esa manera trataban de presionar, abriendo brechas en distintos frentes del grupo constitucionalista y también entre los disidentes, como Villa.
Después del escándalo diplomático, el 13 abril de aquel año, Zimmermann volvió a telegrafiar a su embajador en México: "sírvase precisar las sumas necesarias para desarrollar nuestra política. En este lado se toman disposiciones para remitir considerables sumas. Si es posible, incluya la cantidad requerida para armas, etc.".
Al día siguiente, la respuesta del embajador cayó como una bomba sobre las expectativas de Zimmermann. "Dice Carranza que la alianza ha fracasado a causa de la publicación prematura del telegrama, pero puede hacerse necesaria en un periodo posterior”. Luego decía: "prometió que si era arrastrado a la guerra a pesar de su deseo de permanecer neutral, podría discutir de nuevo el asunto". Parecen estar redactados con el propósito de que los aliados se enterasen de su existencia.
Días antes el presidente Woodrow Wilson declaraba solemnemente la guerra a Alemania desde la tribuna del Congreso norteamericano. ¿Se había decidido a dar ese paso de no haber sentido la presión que Alemania ejercía sobre la frontera mexicana? Estados Unidos de todas formas había entrado en la guerra porque así lo demandaban sus intereses y porque además era la prueba de fuego antes de merecer el rango de gran potencia.
REFLEXIÓN
La injerencia alemana en México fue decreciendo a medida que se complicaba el panorama bélico en Europa. Un año después de la gran tentativa de Zimmermann por involucrar a México en los intereses alemanes, aquel propósito desapareció totalmente como si sólo hubiera sido un sueño. Un sueño bastante conmovedor, por cierto: el de recuperar buena parte del territorio que había sido arrebatado a México 70 años antes. ¿Hubiera sido posible? Es muy difícil contestar ahora a tal pregunta, pero tal vez nunca como entonces, de haber sido totalmente ciertas las promesas alemanas estuvo más cerca esa revancha histórica.
También es difícil imaginar cómo hubiera conservado México su reconquista. Aprovechando el ingreso norteamericano a la guerra europea, cuando Alemania todavía estaba vigorosa, resulta por lo menos factible una victoria mexicana. El aspecto tecnológico no era tan decisivo en una guerra como puede serlo hoy. Pero una vez finalizada la guerra, cuando las tropas expedicionarias americanas estuvieran de regreso, ¿cómo haría México, entonces un país fundamentalmente agrícola, para resistir el desquite de un vecino cuyo desarrollo industrial era tan adelantado como el de cualquier potencia europea? Es difícil imaginarlo. Pero en un país, como Estados Unidos, que necesita de la guerra para crecer, es fácil deducir que la frontera norte de México hubiera representado una interminable serie de conflictos y derramamientos de sangre. Por otra parte, la grandeza de un país ni el bienestar de sus ciudadanos dependen de su extensión territorial.
Como sucede siempre, los grandes países tratan de sacar tajada de la debilidad de los pequeños. El México de aquellos años frente a los Estados Unidos, Inglaterra y Alemania, por no decir también Japón, era un país débil, que dependía de los gigantes para los suministros básicos de su desarrollo. Cuando Alemania se acercó a México, y lo mismo puede decirse respecto a Japón, no lo hizo motivado por la solidaridad ni por el deseo de ayudar a un país que saltaba del heroísmo al estoicismo para defenderse de las agresiones de su gran vecino. Sus intereses eran tan egoístas como los norteamericanos, aunque por razones de geopolítica pudieran parecer dirigidos al beneficio de México. ¿Qué confianza se podía tener en un país cuyo único propósito era desbancar un imperio ya existente y el hacer él uno nuevo?
Creer lo contrario hubiera sido engañarse. El presidente Carranza muy pronto se dio cuenta de esto e hizo el único juego que le correspondía hacer a México: tratar de extraer ventajas de las contradicciones de los países imperialistas. Todo indica que el Primer Jefe nunca tomó demasiado en serio los ofrecimientos alemanes, aunque haya tenido que considerarlos para poder formarse opinión de los verdaderos propósitos que los animaban. Por lo tanto, la historia negativa, que tanto él como su canciller dieron al embajador norteamericano Henry Fletcher, hasta hoy se mantiene como la versión oficial. La historiografía mexicana, tiene mucho de cierto.
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BIBLIOGRAFIA CONSULTADA
El Káiser y la Revolución Mexicana. Urioste Ricardo. Libro de Contenido.
Reseña gráfica de la invasión americana Veracruz 1914. Pérez de León José. Secretaría de Educación y Cultura. Gobierno del Estado de Veracruz.
Artículo compilado del periódico Notiver, sobre las traducciones del periódico The New York Time, publicadas entre el 19 y 22 de abril de 1914 en Estados Unidos sobre el conflicto México-Estados Unidos. Publicado el 21 de abril de 2010 por Notiver.
Causas y consecuencias de la Primera Guerra Mundial.
http://www.portalplanetasedna.com.ar/guerra1.htm Consultada el 30 octubre de 2012.
Historia Universal, Primera Guerra Mundial.
http://www.historiacultural.com/2010/11/primera-guerra-mundial.html
Consultada el 30 de octubre de 2012.
Ocupación estadounidense de Veracruz de 1914.
http://es.wikipedia.org/wiki/Ocupaci%C3%B3n_estadounidense_de_Veracruz_de 1914
Consultada el 2 de noviembre de 2012. 07:36 Horas.
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