Policrato Philodemos

Explosión en Tultepec

2016-12-29

 Dentro de todo este escenario de tragedia no se ha efectuado ningún análisis serio...

Almte. Manuel Rodríguez Gordillo

"El afán de lucro y la codicia, sumados a la estupidez,
corrompen la razón hasta el absurdo de sacrificar la vida propia
en su búsqueda de riqueza o poder, que nunca disfrutarán al estar muertos"

¿ Accidente ? ¿ O estallido de una corrupción acumulada ?

Han pasado varios días desde la explosión ocurrida en el mercado pirotécnico de Tultepec, Estado de México, como consecuencia de una ambición mezclada con ignorancia y estupidez suicida, aunadas a la corrupción de autoridades irresponsables por no hacer cumplir los protocolos para el manejo de explosivos, combinación siniestra que convirtió al mercado en un peligroso polvorín, dada a una absoluta falta de control.

De la misma manera no acabo de salir de mi asombro ante la hipocresía de la mercadotecnia publicitaria, tanto de los medios de difusión como en las declaraciones oficiales con sus silencios políticamente convenientes sobre esta criminal tragedia, así como de la cínica metamorfosis de las prioridades que ambas partes han venido mostrado ante este lamentable evento.

De acuerdo a los videos televisivos que mostraron las imágenes del mercado de Tultepec previos a la explosión que devastó dicho lugar, se puede observar el hacinamiento de los puestos de venta, en los cuales se exhibía la explosiva mercancía (cohetes de diferentes tamaños y usos, brujas, luces de bengala, palomas, petardos, etc.), amontonada en anaqueles y mostradores, mercancía que estaba al alcance de la mano de cualquier comprador o paseante, quienes generalmente son ajenos e ignorantes del peligro que constituye esta pirotecnia, y menos aún de las normas indispensables de seguridad que requiere su manejo, circunstancias que dejan ver la evidente falta de control de las autoridades responsables de supervisar el manejo y la venta de explosivos, así como la ausencia de una mínima seguridad en este escenario, especialmente peligroso cuando el mercado se encuentra lleno de clientela, como fueron las condiciones que se dieron al momento de ocurrir la explosión.

Llama también la atención el proceso evolutivo que ha tenido la descripción de los hechos y los comentarios posteriores en los medios de difusión masiva sobre la noticia, especialmente el cambio de prioridades e importancia que le han ido dado a cada uno de sus aspectos de esta catástrofe.

Inicialmente solo se ocuparon de describir la magnitud de los estallidos y de los incendios, así como el conteo de las víctimas fatales que iban apareciendo, así como la intervención de los bomberos y rescatistas.

En menos de 48 horas, de acuerdo a los comentarios y declaraciones oficiales, la importancia del siniestro se fue derivando hacia el recuento de las pérdidas materiales y el número de damnificados (coheteros y propietarios de los locales), acompañados de sesudos análisis sobre la importancia económica que tiene para el pueblo de Tultepec la elaboración de pirotecnia lúdica, exaltando sus tradiciones artesanales y la gran importancia económica para el pueblo el mantenerlas vivas, según declaraciones oficiales del gobierno estatal y de autoridades locales..... para esta etapa las víctimas pasaron al rincón del olvido.

Posteriormente empezaron a manejar mediáticamente la necesidad de apoyar económicamente con subsidios oficiales, a las asociaciones de coheteros de modo que puedan rehacer su coheteril industria artesanal, para enseguida plantear la necesidad de reconstruir el devastado mercado.... ¿Para que se repita por tercera vez el mismo explosivo numerito?...... y en esos giros continúa hasta el momento de escribir estas líneas.

 Dentro de todo este escenario de tragedia (que tiene como antecedente otro igual en el mismo lugar, no hace mucho tiempo), no se ha efectuado ningún análisis serio sobre las causas de esta tragedia, análisis que serviría reestructurar procedimientos y normas oficiales, así como su obligado cumplimiento, que servirían  para evitar su repetición (salvo algunas notas marginales que han pasado prácticamente desapercibidas entre tanto ruido mediático), dando a conocer a la población en general las causas reales de la explosión, así como la normatividad existente para el manejo de explosivos.

De la misma manera medios y autoridades superiores han guardado un silencio cómplice sobre  la responsabilidad de las autoridades competentes en estos casos, quienes por morosidad, incompetencia, o corrupción, dejaron que el riesgo de una explosión escalara hasta llegar a la situación catastrófica que se dio, y que hipócritamente y sesgadamente, para minimizar el tamaño de esta catástrofe han estado llamando “Accidente”, cuando la realidad es que se trató de una acumulación criminal de múltiples factores irregulares y de riesgo, que fueron tolerados por convenir a intereses inconfesables, de funcionarios municipales y comerciantes a los que su afán de lucro mezclado de estupidez ignorante (o peor aún de “valemadrismo” criminal), provocaron la explosión y la tragedia que ya parece olvidada como tal.

Es evidente la total ausencia de autocrítica, tanto de parte de las autoridades, como de los distintos medios de difusión, quienes abordaron el problema de manera sesgada, eludiendo la indispensable obligación se señalar errores y responsabilidades de esta tragedia, que fue tejida en las entrañas de la corrupción, tanto moral como prevaricadora, presentándolo como un suceso “Light” y sin trascendencia.

Para cualquiera que analice seriamente esta tragedia y su manejo mediático de autocomplacencia en el error, la corrupción, y la venalidad implícita de autoridades y medios de difusión, que pone al descubierto la decadencia de un sistema político-social que ha dejado de tener al ser humano y a su entorno ecológico, como principio y finalidad de toda actividad social y de función gubernamental, abandonando la totalidad de los valores que le dan sentido a la vida misma, adoptando como valores supremos y únicos el lucro, y el oropel ficticio del poder político.

¿Cuál será el límite de la voracidad y de la corrupción burocrática que engendra hundiendo a nuestro país?..... ¿Cuántos Tultepec más deberán explotar para despertar las conciencias ciudadanas y enderezar el rumbo?



JMRS
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