Policrato Philodemos

¿Hacia un vacío marítimo?

2007-02-19

Cabe señalar que en nuestro país la Marina de Guerra constituye la parte de las...

El abandono como estrategia

La realidad no puede eludirse
 cerrando los ojos o volteando
hacia otro lado.


Las noticias recientes sobre las amenazas del terrorismo islámico que en su lucha contra los EU., ahora se dirige a los países que le surten petróleo, como México, nos obligan a revisar las capacidades y estrategias para mantener nuestra seguridad nacional, y especialmente para proteger el recurso más valioso de exportación con que cuenta el Estado Mexicano, a fin de valorar el riesgo en que nos encontramos y las medidas que se deben tomar para asegurar nuestra estabilidad social y económica.

En una rápida estimación de la situación actual encontramos que nuestras instalaciones petroleras más importantes se encuentran en el Sureste del país, tanto en tierra como en la plataforma continental marítima de la Sonda de Campeche, que es donde se encuentran los pozos petroleros de los que se extrae más del 75 % de la producción nacional de hidrocarburos.

Encontramos también que la seguridad física y estratégica de las instalaciones petroleras se encuentra a cargo de las Fuerzas Armadas, siendo las más vulnerables ante las amenazas terroristas las plataformas petroleras que están en la mar, debido a los accesos abiertos que ofrece el medio marítimo, mismos que solo pueden ser controlados y/o sellados con embarcaciones oceánicas equipadas con medios de alerta y de contención eficaces (sistemas electrónicos de detección temprana, así como armamento disuasivo y ofensivo adecuado), complementadas con el apoyo de la aviación naval y con un sistema táctico inviolable de comunicaciones navales.

Por otro lado debemos considerar, como paradigma avalado por la historia, que el poder como relación social, se asemeja a un terreno inundado con desniveles que siempre tienden a ser llenados, y que ante la ausencia de la autoridad legítima serán llenados por el primero que llegue, paradigma del poder que llevado al ámbito marítimo nos explica los riesgos que se corren como nación en dicha área (que en México supera en 50 % a la superficie continental del país), en el caso de que por negligencia, ignorancia o intereses partidistas, nuestros políticos desatiendan la seguridad nacional en los mares mexicanos, en donde los vacíos del poder federal que se dejen por falta de recursos, podrían ser ocupados por poderes fácticos (gobiernos extranjeros, pesca ilegal, crimen organizado, y actualmente por el terrorismo islámico fundamentalista), quienes buscarán sacar ventaja, siempre en perjuicio de los intereses mexicanos, aprovechando nuestras islas y cayos como base de operaciones, y nuestra frontera litoral de más de 11,000 kilómetros como acceso al territorio nacional.

Cabe señalar que en nuestro país la Marina de Guerra constituye la parte de las Fuerzas Armadas menos familiar para la ciudadanía, debido a que su presencia solo es visible en los puertos y en las áreas litorales cercanas, dado que las misiones y tareas que desempeña no son visibles por llevarse a cabo en la inmensidad solitaria de los mares, aspecto que la convierte en una desconocida para la mayoría de los mexicanos y por lo mismo, en un sector del poder marítimo de lo que casi todo se ignora, especialmente en la utilidad que tiene para México desde ángulos muy importantes de la seguridad nacional, como lo son el estratégico, el económico, el social y el geopolítico, por citar los más importantes (antes de que apareciera la amenaza directa de los terroristas islámicos de Al Qaeda a nuestras instalaciones petroleras en la Sonda de Campeche), por lo que esta imagen superficial y el desconocimiento de la naturaleza y variedad de misiones que desempeña la Armada de México ha provocado que algunos consideren su existencia y mantenimiento como un gasto un tanto oneroso e innecesario, cuyas consecuencias fueron la asignación de un presupuesto raquítico e insuficiente, que en el pasado la llevó a convertirse en una armada solamente de ceremonial, lastimosamente ineficiente en las operaciones e incompetente para poder cumplir con las misiones y tareas indispensables

La mayoría de las unidades a flote que actualmente componen la Armada de México son buques viejos e ineficientes de más de 25 años, (que es el tiempo promedio de vida útil de un buque de guerra), algunos de ellos construidos durante la Segunda Guerra Mundial y con una edad de 65 años, solo que en la actualidad las exigencias de seguridad marítima y naval que está obligada a desarrollar nuestra marina de guerra han aumentado considerablemente, no así la capacidad de sus buques envejecidos que cada vez pasan más tiempo en reparaciones y mantenimiento, lo que reduce su disponibilidad operativa, que cada vez son menos eficientes en su desempeño, y que por su edad y obsolescencia cuesta más su operación debido a su bajo rendimiento, razones que por sí solas justificarían su reposición por nuevas y mejores unidades, cuyo costo de construcción sería menor (además de amortizable en poco tiempo), que lo que actualmente se gasta en operar unidades obsoletas e ineficientes, solo que este aspecto económico y de análisis elemental lo pasan por alto o es desconocido por nuestros políticos (especialmente los de oposición), cuando hacen recortes a los presupuestos indispensables para la reposición de buques para la Armada de México, sin considerar las consecuencias que pueda tener para la seguridad nacional en nuestros espacios marítimos.

Desde una perspectiva estratégico militar la indefensión naval es la más onerosa de las políticas posibles que pueda seguir cualquier país litoral, ya que deja las riquezas de sus costas y mares a merced de la codicia de quien pueda o sepa aprovecharlas para su beneficio, tal y como ha sucedido en diversas etapas de nuestra historia ( Isla de Tris < "Hoy Isla del Carmen" >, el territorio de la actual Texas, la Bahía de Chetumal, Etc. ),  siendo una de las más  conocidas aquella en donde por abandono se perdió para la soberanía mexicana la antigua Isla de la Pasión ( Hoy Cliperton ), debido a la inexistencia práctica de un poder naval en la Republica, que la resguardara y que dejó en el abandono a la isla y a su guarnición, todo ello provocado por la debacle del poder en el país, debido a las luchas revolucionarias y políticas durante el primer cuarto del siglo pasado (que se asemejan mucho a las que actualmente provocan los miembros de la oposición en las cámaras legislativas, en donde no les preocupa sacrificar al país en aras de sus intereses partidistas o particulares, obstaculizando cualquier iniciativa gubernamental, aunque ésta sea útil o necesaria para la nación), circunstancia que en su tiempo aprovechó Francia para reclamarla como suya en un juicio internacional, en el que se le adjudicó la posesión plena y la soberanía de dicha isla en 1933, a través del laudo arbitral de Víctor Manuel III, rey de Italia.

Podríamos hablar sobre las ventajas económicas que implica la existencia de una marina de guerra eficaz y eficiente, como garantía y seguridad de las actividades económico productivas que se desarrollan en la mar, que son muchas dadas las actuales condiciones de México, pero es necesario señalar también los costos políticos y sociales que implican para México el tráfico de indocumentados, el tráfico de drogas y estupefacientes que llegan a México por vía marítima, la degradación ecológica de nuestros mares debido al vertimiento de contaminantes y la destrucción de los arrecifes coralinos, costos que son muy elevados y que afectan a la misma sobrevivencia de la nación, mismos que podrían ser evitados si se otorgara una suficiente asignación presupuestal a nuestra marina de guerra.

Así como necesitamos de una reja de seguridad, de una puerta, o de vigilancia permanente para evitar que los ladrones entren a nuestra casa a saquear nuestras pertenencias, nuestros mares también necesitan de esa reja, puerta, o vigilancia ( Que solo puede ser hecha por nuestra marina de guerra ), para evitar que destruyan o roben las riquezas que estos encierran, ya que se trata de un asunto de seguridad nacional y un problema de carácter urgente que todos debemos entender en su magnitud, especialmente la clase política de México, para así poder implementar las medidas que lo resuelvan...... bueno, solamente en el caso de que queramos ser dueños de nuestro futuro y no que por falta de visión, de voluntad política, o por corrupción, nuestros hijos tengan que vivir subordinados a intereses extranjeros y maldiciendo a sus ancestros.

Finalmente cabe señalar que las erogaciones necesarias para crear y mantener una marina de guerra en un país como el nuestro, en el que se debe ejercer soberanía en alrededor de 11,000 Km. de litorales, en un sinnúmero de islas, cayos y zonas arrecifales, en una extensión de cerca de 3,000,000 de kilómetros cuadrados de Zona Económica Exclusiva, en donde yacen valiosos recursos renovables como las pesquerías, y no renovables como los nódulos polimetálicos de importancia estratégica, y las instalaciones petroleras (hoy amenazadas por el terrorismo internacional), por lo que las citadas erogaciones debieran ser consideradas como inversión recuperable en el corto plazo, y no como un gasto innecesario, ya que la ausencia de una marina de guerra organizada y eficiente nos dejaría en la indefensión marítima, e incapaces de proteger la vida humana en la mar, de apoyar el desarrollo marítimo en general y de salvaguardar los intereses nacionales en nuestros mares, lo que es infinitamente más caro que la inversión necesaria para tener una marina de guerra que proteja estos intereses y bienes, evitando el riesgo que conllevaría para el desarrollo nacional.



AAG
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