Migración

Diplomacia fina, para poner al mundo de acuerdo sobre la migración

2018-03-12

"Desde luego que todos hemos lamentado que Estados Unidos haya decidido no formar parte del...

Mario Villar

Naciones Unidas, 11 mar (EFE).- Poner al mundo de acuerdo sobre un asunto tan espinoso como la migración es la tarea asumida por el embajador de México ante la ONU, Juan José Gómez Camacho, quien apuesta por dejar de lado la ideología y por una "diplomacia fina" para lograr su objetivo.

Gómez Camacho lidera, junto al suizo Jürg Lauber, la negociación de un Pacto Mundial para una Migración Segura, Regular y Ordenada, el primer gran intento de Naciones Unidas por gestionar a nivel global el fenómeno migratorio.

En vísperas del inicio de la segunda ronda de negociaciones este lunes, el diplomático mexicano reconoce lo complicado del esfuerzo, pero se muestra convencido de que se saldará con éxito.

"Hay retos políticos muy grandes, hay elecciones nacionales que se están decidiendo sobre la base del factor migratorio y eso, naturalmente, pone dificultades muy grandes a los gobiernos para poder negociar y comprometerse en un proceso como este", explica en una entrevista con Efe.

Gómez Camacho, sin embargo, se declara "muy optimista" y seguro de que para el próximo mes de julio habrá un acuerdo "muy muy sólido".

La realidad, subraya, es que el mundo es por fin consciente de que "no hay manera de abordar un fenómeno trasnacional" como la migración desde un prisma exclusivamente nacional.

Una de las claves, según Gómez Camacho, es que hoy casi todos los países viven una situación mucho más similar entre sí.

"La migración ya no es Sur-Norte, es de todos a todos lados, lo que significa, entre otras cosas, que la distinción a rajatabla que solíamos tener entre países de origen y países de destino se está borrando rápidamente", apunta.

Hoy, casi todos los Estados son al mismo tiempo puntos de origen, de tránsito y de destino para los migrantes.

Y, cada vez más, existe un reconocimiento del papel positivo que la migración desempeña para todo el mundo, a pesar de los discursos políticos que afloran en su contra en muchos lugares.

La clave para avanzar, apunta Gómez Camacho, es apoyarse en "evidencias" y comprender adecuadamente el fenómeno, algo a lo que se dedicó un año de trabajo previo al inicio de las discusiones entre Gobiernos.

"Es imposible negociar algo sobre la base de percepciones, sobre la base de ideología y sobre la base de información errónea", explica.

El otro "factor determinante", asegura, es "generar confianza" entre las partes para que acepten discutir y llegar a compromisos.

"Esto es un esfuerzo de diplomacia fina, de diplomacia sofisticada", recalca.

Según Gómez Camacho, los gobiernos tienen que "hilar" con mucho cuidado para "navegar sus propias complejidades políticas internas" y, al mismo tiempo, poder participar con éxito en el proceso en la ONU.

Por ahora, el único país del mundo que ha optado por mantenerse al margen de la negociación es Estados Unidos, que considera que el pacto choca con los principios de la Administración de Donald Trump en materia de inmigración.

"Desde luego que todos hemos lamentado que Estados Unidos haya decidido no formar parte del proceso", admite Gómez Camacho, que reconoce que la ausencia es "importante", pero que destaca el compromiso mostrado por el resto de naciones para continuar "a toda marcha".

Según la ONU, el pacto es necesario desde un punto de vista ético y humanitario, con el fin de proteger a los migrantes, que a menudo víctimas de graves violaciones de los derechos humanos.

Pero también hay un argumento económico, según subraya el diplomático mexicano, dado que los migrantes contribuyen con un 9 por ciento del Producto Interior Bruto mundial pese a ser únicamente el 3,2 por ciento de la población del mundo.

Ese impacto económico, recuerda, no se traduce únicamente en remesas para los países de origen, sino que beneficia más aún a los países de recepción.

Hasta un 85 por ciento de los ingresos de los migrantes permanecen en los países donde viven, según los estudios de la ONU.

El pacto, según el borrador preparado por México y Suiza, se articulará en torno a 22 grandes objetivos e incluye compromisos concretos como aumentar la vías de migración regular, utilizar la detención de migrantes solo como "última opción" o facilitar su acceso a servicios públicos sin importar su estatus.

"La migración tiene que ser ordenada, segura y regular para garantizar y proteger la dignidad y la integridad de estas personas, pero también para que (...) todo el mundo se beneficie de este fenómeno que en gran medida es un fenómeno sumamente positivo", subraya Gómez Camacho.
 



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