Religión
Pecados nacen de deseos malvados
(ANSA) - CIUDAD DEL VATICANO.- El papa Francisco dijo hoy que "todos los mandamientos tienen el deber de indicar el límite de la vida, aquel más allá del cual el hombre se destruye a sí mismo y al prójimo".
Así se expresó hoy en la audiencia general de los miércoles, dedicada al último mandamiento: "No desear el cónyuge de otros, no desear los bienes de otros". "Si vas más allá, te destruyes a ti mismo, destruyes también tu vínculo con Dios, destruyes además tus relaciones con los otros. Los mandamientos señalan esto", subrayó el pontífice. "Todos los pecados nacen de un deseo malvado, todos. Allí comienza a moverse el corazón, uno entra en esa ola y termina en la transgresión: pero no en una transgresión moral, legal; en una que lo hiere a sí mismo, que hiere a los otros", remarcó.
Según Jorge Bergoglio, "se comprende, por lo tanto, que todo el recorrido del Decálogo no tendría utilidad alguna si no alcanzase este nivel, el del corazón del hombre, donde nacen todas estas cosas feas".
"El Decálogo se muestra lúcido y profundo sobre este aspecto.
el punto de llegada de su viaje es el corazón, y si éste no es liberado, el resto sirve muy poco", afirmó. "Este es el desafío: liberar al corazón de todas estas cosas malvadas y feas", concluyó.
Jamileth
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