Turismo
México: invasión de sargazo amenaza sus preciadas playas
Por MARK STEVENSON
CIUDAD DE MÉXICO (AP) — Los turistas que buscan sol y playa en balnearios mexicanos como Cancún, Playa del Carmen y Tulum se topado con montones de maloliente sargazo, un alga marina que se acumula en las playas y tiñe el color turquesa de sus aguas de marrón. Y los expertos advierten que esta podría ser la nueva realidad de la zona.
La costa de Riviera Maya, en el Caribe mexicano, proporciona la mitad de los ingresos por turismo del país y, hasta 2014, a sus costas apenas había llegado el sargazo. Pero una posible combinación de cambio climático, contaminación derivada del uso de fertilizantes y flujos y corrientes oceánicos que llevan las algas hasta la región fue el detonante del problema.
Aunque no tenga el impacto global del derretimiento de los casquetes polares, las vastas masas de sargazo que llenan en Caribe podrían ser una de las consecuencias del cambio climático más visibles por el elevado número de turistas que visitan las populares playas de la región, según algunos funcionarios.
“Se trata de uno de los mayores retos que enfrenta el mundo como consecuencia del cambio climático”, dijo el gobierno del estado de Quintana Roo, conocido por la gran cantidad de resorts vacacionales que alberga en sus costas. “Dicho desafío requiere de la suma de esfuerzos multinacionales y de un compromiso global por encarar los efectos del desarrollo económico sobre el medio ambiente”.
Aunque la cifra de viajeros que llegaron al aeropuerto de Cancún en marzo subió un 3,3% con respecto al mismo mes del año anterior, muchos temen que este ritmo no pueda mantenerse si el sargazo cubre la arena blanca y las aguas turquesas de sus playas, además de impregnar el aire, ya que el alga en descomposición huele a huevo podrido. A medida que se descompone se hunde, por lo que podría sofocar a los famosos corales caribeños, y su acumulación en las playas podría dificultar el anidamiento de las tortugas marinas.
“En mi humilde opinión, esto es un desastre eventualmente paralizará el turismo y los negocios y, lamentablemente, destruirá la economía local”, señaló Jef A. Gardner, un turista habitual en Playa del Carmen de Knoxville, Tennessee. “Es un problema de la costa este del Caribe que va desde Cancún hasta el Cayo Ambergris en Belice”.
Estas preocupaciones podrían no ser una hipérbole: la presencia de sargazo parece haber empeorado en algunas partes de la costa mexicana con respecto al año pasado. Y el problema afecta además a casi todas las islas y playas continentales en el Caribe de algún modo. La costa estadounidense del Golfo de México registró un episodio en 2014 y a la de Florida está llegando este año.
Las algas que inundan el Caribe tienen un origen inesperado: las aguas tropicales del Océano Atlántico más allá de la desembocadura del Río Amazonas.
Según Chuanmin Hu, profesor de oceanografía de la Facultad de Ciencias Marinas de la Universidad del Sur de Florida, la proliferación del sargazo parece ser el resultado del incremento de los flujos de nutrientes y del afloramiento, un fenómeno por el que las corrientes sacan a la superficie esos nutrientes que estaban en las profundidades. Las corrientes oceánicas dominantes llevan las algas hasta el Caribe, donde pueden crecer más.
No es probable que el ciclo vaya a detenerse pronto, agregó el experto.
“Debido al cambio climático global, es posible que hayamos incrementado el afloramiento, la deposición de aire o las fuentes de nutrientes de los ríos, por lo que los tres factores pueden haber aumentado las crecientes cantidades de sargazo”, explicó Hu.
Aunque afirmó que se necesitan más investigaciones para relacionar definitivamente el fenómeno con la actividad humana, apuntó a las pruebas de un “mayor aumento de fertilizantes y el aumento de la deforestación” como posibles culpables, al menos en lo que a la Amazonia se refiere.
Es probable que el aumento de la temperatura del mar desempeñe un papel menor ya que la zona _ el Atlántico tropical y el Caribe_ siempre ha sido cálida.
Mientras, los dueños de los lujosos hoteles costeros mexicanos están desesperados por encontrar soluciones.
“Lo que hay que hacer es detenerlo antes de que llegue a las playas”, señaló Adrián López, presidente de la Federación de Empresarios de Quintana Roo.
Las barreras de plástico flotantes se pueden anclar mar adentro para atrapar las algas, pero como apunta López, algunos balnearios tienen barreras de coral a poca profundidad y distancia de la costa donde esta solución no valdría.
Por su parte, Hu advirtió que este sería un remedio costoso: habría que recoger las toneladas de sargazo que se acumulan tras las barreras, cargarlas en barcos y retirarlas en cientos de trayectos diarios.
Los científicos han establecido sistemas de seguimiento para el sargazo que detectan la cantidad de algas que se dirigen a las costas del Caribe, pero es difícil predecir cuándo o a donde llegarán.
La extracción en el mar pone en peligro a las especies que usan las barreras como escondite para sus crías. Pero sacarlas las algas con palas o máquinas una vez llegan a la playa también es una tarea hercúlea que puede poner en peligro los sitios de anidación de las tortugas.
“Tú puedes limpiar la playa, tenerla limpia, empezar a limpiar a las seis de la mañana y a las once no tener una sola alga. Y a las siete de la tarde, antes de que oscurezca, ya está lleno de nuevo”, agregó López.
Todo esto hace que la gente eche de menos la época anterior a 2014, cuando el sargazo era “era muy poquito, muy manejable, no era una plaga, no era siquiera un riesgo” en la playa.
Ahora, surgen nuevas ideas para reutilizar las algas recolectadas en la costa, como emplearlas como aditivo en la fabricación de ladrillos. Pero su uso como fertilizante o comida para animales está limitado por la cantidad de químicos que contienen, como sal, yodo y arsénico.
Los turistas acuden a la costa caribeña mexicana para tomar el sol en su arena blanca y hacer esnórquel en las aguas turquesas. Aunque hay otras cosas que hacer, como visitar los cenotes, las ruinas mayas y la selva, las playas siguen siendo el principal atractivo de la región. Y es poco probable que los visitantes acepten un mar marrón plagado de algas.
Los propietarios de los hoteles y quienes trabajan en el sector turístico _ que en cierto modo es casi todo el mundo en Quintana Roo _ se sienten abandonados por el gobierno federal, que está planeando la construcción de un ferrocarril que conecte la costa con las ruinas mayas en el interior.
“Con sargazo no hay tren maya”, dice un eslogan lanzado por empresarios locales.
Jamileth
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