Mensajería

El albañil que se despistó

2019-07-02

Todos tenemos vocación de albañiles... ¿cómo hemos construido nuestra...

Por: P. Dennis Doren LC 

Todos tenemos vocación de albañiles... ¿cómo hemos construido nuestra vida?

Todos tenemos vocación de albañiles; todos de una o de otra forma somos constructores; así es, constructores de nuestras propias vidas, y como en toda construcción, el trabajo o se hace bien, mal o a medias. Así la propia casa, unos utilizan materiales resistentes, de primera mano, que den seguridad e incluso que resistan fuertes terremotos; otros, en cambio, con tal de ahorrar, abaratan los costos haciendo sus trampillas, construyendo con materiales de segunda calidad, tarde o temprano el resultado se deja ver.

Es el momento para analizar el material con el que has construido o estás construyendo tu vida, en qué apoyas tus cimientos y con qué material los levantas. Muchas veces no le damos importancia, creemos que no tiene implicaciones el ir haciendo las cosas a la buena de Dios, sin esforzarme en construir un edificio sólido y de calidad. No lleves tu vida con superficialidad, con indiferencia, edificando con material de segunda, aplícate a dar lo mejor de ti mismo, con el mejor tiempo y con tus mejores disposiciones, al fin y al cabo es tu propia casa. Dios ha puesto en tus manos este proyecto, te guste o no, tú vivirás en ella.

Un maestro albañil, ya entrado en años, estaba listo para retirarse. Le dijo a su jefe de sus planes de dejar el negocio de la construcción para llevar una vida más placentera con su esposa y disfrutar a su familia. Él iba a extrañar su cheque mensual, pero quería retirarse. Ellos superarían esta etapa de alguna manera.

El jefe sentía ver que su buen empleado dejaba la compañía y le pidió si pudiese construir una sola casa más, como un favor personal. El albañil accedió, pero se veía fácilmente que no estaba poniendo el corazón en su trabajo; utilizaba materiales de inferior calidad y el trabajo era deficiente. Era una desafortunada manera de terminar su carrera.

Cuando el albañil terminó su trabajo, y su jefe fue a inspeccionar la casa, el jefe le extendió al albañil las llaves de la puerta principal.

Esta es tu casa –dijo-, es un regalo para ti.

¡Qué tragedia! ¡Qué pena! Si solamente el albañil hubiera sabido que estaba construyendo su propia casa, la hubiera hecho de manera totalmente diferente. Ahora tendrá que vivir en la casa que construyó no muy bien que digamos. Si él lo hubiera sabido antes, si hubiera tenido conciencia del proyecto que estaba realizando, pero no le dio importancia. ¡Vaya, qué fracaso!

Si construimos nuestras vidas de manera distraída, sin dedicación y quejándonos cuando deberíamos actuar; si estamos dispuestos a poner en lo que hacemos menos de lo que podemos y debemos... entonces con pena veremos la situación que hemos creado y encontraremos que estamos viviendo en la casa que nosotros mismos construimos.

Pensemos como si fuéramos el albañil. Pensemos en nuestra casa. Cada día clavamos un clavo, levantamos una pared o edificamos un techo. Construyan con sabiduría. Es la única vida que podrán construir.

Inclusive si sólo la vivimos por un día más, ese día merece ser vivido con gracia, plenitud y dignidad. La Vida Es un Proyecto de... ¡Hágalo Usted Mismo! .

Bien decía el Papa Benedicto XVI refiriéndose a la Emergencia Educativa , confirmada por los fracasos que encuentran con demasiada frecuencia nuestros esfuerzos por formar persona sólidas, capaces de colaborar con los demás y de dar un sentido a la propia vida (Carta del Papa sobre la tarea urgente de la educación, martes 29 enero 2008) , no sea que nuestra vida sea así, frágil, sin consistencia, encerrada en mí mismo y que no tenga una razón de ser, un verdadero sentido. Espero que tú no seas de esos albañiles que hacen las cosas a medias.



regina