Internacional - Política

Militares peruanos respaldan a Vizcarra, pero legisladores rebeldes lo desconocen

2019-10-01

Las cúpulas militar y policial mostraron su respaldo la noche del lunes luego de que casi...

Por Marco Aquino

LIMA, (Reuters) - Las Fuerzas Armadas y la policía de Perú reafirmaron su lealtad al presidente Martín Vizcarra, que ordenó disolver el Congreso y llamar a elecciones para renovarlo, pero legisladores rebeldes desconocían el martes al mandatario tras designar en su lugar a la vicepresidenta.

Las cúpulas militar y policial mostraron su respaldo la noche del lunes luego de que casi dos tercios de los legisladores del Congreso -dominado por la oposición- suspendieron temporalmente al centrista Vizcarra, ahondando la mayor crisis política del país en casi dos décadas.

Vizcarra convocó a elecciones legislativas para el 26 de enero. El nuevo Congreso sesionaría hasta julio del 2021, el periodo constitucional del Parlamento disuelto, según un decreto supremo publicado en el diario El Peruano.

La oficina de la presidencia informó a través de Twitter que contaba con el respaldo de las fuerzas militares, y acompañó su mensaje con una foto de Vizcarra junto al jefe del comando conjunto de las Fuerzas Armadas y los comandantes del Ejército, Marina y la Fuerza Aérea, y de la Policía.

Vizcarra, que ha lanzado una campaña anticorrupción, acusa al Congreso de entorpecer la labor del Gobierno con frecuentes interpelaciones a ministros gracias al voto mayoritario del partido de derecha liderado por Keiko Fujimori, quien está detenida mientras la investigan por supuesto lavado de dinero.

Unos 86 legisladores, de los 130 del Congreso, se negaron el lunes por la noche a dejar el parlamento y en una inesperada sesión aprobaron suspender de sus funciones a Vizcarra durante 12 meses por “incapacidad temporal”.

Poco después, los opositores proclamaron a la vicepresidenta Mercedes Aráoz como presidenta interina.

Pero el martes, luego de que la mayoría de legisladores se retiraron en la madrugada, algunos regresaron a la sede del Congreso. En las afueras del hemiciclo la policía con cascos y escudos de plástico acordonó la sede y restringía el ingreso.

“Es un golpe de Estado. Es un atentando a los todos los congresistas”, dijo a periodistas la legisladora Luz Salgado, del partido de Fujimori, que logró ingresar al parlamento.

Disuelto el Congreso, sólo la Comisión Permanente conformada por 27 legisladores continuará en funciones y podría revisar decretos de urgencia, según la Constitución.

Los mercados reaccionaron y la moneda peruana caía un 0,86% y la bolsa local un 0,62% por la incertidumbre.

CONTROVERSIA LEGAL

Cientos de personas se manifestaron hasta la madrugada a favor de la disolución de la cámara legislativa, una de las instituciones más desacreditadas por escándalos de corrupción, que también han involucrado a cuatro expresidentes.

A muchos les preocupa que la crisis pueda conducir a una batalla legal por controversias constitucionales, en momentos en que la economía del país minero sufre una desaceleración por la incertidumbre política y la continua guerra comercial entre Estados Unidos y China.

Aráoz, antes de jurar como presidenta interina, dijo que acudirá a las Organización de Estados Americanos (OEA) para que ayude a Perú a resolver el “impasse político”.

El Congreso dijo en un comunicado que Vizcarra disolvió el Parlamento, pese a que le otorgó la confianza al mandatario.

La decisión de Vizcarra de cerrar el Congreso se produjo luego de que los legisladores designaron a uno de los miembros del Tribunal Constitucional, pese a las advertencias del mandatario de que si lo hacían iba a suspender a la cámara porque significaba un rechazo de confianza a su gabinete.

“Ante la negación fáctica de la confianza y en respeto irrestricto de la Constitución política del Perú he decidido disolver constitucionalmente el Congreso y llamar a elecciones de congresistas de la República”, dijo Vizcarra.

Tras el rechazo del Congreso a su gabinete, Vizcarra designó a su ministro de Justicia Vicente Zeballos como nuevo jefe del equipo de gobierno, que espera renovar a la terna ministerial.

La última vez que un mandatario cerró el Congreso en Perú fue en 1992, cuando Albero Fujimori, padre de Keiko, alegó obstrucción en temas de seguridad y economía. Sus detractores afirman que fue para tapar investigaciones de corrupción.

La actuación política del mandatario Vizcarra fue la respuesta a la decisión del Congreso de archivar su proyecto de adelantar las elecciones generales, con lo que buscaba terminar con el choque entre ambos poderes.



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