Derechos Humanos
ONU: Millones de personas pasan hambre en Asia-Pacífico
Por ELAINE KURTENBACH
BANGKOK (AP) — Casi 500 millones de personas siguen sufriendo malnutrición en la región de Asia-Pacífico, según un reporte de agencias de la ONU publicado el miércoles, y eliminar el hambre para 2030 requiere sacar a millones de personas de la inseguridad alimentaria cada mes.
Los datos reunidos por Naciones Unidas muestran un lento avance e incluso algunos retrocesos en problemas de salud y crecimiento relacionados con la malnutrición infantil. Además, el aumento de la desigualdad supone que pese a un crecimiento económico relativamente rápido, los ingresos en la región no aumentan a ritmo suficiente como para ayudar a garantizar dietas nutritivas y adecuadas para cientos de millones de personas que aún viven en la pobreza, indicó el informe.
Las agencias de la ONU instaron a los gobiernos a aunar esfuerzos para combatir la pobreza con políticas orientadas a la nutrición, la salud y la educación.
Los objetivos de desarrollo sostenible marcados por la ONU para 2030 piden poner fin al hambre y asegurar que todo el mundo tiene acceso adecuado a la comida todo el año.
“No estamos en el buen camino”, dijo Kundhavi Kadiresan, representante regional de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés). “El progreso en reducir la desnutrición ha frenado mucho en los últimos años”.
Más de un quinto de los habitantes de la región Asia-Pacífico afronta una inseguridad alimentaria de moderada a leve, lo que significa que deben escatimar en comida o pasar hambre parte del año, y en los peores casos pasar días enteros sin comer.
Más de la mitad de los 479 millones de personas en la región que están desnutridas viven en el sur de Asia, donde más de un tercio de los niños sufren malnutrición crónica, indicó el reporte escrito por la FAO, UNICEF, el Programa Mundial de Alimentos y la Organización Mundial de la Salud.
Casi el 21% de los niños en India sufre una forma grave de malnutrición.
Una nutrición inadecuada de los menores pone en peligro su desarrollo futuro, especialmente su capacidad cognitiva, una desventaja crucial en la sociedad tecnológica del siglo XXI, señaló Michael Samson, director de investigación del Economic Policy Research Institute, que habló en la presentación del informe en Bangkok.
La capacidad cognitiva no puede comprarse ni fabricarse, de modo que “invertir en los primeros 1,000 días (de la vida de un niño) es la inversión más importante que puede hacerse en la productividad futura”, dijo.
Los gobiernos han empezado a aplicar algunas medidas para combatir los graves déficits en nutrición materna e infantil. Tailandia ha introducido subsidios que ayudaron a mejorar la salud y la dieta de familias con niños pequeños. En la vecina Myanmar, los programas piloto en el estado de Chin se están ampliando para cubrir más territorio.
“La estrategia no es solo proporcionar dinero, sino mejorar la concienciación sobre la nutrición, planificación familiar y agua y saneamiento”, dijo Shein Myint, director asistente de la sección de Protección Social en el Ministerio birmano de Bienestar Social.
“Por el seguimiento sabemos que los beneficiarios utilizan el dinero sobre todo para tener comida nutritiva y para costes sanitarios”, explicó.
Por su parte, Camboya va a expandir un programa llamado NOURISH, fundado en un principio por la Agencia estadounidense de Desarrollo Internacional. Proporciona ayuda a mujeres embarazadas pobres y a las familias durante los primeros 1,000 días de vida de un bebé. En las zonas donde se aplicó el programa hubo un descenso de casi el 20% en el retraso de crecimiento y una mejora considerable en la dieta de los niños pequeños, señaló Laura Cardinal, que dirigió el proyecto.
Mientras que muchas personas en Asia siguen sin recibir las calorías suficientes, en el Pacífico el problema son demasiadas calorías vacías. La tasa de obesidad en las islas del Pacífico está entre las más altas del mundo y sigue subiendo con rapidez, debido en parte a que la comida sana es costosa y más difícil de conseguir. Además, los banquetes son una pieza central de las culturas locales, señaló Lu’isa Manuofetoa, directora general en funciones del ministerio de Asuntos Internos de Tonga.
“A la gente le gusta tener banquetes todo el tiempo, eso es algo que tenemos que cambiar”, dijo.
Jamileth
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