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La Cámara de Representantes aprueba el envío de los cargos contra Trump y activa el juicio en el Senado

2020-01-15

Durante semanas, un centenar de senadores convertidos en miembros de un jurado escucharán...

Amanda Mars | El País

Washington.- El tercer juicio político a un presidente de Estados Unidos en la historia ya está a punto de llegar al Senado. La Cámara de Representantes ha aprobado este miércoles el nombramiento de los siete congresistas demócratas que ejercerán como fiscales en el impeachment contra el presidente Donald Trump a raíz del escándalo de Ucrania y ha activado el envío de los cargos —abuso de poder y obstrucción al Congreso— a la Cámara alta. Durante semanas, un centenar de senadores convertidos en miembros de un jurado escucharán los argumentos de las partes, quizá también a testigos, y decidirán si hay que destituir al mandatario.

El guión del día ha demostrado que este país carece de realeza pero ama la pompa. Al histórico voto le sigue esta tarde una ceremonia solemne, que comienza con la entrega simbólica de los los cargos contra el presidente —los llamados artículos del impeachment— por parte de la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, a los recién nombrados fiscales, el secretario de la Cámara y el sargento de armas. Acto seguido, la comitiva marcha en procesión a presentar esos artículos ante el secretario del Senado. La ocasión, merece, en cualquier caso, grandilocuencia. Solo hay dos precendentes de impeachment en Estados Unidos, el de Andrew Johnson en 1868 y el de Bill Clinton en 1998. Ninguno acabó con la caída del mandatario, pero en cada momento de la historia sacudió a la nación.

La Cámara alta se convierte a partir de este jueves en un tribunal. El presidente del Supremo, el juez John Roberts, acudirá ese mismo día a jurar su cargo, al igual que los 100 senadores estadounidenses, que ahora se convierten en los miembros del jurado. Para algunos de ellos, el calendario no puede resultar peor. Este el tercer impeachment de la historia de Estados Unidos, pero el primer que coincide en medio de unas primarias demócratas, y cuatro de los aspirantes son senadores cuyas agendas de campaña acaba de saltar por los aires. Todos deben participar en las sesiones, de seis días por semana, en silencio y con los teléfonos apagados. A apenas poco más de dos semanas de los primeros caucus, de Iowa, este proceso supone un serio apuro para dos de los aspirantes más destacados en los sondeos, Elizabeth Warren y Bernie Sanders.

Aunque el juicio comienza formalmente con la juras, los argumentos iniciales de los cargos se esperan para el próximo martes. El presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara baja, Adam Schiff, y su homólogo en el de Justicia, Jerry Nadler, primeros espadas de los demócratas en la fase de investigación y audiencias previas que se desarrolló durante más de dos meses, se daban por descontado en el grupo de fiscales. A estos, se suman los congresistas Zoe Lofgren, de California; Hakeem Jeffries, de Nueva York; Val Domings, representante por Florida; Jason Crow, de Colorado; y Silvia Garcia, de Texas. Al otro lado, los 53 senadores republicanos han cerrado filas en torno a Trump, así que la absolución del presidente se da por descontada.

El presidente está acusado de abuso de poder en busca de beneficio electoral por las maniobras para que Ucrania anunciase una investigación contra su rival político Joe Biden, precandidato demócrata a las presidenciales de 2020, y al hijo de este por sus negocios en el país. También debe responder por la acusación de obstrucción al Congreso, ya que decidió torpedear toda la fase de instrucción previa en la Cámara de Representantes, rechazando la declaración de testigos de la Administración y la entrega de decenas de documentos.

Una incógnita de este juicio consiste en si los republicanos, decidido a declarar inocente a Trump cuanto antes, aceptan la declaración de nuevos testigos, algo que los demócratas no dejan de reclamar.

Este proceso ha resultado absolutamente tribal. El precedente más cercano, el del impeachment a Bill Clinton en 1998 a raíz de caso Lewinsky, también se desarrolló con altas dosis de partidismo, pero al menos las normas según las cuales se desarrollaría el juicio salieron adelante por unanimidad. Eso parece improbable esta vez. Si la mayoría demócrata en la Cámara baja manejó toda la fase previa de este procedimiento, es ahora la mayoría republicana la que tiene la sartén por el mango.



Jamileth
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