Entre la Espada y la Pared

Trump contra Biden: el republicano iguala las apuestas, pero no los sondeos

2020-09-03

La probabilidad de una victoria de Trump ha subido del 28% al 31% en el modelo de Fivethirtyeight,...

Por KIKO LLANERAS | El País

Buenos días. Regreso del verano con novedades para la newsletter. Quiero recuperar la normalidad de dos maneras: os volveré a escribir entre semana —y cada semana— sobre asuntos que no serán solo coronavirus. Creo que la epidemia exigía toda la atención que le prestamos y seguirá exigiéndola. Pero es hora de hablar de otras cosas relevantes.

Trump recupera terreno

Lo básico. Aunque el demócrata Joe Biden se mantiene favorito, las opciones de Trump han mejorado en las últimas dos semanas. Biden está seis puntos arriba en las encuestas y los modelos de predicción le dan un 70% de opciones de ganar, pero las apuestas ven la carrera empatada.

La probabilidad de una victoria de Trump ha subido del 28% al 31% en el modelo de Fivethirtyeight, siguiendo una pequeña mejoría de sus encuestas. También se han movido en ese sentido los expertos en predicción de Good Judgement: suben sus opciones del 21% al 27%.

Pero donde Trump ha recuperado más terreno es con los apostadores. En el mercado de apuestas, según datos de Real Clear Politics, hay tanta gente apostando por el republicano como por Biden. La victoria de uno y otro sería una moneda al aire.

No está claro a qué se debe este avance de Trump. Algunos comentaristas creen que le benefician las protestas por la justicia racial que han desembocado en episodios violentos estos días. Quizás es así, aunque las protestas junio no tuvieron ese efecto y de momento no se han publicado sondeos que permitan apuntalar esa tesis.

Además hay que tener en cuenta que las apuestas llevan todo 2020 siendo más favorables a Trump que los sondeos o los expertos en predicción. Y no fue siempre así. En 2016, de hecho, la predicción de Fivethirtyeight le daba más opciones a su victoria (30%) que los apostadores (18%).¿Por qué discrepan ahora? Mi teoría es que los apostadores tienen muy presente la sorpresa de hace cuatro años y desconfían de las encuestas. Lo vimos en las elecciones francesas de 2017. Las apuestas daban más opciones a Marine Le Pen que los sondeos, porque las victorias imprevistas de Trump y del Brexit habían popularizado la idea de que los sondeos subestimaban el voto populista. No fue así entonces, ni lo ha sido en general después.

Mi conclusión: Joe Biden es un favorito más débil de lo que mucha gente piensa.Como prefiero las predicciones de Fivethirtyeight y los superpronosticadores, diría las opciones están dos a uno a su favor. Pero eso no es gran cosa.

— Trump podría ganar la noche electoral y perder al día siguiente. La clave está en el voto anticipado, que este año se espera que suba por el coronavirus. Suele ser demócrata: el 69% de las personas que tienen pensado votar por correo lo harán por Biden y solo el 19% lo hará Trump, según un sondeo reciente. Y si es así, como esos votos tardan días en contabilizarse, puede ocurrir que Trump parezca ganador la noche del 3 de noviembre y luego acabe superado por Biden. |Axios

— Los votantes miran la realidad con gafas partidistas. Las personas sentimos que las cosas van mejor cuando gobierna un partido que nos resulta simpático y nos volvemos pesimistas si gobiernan sus rivales. Esto ocurre en todas partes, pero la polarización actual de Estados Unidos es un caso extremo: 3 de cada 10 votantes republicanos que han perdido su trabajo durante la crisis aseguran estar mejor económicamente ahora que hace un año. Solo dice lo mismo 1 de cada 10 demócratas que han conservado el trabajo. | NYT

Lo básico. Desde mediados de julio el virus vuelve a expandirse en España. No hay dudas sobre eso: han crecido los casos, las hospitalizaciones y las muertes. Al mismo tiempo, es cierto que la epidemia no tiene la agresividad de febrero o marzo. Ahora se detectan también los casos leves, que entonces no, de manera que la proporción que ingresa en los hospitales es mucho menor.

Un resumen rápido de certezas e incógnitas:

— España sigue siendo el país con más casos de la UE. Se detectan uno 180 casos por millón de habitantes cada día. Los infectados también han crecido mucho en Francia (82), pero otros países como Italia (21), Alemania (15) o Noruega (10) tienen cifras más bajas y podrían estar frenando sus repuntes. Otro dato malo es que tenemos la segunda positividad más alta.

— Hay cada vez más ingresos, pero los hospitales no están saturados. En junio al ministerio le constaban unos 150 ingresos semanales y ahora son más de 1800. La tendencia es preocupante, pero los hospitales no están colapsados: en España están ocupadas el 6% de las camas. La situación es peor en Madrid, donde la ocupación es del 15%, en Baleares (11%) y País Vasco (11%).

— Más fallecidos, pero lejos de marzo. El ministerio ha pasado de informar hace un mes de 10 o 15 muertes semanales a contar 160 muertos la semana pasada. La tendencia es negativa y no son cifras insignificantes, pero de nuevo es evidente que están lejos de lo peor de la primera ola, cuando se llegaron a registrar 5,000 y 6,000 muertes en las peores semanas.

— Un duda ahora es qué pasa con la letalidad. Hay motivos para suponer que el virus será menos peligroso que en primavera: los tratamientos son algo mejores y cabe pensar que la gente vulnerable, como los mayores que viven en residencias, se protegerán mejor y se contagiarán menos. Pero también es probable que las muertes sigan aumentando a corto plazo.

España registras estos días una letalidad baja: la semana pasada constan 160 muertos y dos semanas antes hubo unos 20,000 casos —con datos del ministerio—, de manera que la letalidad por caso (CFR) rondaría el 0,78%. Si quisiéramos calcular la letalidad por infectado (IFR) tendríamos que elevar esa cifra contando con dos variables desconocidas: 1) reducirla por el porcentaje de casos que no se detectan, y 2) elevarla con las muertes de la semana pasada que todavía no se han notificado al ministerio. Si esas dos cifras se cancelan, que es posible, la letalidad IFR sería 0,5% o 1%.

Las muertes, por tanto, aumentarán. Con esa letalidad dentro de tres semanas deberíamos esperar entre 350 y 700 fallecidos semanales. Una cifra que también encaja con otra aproximación: si los casos se han multiplicado por 2,5 en tres semanas, y la semana pasada hubo 160 muertes, en tres semanas serán proporcionalmente más de 400. Eso asumiendo que la cifra de 160 no es una subestimación.



regina