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López Obrador reconoce el papel de las minorías negras en el primer acto de celebración de la Independencia

2021-02-15

El evento es el primero de los 15 actos que la presidencia de López Obrador comenzó a...

Camila Osorio | El País

Cuilápam (México) - Al mediodía, en el exconvento dominico de una minúscula población de Oaxaca, un grupo de unas cien personas esperaba bajo el sol una caravana que traería al presidente Andrés Manuel López Obrador para uno de sus eventos más grandilocuentes de su presidencia este año: la conmemoración del héroe de la independencia Vicente Guerrero (1782-1831).

“El hombre que aquí, en Cuilápam, fue asesinado, el intrépido y consecuente Vicente Guerrero encabezó un movimiento verdaderamente popular”, dijo el presidente sobre el líder independentista que lideró a guerrillas rebeldes al sur del país a principios del siglo XIX, al mismo tiempo que recordaba a otros de los héroes liberales como Benito Juárez, “el mejor presidente de México”, cuyo legado dice continuar con la Cuarta Transformación.

El evento es el primero de los 15 actos que la presidencia de López Obrador comenzó a organizar desde el 2019 y que se celebrarán de febrero a septiembre de este año para conmemorar los 200 años desde la Independencia de México, y 500 años desde la caída de la ciudad de Tenochtitlán, la capital del mundo azteca, por los españoles. Aunque las medidas sanitarias contra el coronavirus impidieron que asistieran más de unos 25 invitados y una decena de periodistas, alrededor del convento decenas de personas subieron al tejado o guardaban silencio en las calles con la esperanza de escuchar las palabras de López Obrador sobre un hombre que falleció hace casi dos siglos.

Aunque el discurso del presidente fue tremendamente patriótico y se refirió a Guerrero como un líder valiente y capaz de pactar con el conservador Agustín de Iturbide en 1821 para que México pudiera independizarse de España (en lo que se conoce como el Pacto de Iguala), Obrador y sus invitados añadieron otras frases simbólicas que marcaron una diferencia respecto al pasado. En este evento se habló del rol de Guerrero como afrodescendiente, uno de sus aspectos menos conocidos, y de la deuda histórica del país hacia las minorías negras.

“Deseamos exaltar la dignidad que han tenido siempre los pueblos originarios, los pueblos indígenas, los pueblos afroamericanos”, dijo el mandatario. “No hay que olvidar el sufrimiento de estos pueblos oprimidos y humillados desde la llegada de los españoles hasta nuestros días”. López Obrador suele hablar de los agravios contra los pueblos indígenas por los españoles, pero rara vez incluye las comunidades negras que fueron esclavizadas durante la colonia en sus discursos.

De acuerdo con los historiadores, muchos mexicanos ya sabían de Guerrero como un gran rebelde, pero muchos desconocen aún que uno de los primeros hombres en gobernar la patria fue un hombre negro (Guerrero fue presidente durante 10 meses en 1829), y que uno de sus grandes legados fue firmar un decreto para abolir la esclavitud en México. Por eso la frase, aunque rápida, le hace algo de justicia al lado más silenciado de la historia mexicana.

Fue también muy simbólico que el invitado especial al evento fuera el hijo del ícono de los derechos civiles en Estados Unidos, Martin Luther King III, quien enfatizó en su discurso el aspecto racial de la conmemoración. “Me encantó saber que México tuvo un presidente de herencia africana, Vicente Guerrero, 170 años antes que Estados Unidos”, dijo el hijo del conocido activista, refiriéndose a los logros que ganaron las minorías negras cuando Barack Obama y Kamala Harris llegaron al Gobierno en el siglo XXI. “Vicente Guerrero y Martin Luther King comulgaban en el principio de la libertad”, añadió también el Gobernador priista de Oaxaca, Alejandro Murat, otro de los invitados.

“Para mí ese fue un momento muy importante”, dijo a El PAÍS la senadora de Morena Susana Harp, invitada al evento en Cuilápam. “Porque es empezar a visibilizar algo que lleva décadas invisibilizado: que además de la independencia, líderes como Vicente Guerrero buscaban la equidad. Para mí es increíble ver que la palabra afromexicano esté ya en un discurso político, porque hace muy pocos años eso no era el caso”.

“Yo he visto un interés genuino de este Gobierno en visibilizar a los afromexicanos”, dijo a El PAÍS María Elisa Velásquez, investigadora en el Instituto Nacional de Antropología. Interés que se ha materializado en cambios legislativos o políticas públicas, como aprobar una enmienda a la Constitución que reconoce a los pueblos afromexicanos como parte de la composición pluricultural de la nación, o como censar por primera vez en la historia el número de personas en México que se autoidentifican como afrodescendiente o afromexicana (más de dos millones y medio de personas, 2% de la población total). “A mí esto me parece positivo. Guerrero necesita una biografía bien hecha, porque ha sido despreciado a comparación de Morelos o Hidalgo. De Guerrero existe poco escrito y lo que tenemos son crónicas que no tienen tantas bases documentales”, señaló Velásquez.

Aunque breve, el reconocimiento de Obrador al líder afromexicano es el primero de otros tres eventos que se enfocarán en la deuda histórica del país con grupos vulnerables. En los próximos meses, de acuerdo al cronograma diverso que planeó Presidencia, Obrador pedirá perdón a los pueblos indígenas Yaqui y Maya, y a la comunidad china del norte por una masacre contra 303 migrantes chinos a principios del siglo XX.

Una puesta en escena con un enfoque claro

Entre los que seguían expectantes el evento había un actor y un director de teatro que ensayaban el día anterior un monólogo preparado durante semanas para interpretar a Vicente Guerrero frente al presidente. Lo harían después del discurso de Obrador en la celda diminuta del monasterio en la que fue asesinado Guerrero. “Los dos tenemos mucho amor por este personaje”, dicen, en la tarde del sábado, frente a una estatua de Guerrero que tiene las palabras ‘Independencia Libertad o Muerte’ a la izquierda.

Durante de 10 meses que Vicente Guerrero estuvo en el presidencia, en 1829, adquirió poderes extraconstitucionales y por esto su vicepresidente, Anastacio Bustamante, junto con un grupo de liberales, lo presionan para que salga del poder. Poco tiempo después, en 1831, amenazados por su popularidad entre el pueblo mexicano y el temor de que Guerrero hiciera un golpe de estado, sus amigos lo traicionan en el puerto de Acapulco: lo capturan y lo entregan a las autoridades de Bustamante, que a su vez lo traslada por las montañas de Oaxaca hasta el pequeño monasterio de Cuilápam, lejos de sus seguidores, donde es asesinado.

“Es un monólogo que habla brevemente de los pasajes importantes del general Vicente Guerrero, y sobre todo haciendo énfasis en que fue el primer presidente mexicano afrodescendiente y segundo presidente liberal”, dijo a El PAÍS Rafael Aparicio, el director de esta “ficción histórica”, quien lleva trabajando cinco años en una obra de teatro más larga sobre Guerrero. “Debemos reivindicar a este personaje”, dice Aparicio, quien creció en el Estado cuyo nombre recuerda al líder independentista. “En el monólogo hay una parte muy bonita sobre la libertad, y sobre el decreto contra la esclavitud”.

En la noche del viernes, poco antes de las diez, Aparicio recibió una llamada de Presidencia: el presidente no tendría tiempo para ver en vivo el monólogo y ahora se grabaría sin el presidente como audiencia para ser compartido en redes sociales y televisión pública. “Quizás ahora tengamos mejor exposición”, dijo a EL PAÍS, resignado, Aparicio. “Nunca aceptaron que Vicente Guerrero gobernara, por eso buscaron cómo matarlo. Para mí es una gran responsabilidad hacer esto”, dijo el actor, Joaquín Chablé.



Jamileth