Trascendental

¡Bendito Aquel que viene en el nombre del Señor!

2021-03-28

También hoy, el modo de Jesús nos hace pensar en aquellos que tienen como...

El P. Facundo Fernández Buils

“Mira que tu rey viene hacia ti, humilde y montado sobre una burrita.” (Mt 21,5)

¿Qué clase de sucesor del Rey David entra en Jerusalén montado en una burra con su cría? La imagen debe haber sido, al menos, llamativa y sorprendente, y quizás para algunos cómica. ¿Dónde está su Corte o su Ejército, los estandartes o los signos de su poder? ¿El Mesías de Dios, Todopoderoso, solamente es reverenciado con ramas de árboles y mantos de gente sencilla?

Así nos narra Mateo la entrada de Jesús en la ciudad de Jerusalén a vivir su última Pascua, aclamado como Hijo de David, Enviado de Dios, cumpliendo las antiguas promesas (Za 9,9). Este modo de Jesús Rey pone de cabeza muchas ideas y preconceptos de los hombres y mujeres de su tiempo. Especialmente de aquellos que eran líderes políticos y también de la comunidad religiosa. O al menos de aquellos que quisieran sentirse interpelados por el modo de Jesús.

El reinado de Jesús no se sostiene con violencia o con dinero, con influencias o contactos. No se impone con discursos autoritarios o violentos, ni con medidas demagógicas o “políticamente correctas”. La lógica de su poder es otra. Su liderazgo reside en una autoridad que es servicio, es entrega, que toma el último lugar, como poco antes había exhortado a sus discípulos: “el que quiera ser grande, que se haga servidor de ustedes” (Mt 20, 26). Y Jesús lo hace con el propio ejemplo. Su autoridad se manifiesta en el don total de su vida por amor.

También hoy, el modo de Jesús nos hace pensar en aquellos que tienen como misión liderar, gobernar y guiar. Al inicio de esta Semana Santa, pongamos en el corazón de Jesús la vida y el servicio de los líderes del mundo. En estos tiempos de pandemia, sabemos que las decisiones tomadas por las autoridades modifican la vida de muchos, y que no están inmunes a la tentación de la autosuficiencia, la omnipotencia o la autorreferencialidad. Recemos por los que gobiernan las naciones, para que puedan cumplir su misión en la sociedad como un servicio humilde, velando por la vida de todos, especialmente de los más débiles y desprotegidos.



JMRS