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Los hinchas de Cruz Azul celebran el título más sufrido y ansiado: “Se acabaron las cruzazuleadas”

2021-05-31

El Cruz Azul conquistó su novena Liga al vencer, de forma agónica, al Santos Laguna...

Diego Mancera | El País

México - La fiesta de Cruz Azul tardó más de dos décadas en celebrarse. Martín Hernández abre una lata de cerveza en plena avenida Paseo de la Reforma. Sobre el camellón colocó varias camisetas blancas con la leyenda “Cruz Azul, campeón”. La capacidad inverosímil del conjunto celeste para perder finales llevó a su familia a casi la bancarrota. “Cada que tenía final hacíamos playeras, pero pues perdía siempre. Así que aprendimos a ya no ponerle fecha y así las reciclábamos”, cuenta. Hernández, de 30 años, tuvo una noche agitada. Primero fue a vender camisetas y banderas al estadio Azteca. Veinte minutos antes de que terminara el partido tomó su camioneta para ir rumbo al Ángel de la Independencia. Esta vez, pese a su suspicacia, el equipo cementero sí fue campeón.

El Cruz Azul conquistó su novena Liga al vencer, de forma agónica, al Santos Laguna (2-1, marcador global). El partido se jugó con un 25% de aforo debido a la pandemia de la covid-19. Poco más de 22,000 hinchas acudieron al emblemático estadio Azteca. La venta de boletos fue por internet y las entradas volaron en menos de cinco minutos. Pese a eso, Sergio Sánchez, de 25 años, tomó un camión desde Michoacán para llegar a Ciudad de México a ver el partido, pese a todo, en un bar. “Los precios estaban altísimos. Los revendedores nos dejaban un boleto de 500 pesos (25 dólares) en 2,500 (125 dólares). Lo vi con un conocido, pero entre los festejos ya se me perdió. A ver si encuentro un hotel o si no me la amaneceré”, explica. Sánchez sostiene un conejo vestido de Cruz Azul, la mascota del club. La suerte del conejo tardó más de 23 años para darles otra Liga. “Es para mi hijo de tres años. Quería llevarle un recuerdito. Tuve que venir solo por el dinero”, explica el trabajador de un campo de aguacate.

La mejor forma para festejar al equipo cementero fue ir a festejar al Ángel de la Independencia. Ahí se congregaron miles de aficionados para gritar que “¡Sí se pudo!” y “¡Tenemos sangre azul!”. Paseo de la Reforma, uno de los puntos turísticos de la capital mexicana, se convirtió en escenario de lo que bien podría ser un macroconcierto de fin de año, antes de la pandemia. Grupos de hinchas vitoreaban a los suyos sin mascarilla y celebraban el título con una sana distancia contradictoria. Celebrar la novena estrella del Cruz Azul hizo que el festejo estuviera cargado de alcohol, pero no del gel antibacterial.

“Mira, ve, nadie se cuida. Namas acabo esto y ya”, dice Martín Hernández, el vendedor de camisetas del campeón. “Da alegría ver a estos cabrones ganar. Yo le voy al América. Estoy feliz por ellos porque así sale toda la mercancía que tengo. Será de colección”, resume antes de darle un trago a su bebida.

    Los hinchas de Cruz Azul han tomado Avenida Reforma. Entre cohetes y un júbilo tremendo celebran el noveno título @elpaismexico pic.twitter.com/hTHlKxflk3
    — Diego Mancera (@diego_mandel) May 31, 2021

Entre los aficionados que preferían alejarse de la aglomeración estaba Marco Briseño, de 57 años. “Le voy desde la década de los setenta. Me gustaron los colores y me quedé. He llorado muchas veces. ¿Ahora qué sigue? A seguir la ruta de la victoria. Tuvo que haber una pandemia, que hayan corrido a Billy Álvarez [expresidente del equipo y de la cementera Cooperativa Cruz Azul durante 32 años y acusado de lavado de dinero]”, opina.

“Mi mamá me enseñó a ser de Cruz Azul. Somos fieles y ya se acabaron las cruzazuleadas. Comenzamos otra era, ya basta de ser subcampeones. Adiós al bullying y a los memes”, lanza Itzayana Hinojosa, de 27 años. Esta es la primera vez que ve campeón de Liga a los suyos. “Ya enterramos el significado de cruzazulear”, refiere Mariana Tamer, de 53 años. “No me espanto de ver a tanta gente acá festejando, al contrario, es un buen punto para darnos la mano y ver que estamos unidos. Me vacunaron hace dos días y me da más tranquilidad”, agrega.

Sofía Solís, de 66 años, se resguarda bajo una chamarra de Cruz Azul que le queja muy holgada. Con una mascarilla de tela, grita lo más que puede. “Mi papá era del Estado de Hidalgo [cuna del Cruz Azul] y nos inculcó el equipo. En mi madurez los he visto perder siempre. Y cuando va ganando el Cruz Azul mejor apago la tele. Hoy venimos a celebrar. Vea cuántos años sin campeonato, joven. Con tanto alcohol se les mata el bicho a todos los aficionados”, dice antes de voltear a ver uno de los fuegos artificiales. Una parte de Ciudad de México no durmió para celebrar al equipo que por fin pudo exterminar sus miedos para ser campeón.



Jamileth
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