Salud
América Latina ante el avance de ómicron
Federico Rivas Molina, Naiara Galarraga Gortázar, Santiago Torrado, Francesco Manetto | El País
La cepa ómicron ha disparado los casos positivos en algunos países de América Latina, como Argentina. El país sudamericano reportó el miércoles 42.032 infectados, la cifra más alta desde que inició la pandemia hace dos años. En otros, como Perú, Ecuador o Colombia, la curva aún se mantiene, pero la cepa es ya preponderante entre los nuevos contagiados. Las aglomeraciones de Navidad han tenido mucho que ver con la propagación de la cepa. Y en los países donde diciembre coincide con el final del año escolar han subido los casos entre los más jóvenes. Pero a diferencia del año pasado, las UCIS de los hospitales no están colapsadas; la vacunación funciona como un muro ante los casos graves. Las respuestas a ómicron son disímiles según los países, pero coinciden en una cosa: nada de confinamientos masivos ni cierres de comercios o empresas.
El caso más extremo es México, donde no hay restricciones ni siquiera para los viajeros que llegan desde el exterior. No se les exige prueba de PCR ni cuarentena. Otros, como Chile, piden en cambio validar ante el Ministerio de Salud las vacunas recibidas en el país de origen y un PCR de 72 horas. Los no vacunados no pueden entrar al país. Chile ha reforzado la aplicación de una tercera dosis de refuerzo, al punto que es el país de la región que ha alcanzado el porcentaje más alto de población con el programa completo: 53,1%, seguida por Uruguay (42,9%) y El Salvador (14,3%). El resto apenas supera el 10%.
Apurar la tercera dosis ha sido la respuesta más común. El problema es la desigualdad en la distribución. En las zonas donde hay poblaciones menos protegidas, el efecto de ómicron será más severo. En Guatemala, por ejemplo, solo el 25% de su población tienen las dos dosis contra la covid-19, y ni hablar de una tercera.
La llegada de una nueva ola ha abierto además debates sobre qué hacer con los infectados que, por estar vacunados, presentan síntomas leves, pero deben ausentarse de sus trabajos. Argentina anunció este martes la reducción de diez a siete días el aislamiento de las personas infectadas con síntomas que tengan dos dosis de la vacuna. Para aquello que no tienen síntomas, el plazo es desde ahora de solo cinco días. La ministra de Salud, Carla Vizzotti, dijo en una rueda de prensa que “la recomendación, en base al consenso, es cambiar los aislamientos de los contactos estrechos y de los casos confirmados dividiendo si las personas tienen su esquema completo, o si no están vacunadas o están incompletamente vacunadas”. Es una forma, además, de presionar a aquellos que se niegan a recibir la vacuna: la curva de vacunados con una dosis se ha estancado alrededor del 80%, pese a que hay diez millones de vacunas disponibles.
México no ha tomado medidas más allá de las recomendaciones habituales para prevenir la propagación de la covid. La inmensa mayoría de los 32 Estados del país cierran el año en semáforo verde, es decir, sin ninguna restricción, con la salvedad de algunos territorios fronterizos donde sí se aplica una reducción del aforo en los espacios públicos. La variante ómicron ya está circulando, especialmente en algunas zonas turísticas que en estas fechas incrementan su actividad, de Los Cabos, en Baja California Sur, a Cancún, en el Caribe. Sin embargo, las autoridades han optado por permitir a los cruceros atracar en sus puertos aunque en ellos viajen contagiados con coronavirus.
Solo algunos gobernadores han adoptado unas precauciones con vistas a la celebración de fin de año. La jefa de Gobierno de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, ha decidido por ejemplo aplazar el concierto de Los Ángeles Azules que se iba a celebrar en el Paseo de la Reforma, la principal arteria de la capital. El Gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha empezado a administrar la dosis de refuerzo a los mayores de 60 años y esta semana se ha sumado el personal médico de algunas entidades.
Debate en Brasil por la vacuna a los niños
Brasil, en tanto, lleva contabilizados 77 casos de la variante ómicron de la covid, que ya ha sido detectada en casi un tercio de los Estados. Las autoridades también investigan un centenar largo de casos sospechosos. La nueva cepa que causa estragos en Europa ha disparado la demanda por los test rápidos mientras se extiende también en el país más poblado de Latinoamérica, donde supuso el 75% de los contagios del día de Navidad y el 30% de los del mes de diciembre, según un estudio del Instituto Todos Pela Saúde difundido este miércoles.
En este momento la vacunación de los niños es el asunto más discutido; el Gobierno federal es reticente y los gobernadores partidarios. Mientras, la vacunación avanza a buen ritmo. El 67% de los 210 millones de brasileños ya completó la pauta y el 12% ha recibido ya la dosis de refuerzo gracias a que los plazos fueron acortados hace semanas. Ante este panorama, los especialistas insisten no bajar la guardia y adoptar las medidas básicas ante las fiestas de Nochevieja y Año Nuevo: vacuna, mascarilla, distancia social y lavarse las manos.
Colombia también se encamina a una nueva oleada de contagios por cuenta de la variante ómicron, detectada por primera vez el pasado 20 de diciembre, que se verá reflejada en enero. Este será el postergado cuarto pico para el que las autoridades sanitarias del país se vienen preparando desde octubre, antes incluso de que los efectos de ómicron estuvieran en el horizonte. Los 4.306 casos positivos registrados el martes son la cifra más alta en cuatro meses, una señal del alza en los contagios luego de un prolongado periodo a la baja en un país que acumula más de cinco millones de casos. Sin embargo, con las 35 muertes de esa misma jornada se mantiene estable el promedio de las últimas semanas.
Las cifras oficiales se acercan a las 130,000 muertes relacionadas con la covid-19 en un país de 50 millones de habitantes. Medellín, la segunda ciudad colombiana, ha registrado esta semana un salto en el número diario de contagios y es por ahora la única urbe con más de mil casos por jornada, por encima de Bogotá. Sin embargo, de momento la capital del departamento de Antioquia tampoco contempla cierres ni medidas restrictivas para el año nuevo. En medio de la reactivación económica y las fiestas de la temporada navideña, ha aumentado la interacción social entre los colombianos, con los sectores de gastronomía y entretenimiento nocturno ya reabiertos.
Ante la llegada de ómicron, las autoridades insisten en reforzar medidas ya conocidas como la ventilación en espacios cerrados y el aislamiento en caso de presentar síntomas, recuerdan que Colombia es uno de los países con mayor adherencia al uso del tapabocas y han redoblado los esfuerzos de vacunación con refuerzos para diversos grupos de población que hayan cumplido al menos cuatro meses desde el momento en que recibieron la segunda dosis. El ministro de Salud, Fernando Ruiz, ha enfatizado que “los cierres no tienen un efecto importante porque es imposible contener la presencia de los virus”, pero sí generan una afectación tremenda sobre la economía.
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