Internacional - Política
Filipinas inicia una campaña distanciada para presidenciales
Por JIM GOMEZ y JOEAL CALUPITAN
MANILA, Filipinas (AP) — La campaña en las elecciones presidenciales de Filipinas comenzó el martes para una hornada de candidatos liderados por el hijo de un dictador fallecido y la actual vicepresidenta del país. Todos prometieron rescatar a un país al que la pandemia ha hundido más en la pobreza, castigado por enormes desigualdades y años de insurgencias violentas.
Los tres meses oficiales de campaña para puestos nacionales como el de presidente, vicepresidente -que se eligen por separado- y la mitad de los 24 senadores comenzó bajo estrictas medidas contra el virus, que prohibían los estrechones de manos, besos, abrazos y multitudes hacinadas para evitar los mítines carnavalescos que han caracterizado otros comicios filipinos.
Dadas las restricciones, los medios sociales se han convertido en un campo de batalla crucial para las elecciones del 9 de mayo y muchos temen que la desinformación pueda agravarse con una campaña ajustada.
Los candidatos de más de 18,000 cargos locales, incluidos gobernadores provinciales, alcaldes y aspirantes a la Cámara de Representante, comienzan su campaña el 25 de marzo bajo una estricta vigilancia policial debido a un historial de rivalidades violentas. Más de 67 millones de filipinos se han registrado para votar, incluidos casi 1,7 millones que trabajan en el extranjero.
Ferdinand “Bongbong” Marcos Jr., hijo y del mismo nombre que el dictador derrocado en un alzamiento respaldado por el ejército en 1986, lidera los sondeos preliminares con un amplio margen, lo que ha alarmado a los defensores de la democracia y los derechos humanos, incluida la vicepresidenta Leni Robredo.
Robredo derrotó por poco a Marcos Jr. en las elecciones a la vicepresidencia de 2016, pero está muy por detrás en los sondeos recientes para estos comicios, pese a las atrocidades y la corrupción registrados durante el mandato de su padre, que él ha tachado de “mentiras”.
Los otros principales candidatos a la presidencia son el alcalde de Manila, Isko Moreno, un exactor que ha impresionado a muchos con su historia de ascenso desde la pobreza y su labor para sanear la capital; el senador Panfilo Lacson, exjefe de la policía nacional conocido por su lucha contra la delincuencia y la corrupción, y el senador Manny Pacquiao, exestrella del boxeo y que ha prometido encarcelar a políticos corruptos y proporcionar casas gratis a los pobres.
Más de tres décadas después de la caída de Marcos padre, su familia ha aprovechado el desencanto de muchos filipinos por “las contradicciones inherentes y las deficiencias de la democracia de las élites que reemplazó a la dictadura de Marcos”, explicó el analista con sede en Manila Richard Heydarian. La propaganda a favor de Marcos, señaló, “ha inundado los medios masivos”.
“Lo que presenciamos ahora, especialmente con el enorme auge del que disfruta Ferdinand Marcos Jr., no es otra cosa que una contrarrevolución”, dijo Heydarian.
Pese a la ventaja de Marcos en los sondeos, los analistas señalan que es demasiado pronto para predecir el resultado dados los giros a menudo impredecibles de la política filipina.
Marcos Jr. ha unido fuerzas con la alcaldesa de Davao, Sara Duterte, hija del presidente saliente, como su candidata a vicepresidenta. El presidente, Rodrigo Duterte, respalda la campaña de su hija pero se opone a que se presente con Marcos Jr. y ha dicho que no le apoyará.
Activistas de derechos humanos dicen que Duterte, de 76 años, hará cualquier cosa para asegurarse un sucesor afín para que le ayude ante posibles demandas sobre su violenta campaña antidroga, en la que han muerto más de 6,000 personas, la mayoría sospechosos de delitos menores.
Jamileth
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