Tras Bambalinas

La historia compartida con Ucrania, ¿un discurso de Putin para consolidar su poder?

2022-02-24

Según Putin, Ucrania no es solo un estado con el cual Rusia comparte una historia y...

Gabrielle Colchen | France 24

France 24 | 30 años después de su independencia, Ucrania sigue siendo escenario de tensiones con Rusia. En las últimas semanas, el despliegue de tropas rusas a sus fronteras provocó una nueva crisis entre los dos países. Analizando elementos de la historia de Ucrania, se logra entender lo que representa este país para Rusia, pero sobre todo cómo Putin estaría utilizando la historia común para justificar su presión sobre esta nación y consolidar su poder en Rusia.

El pasado julio, el presidente ruso, Vladimir Putin, publicó un texto en la página web del Kremelin en el que afirmaba que "Rusia y Ucrania son el mismo pueblo". Esta declaración, y no es la primera vez que Putin la hace, ilustra perfectamente cómo el jefe de estado ruso ve a la antigua República de la Unión Soviética.

Según Putin, Ucrania no es solo un estado con el cual Rusia comparte una historia y herencias, es un territorio que hace parte de su zona de influencia, e incluso de su país. Compartir este discurso con toda la población rusa es una manera de justificar su voluntad de tener control sobre Ucrania, según señalan expertos consultados por este medio.

Los rusos generalmente consideran que Ucrania hace "naturalmente" parte de Rusia. Históricamente, Ucrania tiene mucha importancia simbólica, ya que el primer estado de los eslavos fue la Rus de Kiev. Apareció en el siglo IX y tenía a Kiev como capital. La Rusia de Moscú solo nació en el siglo XIV.

Además, existe un amplio respaldo a la política imperialista de Putin al interior de Rusia, su popularidad nunca fue tan alta como después de la anexión de Crimea en 2014, entonces la opinión pública a favor del presidente llegó al 88%.

El idioma ruso es también un marcador de cercanía entre los dos pueblos, que ayuda Putin a justificar su posición en Ucrania. Todavía hoy, Ucrania es un país bilingüe donde el ucraniano y el ruso son hablados en el día a día. De hecho, el 90% de la población ucraniana es bilingüe y alrededor del 30% considera que el ruso es su lengua materna. Según Cyrille Glaoguen, doctor en geografía especializado en el mundo ruso, "entre el 60% y el 70% de la población ucraniana utiliza el ruso en la vida cotidiana, en la universidad, en las empresas (…), en el ejército, en la aeronáutica, etc".

Ucrania, históricamente dividida y en búsqueda de independencia

En eslavo antiguo, el término 'Ucrania' se puede traducir por "país fronterizo". Tiene una posición estratégica entre Rusia y Europa y siempre ha estado dividido y bajo control de varios países.

Ucrania vivió entre la influencia de Polonia al oeste, y de Rusia al este. Sin embargo, como explica Jochen Kleinschmidt, politólogo e investigador en la Universidad Católica Eichstätt-Ingolstadt, cabe recordar de que Ucrania siempre fue una entidad a parte, formada por los cosacos. El himno nacional ucraniano recuerda esta herencia y termina así:

"El alma y el cuerpo sacrificaremos por nuestra libertad. Y mostraremos que nosotros, hermanos, somos de la nación cosaca".  

En el siglo XVII, Ucrania decidió ponerse bajo la protección del zar ruso para protegerse de la influencia de Polonia. Pero durante el imperio ruso, conoció mucha represión por parte del poder ruso, el ucraniano fue prohibido y Ucrania fue poco a poco asimilada dentro del imperio.

Fue solo en 1917, tras la revolución rusa, que el país disfrutó de tres años de independencia antes de convertirse en una República Socialista Soviética de la URSS.

"La pequeña Rusia"

Según Jochen Kleinschmidt, la "pequeña Rusia" es una expresión que empezó a ser utilizada en el siglo XIX en la retórica imperial rusa para enfatizar que Ucrania hace parte de Rusia.

Era también el símbolo de la grandeza y prosperidad de Ucrania. Dentro de la Unión soviética, Ucrania tenía un estatus particular. Tenía un papel económico muy importante, siendo el centro de producción de acero, carbón, misiles y tanques. Era además una potencia nuclear, justo antes de independizarse en 1991, Ucrania tenía el tercer arsenal nuclear mundial. Fue también un gran centro académico de la Unión Soviética. Ucrania era, en pocas palabras, el escaparate de la grandeza de Rusia.

Sin embargo, esta República Socialista de la URSS siempre fue objeto de miedo y sospecha por parte del poder ruso, temiendo que se acercara a Polonia o que se rebelara contra el poder. En los años 30, Ucrania conoció una hambruna planificada por parte del poder soviético que dejó 3,5 millones de muertos en solo ocho meses. Esta hambruna fue la consecuencia de la colectivización forzada de las campañas en el país, pero también fue planificada por Josef Stalin para parar eventuales movimientos nacionales y rebeldes en Ucrania. Kleinschmidt explica que se puede hablar de un genocidio que dejó a los ucranianos traumatizados.

Cuando la Unión Soviética cayó en 1991, Ucrania se independizo y volvió a vivir una autonomía reprimida durante un tiempo. Sin embargo, no todo el mundo llegó a aceptarlo. Putin siempre opinó que "la caída de la Unión Soviética fue la mayor catástrofe geopolítica del XX", y esto lo habría llevado a querer recuperar su antigua zona de influencia.

Crimea y las regiones separatistas

Crimea es una península de dos millones de habitantes, al norte del Mar Negro. Se ha convertido en el símbolo de las luchas imperialistas de Rusia en Ucrania. En 1783, tras varios años de guerra ruso-turca, Crimea fue anexionada al Imperio ruso. En 1921, se convirtió en la República Socialista Soviética de Crimea y sufrió un violento proceso de sovietización. En 1954, para el tricentenario de la unión de Ucrania con el Imperio Ruso, Nikita Khrouchtchev, a este momento a la cabeza de la Unión Soviética, decidió entregar Crimea a Ucrania.

A la caída de la URSS, Borís Yeltsin reconoció a Crimea como territorio dentro de las fronteras de Ucrania pero la región sufrió fuertes movimientos separatistas. Después de la revolución del Maidan de 2014, en contra del presidente Yanukovitch y para una asociación con Europa, Putin no aceptó el nuevo gobierno pro-europa en Ucrania y fue acusado de mandar tropas a Crimea. La península declaró su independencia el 11 de marzo y el 18 de marzo, tras un referendo, Putin anunció la anexión de Crimea a la Federación de Rusia.

La revolución de 2014 también provocó una guerra civil en la región del Donbass, donde los separatistas todavía se enfrentan al ejercito ucraniano.

Vladimir Putin intenta aumentar su influencia en las regiones separatistas de Ucrania. El rublo ruso ya es mayoritariamente usado en estos lugares. El mandatario también distribuyó pasaportes a los locales. Sobre los 2 millones de habitantes de estas regiones, ya 600,000 poseen pasaportes rusos.

La amenaza sobre Ucrania, ¿una estrategia política de Putin?

A pesar de ser independiente desde hace décadas, Putin sigue demandando que Ucrania sea una colonia rusa, como explica Kleinschmidt. Los discursos históricos y culturales que supuestamente demuestran cómo Ucrania perteneció a Rusia y cómo le fue quitado son utilizados por el presidente ruso para justificar sus políticas respecto a Ucrania. Pero en realidad, es probable que ni Putin mismo crea en estos discursos, indica el experto.

Para el politólogo, Ucrania es un país de gran importancia estratégica para Putin, no tanto por su economía, su posición de zona tampón entre Rusia y Europa, o su historia, sino por el hecho de ser un país ruso hablante que podría convertirse en un modelo de sociedad democrática.

Ucrania es mucho más complejo que un país dividido entre pro-Europa y ucraniano hablante al oeste y pro-Putin y ruso hablante al este. En Ucrania, hablar ruso no quiere decir apoyar a Rusia y hoy, solo un 10% de los ucranianos son pro-Rusia. Además, muchos rusos exiliados se han refugiado en Ucrania. Putin teme tener un vecino que comparte su idioma y que se podría convertir en una fuerza de protesta del poder ruso.

Kleinschmidt explica que existen "enemigos útiles" que permiten crear cohesión dentro de un país. Para Rusia, el caso ucraniano es una manera de unir las elites rusas y de "producir estabilidad a dentro del liderazgo de Rusia".



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