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Nunca llega un permiso de Israel y muere niña en Gaza

2022-04-14

“Cuando perdí a mi hija, sentí como que ya no había vida en Gaza”,...

Por JOSEPH KRAUSS y FARES AKRAM

JERUSALÉN (AP) — Jalal al-Masri y su esposa gastaron todos sus ahorros en tratamientos de fertilidad durante ocho años para poder concebir a su hija, Fatma. Cuando se le diagnosticó un defecto cardíaco congénito en diciembre, esperaron tres meses a que Israel autorizase su salida de Gaza para recibir tratamiento. El permiso nunca llegó y la niña de 19 meses falleció el 25 de marzo.

“Cuando perdí a mi hija, sentí como que ya no había vida en Gaza”, expresó al-Masri, con la voz temblorosa. “Lo que le pasó a mi hija se repetirá una y otra vez”.

Israel concede permisos para que los palestinos, sometidos a un feroz bloqueo israelí y egipcio desde el 2007, puedan salir de ese territorio en busca de tratamientos para salvar vidas. Las familias, no obstante, deben encarar un complejo proceso burocrático lleno de incertidumbres. Las solicitudes se presentan a través de la Autoridad Palestina, deben ser estampadas y examinadas. Después de cumplir con los requisitos, lo único que recibió al-Masris fue un mensaje de texto de los militares israelíes diciendo que su pedido estaba siendo procesado.

COGAT, el organismo militar que considera las solicitudes, no respondió a pedidos de comentarios.

En el 2021 se presentaron más de 15,000 solicitudes de permisos para salir de Gaza por razones médicas y el 37% fueron rechazadas o demoradas, según cifras de la Organización Mundial de la Salud.

Al-Mezan, una organización de derechos humanos de Gaza que ayudó a al-Masris y a otras familias, dice que al menos 71 palestinos, incluidas 25 mujeres y nueve niños, fallecieron desde el 2011 luego de que sus solicitudes fuesen rechazadas o demoradas.

Esto no quiere decir que los israelíes sean responsables de los fallecimientos. Ni siquiera los mejores hospitales pueden salvar a la gente a veces. Pero las familias de estos enfermos enfrentaron el estrés de tener que lidiar con una compleja burocracia y la incertidumbre acerca de si las cosas hubieran sido distintas de haber recibido tratamiento.

En diciembre, médicos de la localidad de Khan Younis determinaron que Fatma padecía un defecto septal atrial, un pequeño orificio en el corazón.

El sistema de salud de Gaza es muy limitado tras 15 años de bloqueo y cuatro guerras entre Israel y la organización que gobierna Gaza, Hamas. Por ello recomendaron que la niña fuese tratada en un hospital administrado por los palestinos en la parte oriental de Jerusalén, anexada por Israel, que realiza operaciones cardíacas en menores.

Su padre tomó el informe médico y se presentó en la oficina de Ciudad de Gaza, manejada por la Autoridad Palestina (AP), que es reconocida internacionalmente. Hamas expulsó a la AP de Gaza en el 2007, pero la AP, que gobierna partes de la Margen Occidental del río Jordán, sigue haciendo de enlace entre los habitantes de Gaza y las autoridades israelíes.

A los pocos días, se informó a al-Masri que la solicitud había sido aprobada y la AP programó una visita al Hospital Makassed del este de Jerusalén para el 28 de diciembre, acordando pagar por el tratamiento. La niña sería acompañada por su abuela.

Lo único que faltaba era el permiso de los israelíes.

Israel capturó Gaza, Cisjordania y el este de Jerusalén en la guerra de 1967. Los palestinos quieren esos tres territorios para crear su propio estado.

Israel retiró sus soldados y sus colonos de Gaza en el 2005, pero sigue restringiendo el movimiento de bienes y personas. Dice que el bloqueo es necesario para contener a Hamas, que muchos perciben como una organización terrorista por su historial de atentados contra los israelíes. Hay quienes dicen que el bloqueo es un castigo colectivo para los 2 millones de palestinos que viven en Gaza.

Israel les niega los permisos a los palestinos que considera un riesgo para su seguridad. En el caso de Fatma y su abuela, solo dijo que estaba analizando la solicitud.

La familia hizo nuevas citas, para el 6 de enero, el 14 de febrero y el 6 de marzo. Pero el permiso unca llegó.

En su cuarto intento, se le dijo que se necesitaban otros 14 días para procesar la solicitud. Arreglaron entonces una cita para el 27 de marzo. La financiación del tratamiento había expirado y hubo que hacer nuevamente el trámite. Los israelíes dijeron asimismo que hacía falta un nuevo informe médico porque el original de diciembre había caducado.

“Me pasé tres meses yendo y viniendo”, se quejó al-Masri. “A todas las personas que vi les dije que la sacasen de algún modo. Que fuese sola, sin escolta, y la dejasen en el hospital”.

Hizo una sexta cita, para el 5 de abril.

El 25 de marzo, un viernes, Fatma se despertó temprano. Jugó un poco con su padre y besó a su hermanito recién nacido. Dijo que quería alitas de pollo y su padre fue a comprarlas.

Lo que fuera por si niñita.

Cuando estaba afuera, su hermano lo llamó y le dijo que Fatma parecía cansada. Al regresar a su casa, la familia esperaba una ambulancia. La pequeña llegó muerta al hospital.

El informe médico dice que sufrió un paro cardíaco causado por un agrandamiento del corazón derivado del defecto septal atrial.

Jalal dice que Israel fue otro de los causantes del deceso.

“Es un asesinato intencional. Mi hija fue víctima del bloqueo”, dijo el padre. “¿Qué hizo ella para merecerse esto? Tenía todos los papeles en regla”.

El doctor Merfeq al-Farra, el pediatra que vio a Fatma varias veces, dijo que esto era algo que podía pasar y que por eso la mandó cuatro veces al hospital de Jerusalén.

El doctor Abraham Lorber, exdirector de cardiología pediátrica del centro médico Rambam, de Israel, dijo que el defecto septrial atrial rara vez resulta mortal y que a menudo se recomienda esperar a que la persona sea adulta para ser operada.

Fue tal vez por ello que los funcionarios israelíes que consideraron la solicitud decidieron que la niña no corría peligro.

Pero Lorber, quien no trató a Fatma, acotó que el defecto septrial atrial puede agravar otros problemas cardíacos y pulmonares. En esos casos, hay que hacer un tratamiento pronto.

Fatma, cree Lorber, probablemente “tenía otros problemas”.

De todos modos, indicó, hubiera tenido más probabilidades de sobrevivir de haber sido atendida en Jerusalén.



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