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El problema no es el exceso de población mundial sino su envejecimiento

2022-07-11

Según el teólogo, “el envejecimiento tiene dos causas básicas: una, la...

Por: Víctor Ruiz

En 2040, más ancianos que niños: el problema no es el exceso de población mundial sino su envejecimiento

Un estudio estadounidense confirma lo que otros ya anunciaron antes, que “existe un desequilibrio entre el crecimiento de la población y el de los recursos de subsistencia”.

“Las personas de 65 y mas años superarán pronto a los niños menores de cinco años por primera vez en la historia”. Lo dice un estudio publicado por la Oficina del Censo de Estados Unidos y elaborado por dos de sus expertos, Kevin Kinsella y Wan He, quienes fijan ese ‘pronto’ para el año 2040.

El informe advierte de que el envejecimiento tendrá una considerable repercusión económica: “La reducción del porcentaje de trabajadores respecto al de pensionistas y del número de personas que pasará una mayor parte de su vida como jubilados incrementará los actuales impuestos sanitarios y los sistemas de pensiones”.

Este estudio estadounidense no hace otra cosa que confirmar lo que otros ya hicieron antes, y es que el problema no es el exceso de población mundial, sino su envejecimiento.

Además, “existe un desequilibrio entre el crecimiento de la población y el de los recursos de subsistencia”, denuncia también Ángel Luis Toledano en su libro Hacia el equilibrio de la población mundial. Toledano es licenciado en Teología por la Universidad Pontificia Comillas de Madrid y Master en Doctrina Social de la Iglesia por el Instituto Social ‘León XII’ de la Universidad Pontificia de Salamanca.

“Todos los países de todas las regiones”

El proceso de envejecimiento se da tanto en los países desarrollados como en los que están en vías de desarrollo, y el estudio de la Oficina del Censo insiste en los efectos que esta evolución puede tener sobre la economía, en especial sobre el coste de las pensiones, los gastos públicos en sanidad y la evolución del producto interior bruto.

“El envejecimiento está afectando a todos los países de todas las regiones del mundo”, declaró Richard Suzman, del Instituto Nacional del Envejecimiento, el organismo que encargó el informe.

“Aunque hay importantes diferencias entre países desarrollados y países en vías de desarrollo, el envejecimiento global está cambiando la naturaleza social y económica del planeta y presentando retos difíciles”, agregó.

Al mismo tiempo, el estudio señala que si la economía de los países evoluciona favorablemente el incremento de la edad no tiene por qué ser perjudicial. No obstante, cita datos de 2006 de la Comisión Europea según los cuales el coste de las pensiones, de la sanidad y de los cuidados médicos a largo plazo supondrá un incremento del gasto público y redundará en un descenso del crecimiento del producto interior bruto de cada país. “A falta de cambios políticos, el crecimiento potencial económico de la UE podría reducirse a la mitad hacia 2030”, afirma el documento.

Esta cuestión también la planteaba en abril del pasado año un informe del Banco Mundial, que revelaba que la evolución de la población en Europa, con una gran disminución de nacimientos debida en gran medida al aborto, pone en serio riesgo la sociedad del bienestar y los sistemas de pensiones.

“Quiebra de la natalidad”

Todo ello conduce a la conclusión de que, a diferencia de quienes afirman que el inconveniente es el exceso de población, el envejecimiento es el principal problema a resolver; un envejecimiento que tiene en la caída de la natalidad una de sus principales causas.

Así lo explica Toledano en Hacia el equilibrio de la población mundial: “El futuro del crecimiento o equilibrio de la población mundial depende básicamente de la natalidad y la mortalidad”.

Según el teólogo, “el envejecimiento tiene dos causas básicas: una, la quiebra de la natalidad desde hace años y, otra, los bajos índices de mortalidad por enfermedad, accidentes, etc.”.

“Los países desarrollados en 1960 tenían el 30% de la población menor de 19 años mientras que en la actualidad (2004) apenas supera el 20%; mientras que en el otro extremo de la estructura demográfica en 1960 los mayores se acercaban al 15% de la población en la actualidad ya son más del 20% y en las próximas décadas superarán el 30%” añade en su libro.

“El grupo que crece más rápidamente es el grupo de personas mayores de más edad, es decir, los que tienen 80 años o más”, puntualiza.

Asimismo, este experto recuerda que “a causa de este envejecimiento acelerado se ha suscitado el temor a la quiebra de la seguridad social para las personas mayores en un futuro no lejano”.

Por otra parte, Toledano advierte de cuáles son las principales consecuencias económicas de la inversión de la pirámide demográfica por el descenso de la natalidad y el envejecimiento de la población.

“La disminución del consumo; la variación del tipo de gasto aumentando la sanidad, la atención personal o el ocio para los mayores; la disminución de la demanda de vivienda; la falta de mano de obra en las empresas, que se cubrirá probablemente con la llegada de inmigrantes; la riqueza estará en manos de las personas de más edad; la modificación de ingresos y gastos públicos que comportará el envejecimiento de la sociedad”, concreta.

España, “el país más viejo”

En su libro, Toledano también apunta hacia España como uno de los países más afectados por el envejecimiento: De acuerdo con un informe de Naciones Unidas de 2002, “el país ‘más viejo’ en 2050 será España”.

“La población española esta encabezando las tasas de natalidad más bajas del mundo, como ya se ha señalado, con lo que la proyección de esta tendencia llevaría a la disminución de la población en las próximas décadas”, agrega.

Otros informes anteriores insisten en este punto y, por ejemplo, datos del Banco Mundial y de Eurostat prevén que España estará en el grupo de los países de la UE con mayor tasa proporcional de jubilados con un 35,6% de la población frente a un 52,9% de personas que estarán en edad de trabajar en 2050.

Por su parte, volviendo al libro de Toledano, la responsabilidad que surge ante el envejecimiento de la población exige, según el autor, adoptar medidas “basadas en el desarrollo integral de los pueblos” y una “propuesta de adecuadas políticas familiares, de promoción de la mujer, de atención al desarrollo social de las áreas rurales” y, en definitiva, de “acciones concretas que favorezcan la evolución equilibrada de la población mundial”.
 



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