Internacional - Economía

La salida de capitales de los países emergentes alcanza los 83,000 millones desde el inicio de la crisis

2020-03-24

Hace menos de dos semanas, el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF, por sus siglas en...

Ignacio Fariza | El País

Madrid.- El Fondo Monetario Internacional (FMI) arroja luz sobre una de las mayores sangrías financieras desde que comenzó la crisis del coronavirus: la fuga de capitales de los países emergentes. Según los cálculos del organismo con sede en Washington, el bloque en vías de desarrollo ha sufrido ya la salida de 83,000 millones de dólares (77,400 millones de euros, casi tanto como el PIB de Uruguay) de sus mercados de renta fija y variable. Hace menos de dos semanas, el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF, por sus siglas en inglés) calculaba esa pérdida en 30,000 millones: una cifra enorme, pero incomparable en todo caso con este último recuento del Fondo. La llegada del virus a Europa y a EE UU ha empeorado las cosas en los mercados financieros y los emergentes están pagando parte de la factura. Es “la mayor salida de capitales [del bloque] desde hay que registros”, constata su directora gerente, Kristalina Georgieva, en una nota publicada este lunes tras la conferencia telefónica entre los líderes del G20.

La preocupación del FMI es especialmente importante con el grupo de naciones de ingresos bajos. “Las economías avanzadas”, apunta Georgieva, “están en general en una posición mejor para responder a la crisis, pero muchos países emergentes y de bajos ingresos encaran desafíos significativos: están viéndose negativamente afectados por las salidas de capitales y su actividad doméstica se verá severamente impactada" por el coronavirus. Cuando los inversores huyen de activos de riesgo, los países pobres y los emergentes son el eslabón más débil de la cadena; el que primero salta. Y es exactamente lo que está ocurriendo ahora. Se añade, además, otro factor: son, en su mayoría, exportadores netos de materias primas y estas están sufriendo uno de los golpes más severos de la crisis por la doble parálisis de la industria y del consumo.

El comunicado, en el que la jefa del FMI aplaude la acción fiscal de los Estados miembros, pinta un escenario muy oscuro para la economía mundial a corto plazo y algo más luminoso en un horizonte temporal más largo. “Nuestro pronóstico para 2020 es negativo: una recesión al menos tan fuerte como durante la crisis financiera o más. Pero esperamos una recuperación en 2021 y, para llegar a ella, es capital priorizar la contención [del virus] y reforzar los sistemas de salud. El impacto será severo, pero la recuperación será tan rápida y tan fuerte como sea el freno al virus".

En el caso particular de los países emergentes, el Fondo valora las acciones de varios bancos centrales, entre ellos la Reserva Federal de EE UU, para inyectar liquidez en el mercado. Este grupo de países, que enfrenta una presión sin precedentes recientes -con varias monedas latinoamericanas, por ejemplo, en mínimos históricos, es el más beneficiado por esas acciones. Pero, más allá de los institutos emisores, el propio organismo debatirá en las próximas semanas la posibilidad de abrir nuevas líneas. “Son circunstancias extraordinarias en las que muchos países están tomando medidas sin precedentes. Nosotros, en el FMI, haremos lo mismo”, promete Georgieva.



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