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Sismo en Japón trae recuerdos de la tragedia de 2011

2024-01-03

Las alarmas y las órdenes de evacuación, y las docenas de temblores que precedieron y...

HIRO KOMAE y ELAINE KURTENBACH

SUZU, Japón (AP) — El potente sismo que afectó al centro de Japón el día de Año Nuevo no engendró descomunales tsunamis como los ocurridos en 2011, cuando 20,000 personas murieron y decenas de miles tuvieron que abandonar sus viviendas.

Los tsunamis que sí cubrieron las costas occidentales de Japón no llegaron a las olas de hasta 5 metros (15 pies) pronosticadas en las alertas emitidas justo después que el sismo de magnitud 7,6 estremeció al país el lunes en la tarde.

Pero las alarmas y las órdenes de evacuación, y las docenas de temblores que precedieron y siguieron al sismo del lunes, recordaron a los japoneses del desastroso acontecimiento ocurrido 13 años atrás.

Las autoridades dijeron que para el miércoles en la tarde se habían confirmado 64 muertes por el sismo que estremeció a la península Noto, a 300 kilómetros (185 millas) al noroeste de Tokio.

Las cuadrillas de rescate trabajaban contrarreloj para buscar sobrevivientes entre las ruinas, ya que se vaticinan fuertes lluvias que podrían provocar inundaciones y deslizamientos. Los bomberos usaban sierras eléctricas para llegar a personas atrapadas bajo los escombros de un edificio de siete pisos que se derrumbó.

“Casi ninguna casa quedó en pie. Todas están parcial o totalmente destruidas”, dijo Masuhiro Izumiya, alcalde de Suzu, que sufrió grandes daños.

Dos días después del sismo, un hombre contemplaba en silencio, limpiando sus ojos con una toalla, mientras los rescatistas sacaban el cadáver de su esposa de la vivienda derruida.

El sismo ocurrió justo el día que casi todos los japoneses se toman libre: el día de Año Nuevo es el feriado más importante del país, en el que familias se sientan juntas alrededor de mesas calentadas “kotatsu”, comen exquisiteces “osechi” y biscochos de arroz, y en general descansan.

La calma se rompió cuando los locutores de televisión llamaron a la población, repetida y urgentemente, a que fueran a zonas altas para evitar inundaciones.

Decenas de miles de personas buscaron refugio en edificios públicos y escuelas, mientras las autoridades pedían a la gente no regresar a viviendas que posiblemente se debilitaron por los fuertes remezones.

Otras personas hacían cola para obtener agua potable de camiones despachados para ayudar a la población mientras se reparaban las tuberías.

“El sismo me aplastó la casa, no puedo entrar. Estoy aquí, dormí con mi esposa en un grupo, estuvimos hablando y dándonos ánimo. Esa es la situación”, expresó Yasuo Kobatake, quien visitaba su lugar de origen en Suzu cuando ocurrió el sismo.

El primer ministro Fumio Kishida y otros funcionarios advirtieron enfáticamente que la población no debe colocar información falsa o “maliciosa” en internet, luego que algunas personas colocaron videos del enorme tsunami de 2011 diciendo que se trataba del sismo del lunes.

Es un comienzo poco alentador para el 2024, que según la astrología asiática es el año del dragón, es decir, un año que debe traer buena suerte y prosperidad. Hasta ahora, ha traído el sismo del lunes y el hecho en que un avión de Japan Airlines chocó poco después de aterrizar con uno de la guardia costera en Tokio el martes. Los 379 pasajeros y tripulantes del avión de JAL escaparon. Cinco personas murieron en el avión más pequeño, que se disponía a enviar ayuda a víctimas del sismo.

Los festejos de Año Nuevo se tornaron sombríos: Kishida postergó planes de visitar al santuario Ise. Las visitas públicas al Palacio Imperial en Tokio para recibir el saludo de Año Nuevo de la familia imperial fueron canceladas, ya que el emperador Naruhito y la emperatriz Masako expresaban sus condolencias a las víctimas del desastre.



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