Turismo

Francia podría perder turistas y aliados por veto a velo facial

2010-09-06

Se prevé que el Senado aprobará en las próximas semanas un proyecto de ley...

PARIS (AP) - Con protestas en Pakistán, amenazas de al-Qaida y turistas musulmanes dubitativos, el plan de Francia de prohibir los velos tipo burka está repercutiendo más allá de las fronteras del país galo.

Se prevé que el Senado aprobará en las próximas semanas un proyecto de ley para prohibir los velos faciales, con el objeto de defender los valores republicanos franceses. Si logra ganar el apoyo de la cámara, los diplomáticos franceses tendrán una difícil tarea para evitar que la medida aleje a otros gobiernos, ahuyente a turistas cargados de efectivo o provoque represalias de grupos extremistas.

Es un desafío complicado para un país que trabaja sin descanso por mantener su influencia diplomática global, sus preciados ideales seculares y su estatus como uno de los principales destinos turísticos del mundo.

Las razones oficiales por las que Francia apoya la prohibición de los velos islámicos, generalmente usados como "nikabs" que esconden todo menos los ojos, son la equidad de género, la dignidad de la mujer y la seguridad de la población. Las autoridades insisten que el veto, que también se aplicaría a quienes visiten el país, no ofende al islam.

Pero el mensaje no ha convencido a algunos gobiernos, tanto occidentales como aliados clave en el mundo árabe, ni ha caído bien entre los viajeros que invaden el llamado Triángulo de Oro de París, un lujoso distrito comercial en torno a los Campos Elíseos.

El hecho de que algunos países europeos como Bélgica estudien leyes similares y que países musulmanes como Siria y Egipto hayan instituido sus propios límites sobre los velos faciales, puede fortalecer las razones de quienes apoyan la ley en Francia, pero no les da el triunfo en el debate.

"Cuando eres un turista, quieres ir a lugares en los que te sientes bien recibido", dijo el omaní Dalal Saif durante una visita de tres semanas a Francia.

Saif pasó horas junto a su familia comprando perfumes y cosméticos en grandes cantidades en una tienda de los Campos Elíseos.

"Si no se sienten bien recibidos, Francia perderá este tipo de ingresos", dijo. Agregó que estas medidas "menoscaban la imagen (de los franceses) de guardianes, protectores de las libertades".



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