Ciencia y Tecnología

Orgullo y frustración marcan fin de programa transbordadores

2011-04-29

 Jane Sutton, Reuters

Cabo Cañaveral, EU.- Para los residentes de la región que rodea al Centro Espacial Kennedy de Florida, la proximidad del fin del programa de transbordadores genera una mezcla de orgullo por lo que ayudaron a construir y frustración de que no haya una nueva nave para lanzar la próxima generación de exploradores.

La NASA lanzará el viernes el transbordador Endeavour en su último viaje, mientras que la nave restante, el Atlantis, cerrará el programa de 30 años cuando regrese de una misión programada para junio.

"Voy a llorar cuando lo lancen, voy a llorar cuando regrese", dijo Laverne Woodard, quien comenzó a trabajar para la NASA en 1980, un año antes del primer vuelo de un transbordador. "Cuando uno los ve subir, se siente como si hubiera tocado una pieza de la historia", añadió.

Woodard se retiró cinco años atrás, pero regresó al Centro Kennedy como voluntaria y ha asistido a todos los 133 lanzamientos hasta la fecha.

"Vamos a extrañar al programa de transbordadores y la investigación que ha generado", dijo por su parte Bob Elder, gerente de instalaciones en el muelle Cocoa Beach Pier, al sur de la plataforma de lanzamiento.

Miles de espectadores se reúnen en el muelle y en la playa adyacente para ver los lanzamientos.

Elder dijo que echará de menos "el entusiasmo, el orgullo estadounidense, para la juventud y la industria de la aviación".

"Habrá un montón de gente triste, un montón de gente preocupada" cuando el programa finalice, añadió.

La exploración espacial está entrelazada con la vida en Titusville, Merritt Island, Cocoa, Cocoa Beach, Melbourne y otras comunidades de la costa central atlántica de Florida. El código de área telefónico es 3-2-1, reflejando la cuenta regresiva para el lanzamiento.

"UN PUEBLO FANTASMA"

Jonathan Werba, un trabajador médico de 50 años y surfista, recuerda cuando representantes de la NASA llegaron a su escuela para discutir el futuro programa.

Incluso ahora, Werba se maravilla ante la llamarada que transforma la noche en día durante los lanzamientos nocturnos y el estruendo que anuncia el regreso de un transbordador.

"Nunca falla en causar sorpresa cuando regresa", comentó.

Pero el programa de transbordadores termina sin planes firmes para una nave de reemplazo y muchos residentes de la región temen que eso cause que Estados Unidos pierda su liderazgo en el espacio.

"Vamos a perder a algunas de las mentes más brillantes del país entre los científicos e ingenieros", dijo Werba, quien bromeó que los reclutadores chinos estarán parados a las puertas del Centro Kennedy, entregando tarjetas de presentación.

El despido de trabajadores del programa ya comenzó y economistas temen una reacción extendida entre los negocios a los que esos empleados acudían y los hoteles y restaurantes que servían a los clientes de la NASA y espectadores.

"El tráfico diario es sensiblemente menor en la autopista que lleva al Centro Espacial Kennedy", dijo Waylon Cattee, quien vive a 3.2 kilómetros del lugar en Merritt Island.

"Titusville va a ser un pueblo fantasma", pronosticó.

Pero Woodard, la trabajadora retirada de la NASA, no está lista para abandonar su sueño. "Mis hijos y nietos podrían llegar a Marte. Uno nunca sabe", afirmó.



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