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El secreto del éxito de Colombia en la cancha: Pony Fútbol

2014-07-03

El estilo de juego exuberante de Colombia ha resaltado las habilidades, la capacidad física...

Jonathan Clegg, The Wall Street Journal

Cuando los fanáticos del fútbol sintonicen el partido de cuartos final de la Copa del Mundo entre Brasil y Colombia el viernes, verán un equipo que está a la altura de las tradiciones más nobles del jogo bonito.

Nos referimos a Colombia.

Con un deslumbrante estilo de fútbol ofensivo, los colombianos están en boca de todos en el Mundial. Han ganado sus cuatro partidos, convertido 11 goles, más que cualquier equipo, y han recibido apenas dos en contra. Incluso tienen los mejores pasos de baile.

El estilo de juego exuberante de Colombia ha resaltado las habilidades, la capacidad física y la clase de una talentosa camada de jugadores jóvenes. No obstante, si hay un atributo que sobresale de las promisorias estrellas de este equipo es la extraordinaria serenidad que muestran.

No hay que olvidar que es la primera participación de Colombia en un Mundial en 16 años. Liderados por James Rodríguez, un enganche de 22 años con una desenvoltura sobrenatural, un equipo con relativamente poca experiencia y que cuenta con un solo jugador de campo de más de 30 años ha tratado el evento deportivo más importante del mundo como un juego en el patio de la escuela.

"Sabíamos que era un equipo fuerte con muchos futbolistas buenos", dice Jorge Bermúdez, ex defensor colombiano que ahora comenta para el canal ESPN. "Pero lo que nos ha sorprendido es la mentalidad. No han mostrado temor. Nadie lo esperaba".

El remarcable aplomo que muestra James Rodríguez y el resto de los jugadores de la Selección Colombia es fruto del trabajo de su experimentado director técnico, José Pekerman. También ayuda que un estruendoso ejército de hinchas ha seguido al equipo en su travesía en Brasil.

Sin embargo, el secreto de la sorprendente autoconfianza de este equipo se remonta a la creación hace tres décadas de un torneo anual de fútbol infantil conocido como Pony Fútbol. Desde que fue lanzado en 1985, los mejores jugadores menores de 13 años del país se reúnen para competir cada enero.

También ha jugado un papel clave en el desarrollo de muchas de las estrellas de Colombia en la Copa del Mundo. En 2004, James Rodríguez, con 12 años, fue elegido como el mejor jugador del campeonato al llevar a Academia Tolimense al título y anotar un gol olímpico en la final. Al año siguiente, el mediocampista Juan Quintero ganó la misma distinción a los 11 años.

En total, 11 de los 30 jugadores de la lista preliminar de la Selección Colombia para el Mundial fueron graduados de Pony Fútbol, incluyendo su máximo goleador, Radamel Falcao, quien al final no fue convocado debido a una lesión en su rodilla.

"Es un torneo muy importante para estos jugadores", dice "El Patrón" Bermúdez. Jugar en estos torneos les ha ayudado enormemente".

El hecho de que un campeonato de fútbol infantil ha ayudado a convertir a Colombia en una fábrica de jugadores de clase mundial se debe, en parte, a todos los fanáticos del fútbol que tiene el país.

Desde su inicio, el torneo Pony Fútbol resultó tan exitoso que los organizadores se vieron obligados a mudarlo de su sitio original en un estadio de atletismo en Medellín al Estadio Atanasio Girardot, que tiene capacidad para 45.000 personas y alberga a los clubes Atlético Nacional e Independiente Medellín.

Los partidos a menudo atraen más de 30.000 personas y el torneo es trasmitido por televisión a todo el país. Fredy Porras, quien dirigió a Quintero en el campeonato de 2004, dice que la presión de jugar en canchas llenas y ante las cámaras de televisión a la edad de 11 o 12 años hace que los colombianos jueguen como si nada en el mayor escenario del fútbol mundial.

Mientras que muchos países intentan resguardar a los jugadores jóvenes de la presión para que desarrollen su creatividad, Pony Fútbol les enseña a los niños colombianos a no perder la calma más allá de la importancia del torneo. "Les ayuda a soportar la presión porque están acostumbrados a jugar en estadios llenos de hinchas".

Directores técnicos que han trabajado con James Rodríguez dicen que no es sorpresa que se destaque en el Mundial. "Nunca lo afectó la presión", dice Ariel Holan, asistente en Club Atlético Banfield, que lo contrató cuando tenía 17 años y lo convirtió en el jugador extranjero más joven en debutar en la primera división argentina. "En partidos importantes, siempre estuvo cómodo".

Según el canal Telemedellín, que trasmite el torneo, 261 jugadores han llegado al fútbol profesional después de competir en Pony Fútbol.

Más allá de los espectadores y las cámaras de televisión, Pony Fútbol también significa que los jóvenes jugadores aprenden desde temprano de directores técnicos de primer nivel.

El torneo es tan popular y competitivo que se ha convertido en un escalón importante para los técnicos que buscan trabajo en un equipo profesional. De hecho, la lista de directores técnicos que empezaron en Pony Fútbol es casi tan impresionante como su plantel de jugadores.

Luis Fernando Montoya, quien ganó la Copa Libertadores en 2004 dirigiendo a Once Caldas, inició su carrera en Pony Fútbol. Francisco Maturana, el único otro técnico colombiano en alzar la Libertadores, también empezó a dirigir en el torneo infantil. Su equipo ganó el título en el año inaugural de Pony Fútbol, 1985, y dos años más tarde estaba dirigiendo la selección nacional.

No obstante, el mayor impacto que ha tenido Pony Fútbol sobre el fútbol colombiano tal vez sea la forma en que impuso una estructura coherente en el desorganizado sistema de ligas infantiles, que había contribuido a que Colombia nunca alcanzara su potencial a nivel mundial pese a su creciente población, que actualmente supera los 47 millones de habitantes.

Antes de 1985, el fútbol infantil en Colombia era una maraña caótica de ligas regionales y torneos locales. Los mejores jugadores en raras ocasiones competían contra rivales de otros departamentos y hasta los clubes más grandes tenían problemas para seguir a las jóvenes promesas.

Al lanzar un campeonato para determinar el mejor equipo de fútbol infantil del país, los organizadores se aseguraban de que los mejores jugadores viajaran a Medellín cada año. El resultado, según Bermúdez, es que Pony Fútbol se ha convertido en las pruebas no oficiales para integrar los seleccionados juveniles de Colombia.

Los jugadores que sobresalen en Pony Fútbol componen la mayor parte del plantel del Campeonato Sudamericano Sub-15, en el que Colombia ha alcanzado la final en tres de los últimos seis torneos.

En muchos casos, esos jugadores continúan representando al país en sus equipos Sub-17 y Sub-20. Para cuando alcanzan la selección mayor, en muchos casos han sido compañeros por una década.

"James y Quintero jugaban juntos en Pony Fútbol hace más de 10 años", cuenta Bermúdez. "Han estado jugando juntos en las selecciones juveniles por mucho tiempo y estamos viendo esa relación en la cancha".



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