Reportajes

El personal de Charlie Hebdo, dividido sobre el futuro del diario que se enriqueció tras la tragedia

2015-02-26

Hay división adentro de Charlie Hebdo sobre cómo el periódico de línea...

Por SAM SCHECHNER, The Wall Street Journal

PARÍS—Menos de dos semanas después del ataque terrorista que devastó su sala de redacción, los periodistas sobrevivientes de Charlie Hebdo se reunieron en una sala de conferencias prestada para hablar sobre un inesperado dilema.

El periódico satírico, que alguna vez estuvo al borde de la bancarrota, de pronto estaba vendiendo millones de ejemplares, y muchos miembros del personal empezaron a exigir que se convirtiera en una cooperativa para que todos tuvieran voz y voto sobre cómo distribuir esas ganancias.

"Está totalmente fuera de discusión", respondió Laurent Sourisseau, conocido como Riss, uno de los dos accionistas sobrevivientes de Charlie Hebdo y su ahora editor principal. Momentos después, según los presentes, se retiró de la reunión furioso.

Hay división adentro de Charlie Hebdo sobre cómo el periódico de línea izquierdista debería manejar su transformación desde una publicación de nicho con problemas financieros a una marca global enriquecida por la tragedia.

Después de enterrar a sus colegas y volver al trabajo, muchos empleados están presionando a los propietarios del periódico para que entreguen sus acciones y coloquen la publicación en manos de sus trabajadores. Pero aquellos al frente de Charlie Hebdo —incluido Sourisseau, quien recibió su participación de 40% como un gesto simbólico cuando las acciones valían prácticamente nada— se han resistido a la idea, alegando que es muy pronto para hacer cualquier cambio.

"No creo que una cooperativa sea la mejor manera de dirigir un periódico", dijo Gérard Biard, el editor número dos después de Sourisseau, en una entrevista. "El dinero puede volver loca a la gente".

Una vocera declinó un pedido para conversar directamente con Sourisseau, y él no respondió a solicitudes de comentarios.

El miércoles, tras una pausa para reorganizarse, Charlie Hebdo publicó su segunda edición desde que los hermanos Chérif y Said Kouachi irrumpieron en sus oficinas el 7 de enero, y mataron a ocho trabajadores en lo que los terroristas dijeron era una represalia por las caricaturas del periódico del profeta musulmán Mahoma.

El ataque convirtió a Charlie Hebdo en uno de los símbolos de la libertad de expresión más conocidos del mundo. Y el eslogan "Je suis Charlie" (o "Yo soy Charlie") resonó globalmente. Sin embargo, también resaltó tensiones que desde hace mucho se cuecen a fuego lento dentro y fuera del semanario, donde los éxitos comerciales más grandes usualmente han ocurrido cuando ha sido más controversial, sobre todo en su trato de los musulmanes y el islam.

En las semanas desde los ataques y la decisión de Charlie Hebdo de imprimir otra caricatura del profeta Mahoma, el periódico ha vendido casi ocho millones de copias, más de 200 veces su tirada normal, lo que generará alrededor de 12 millones de euros (US$13,6 millones) en ganancias después de descontar costos de impresión y distribución, dijo el distribuidor. También ha atraído 250,000 suscriptores nuevos, que pagan alrededor de 100 euros al año cada uno, y recibido cerca de 4 millones de euros en donaciones, dijo un abogado del semanario.

Al mismo tiempo, Charlie Hebdo ha enfrentado varias protestas violentas en el mundo musulmán. En Internet, un movimiento contrario apodado "Je ne sui pas Charlie" (Yo no soy Charlie) también ha ganado adeptos. Un ex empleado del periódico, Delfeil de Ton, culpó al editor asesinado Stéphane Charbonnier por provocar el atentado, y preguntó en un artículo el mes pasado en la revista francesa lObs: "¿Por qué arrastraste a todo el equipo en tu escalada?"

Dentro del periódico, hay un debate sobre cómo, o si, Charlie Hebdo debería asumir el estandarte que se le ha confiado. Con la ayuda del periódico francés Le Monde ya ha lanzado una aplicación para celulares, y seguirá ofreciendo una versión digital con traducciones al inglés. Se planea un rediseño completo para fines de año.

Algunos dentro de la sala de redacción dicen que Charlie Hebdo debe rechazar su nuevo papel simbólico. Otros dicen que debe asumirlo. "Debemos convertirnos en un periódico global de la libertad", dijo Patrick Pelloux, un columnista veterano de la publicación. "Es una responsabilidad enorme".

En medio de los debates, parece haber un acuerdo interno general de que Charlie Hebdo no debe dejar que su nueva fortuna y lectores cambien su línea editorial.

Con raíces que datan desde 1960, Charlie Hebdo apareció en su formato moderno en 1992. En un reconocimiento de la resistencia armada, sus fundadores llamaron brevemente la empresa matriz "Kalachnikof", por el arma de diseño soviético. Solo unos pocos obtuvieron acciones en la compañía.

El periódico se hizo popular por su tono satírico sobre la religión, en particular tras los ataques del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos. Cuando el editor de otro periódico francés fue despedido por republicar caricaturas danesas del profeta Mahoma que desataron protestas violentas en 2006, Charlie Hebdo las publicó en solidaridad, junto con su propia caricatura en la portada, con el titular: "Es difícil ser querido por idiotas".

Ese año, las ganancias se dispararon, incluso cuando grupos musulmanes franceses presentaron sin éxito una demanda contra el periódico. La controversia también surgió adentro de Charlie Hebdo. Sus cuatro accionistas decidieron pagarse así mismos casi todas las ganancias de ese año, un total de 825,000 euros en dividendos.

"Fue un escándalo para un periódico de izquierda", recuerda Pelloux. "Es como si alguien hubiera dicho que era defensor del medioambiente y se hubiera puesto a manejar un vehículo grande con diésel".

Después de esa ola de apoyo, sin embargo, la audiencia se debilitó. Un escándalo sobre el despido de un caricaturista que publicó una caricatura supuestamente anti-semita alejó más lectores. Para 2009, el periódico registró una pérdida neta de 1,4 millones de euros y su principal editor se retiró, sucedido por Charbonnier.

En los dos años siguientes, Charbonnier, conocido por su sobrenombre Charb, y el director financiero, Eric Portheault, ajustaron el cinturón. Despidieron a 12 trabajadores de tiempo completo y cambiaron la tinta a una más clara. A fines de 2011, Charlie se mudó del centro de París a una oficina más barata en el límite de la capital.

"En la prensa de nicho, siempre hay atibajos. Si no ocurre algo grande, a menos que crees tu propia polémica, es bastante difícil", dijo Nathalie Waty, quien en ese entonces era una gerente de suscripciones.

En noviembre de 2011, el periódico publicó un número apodado "Charia Hebdo", en referencia al código legal islámico, colocando otra caricatura del profeta Mahoma en la portada, con la leyenda: "100 latigazos si no mueres de risa".

En la madrugada antes de su publicación, las nuevas oficinas fueron atacadas por una bomba Molotov. Nadie resultó herido, pero la oficina fue destruida. Otra vez, el público demostró su solidaridad con Charlie Hebdo. El impulso resultante a la circulación ayudó a elevar la ganancia de ese año a 655,000 euros frente a una pérdida de 508,000 euros un año antes.

Pero el efecto no duró mucho. Para 2013, el periódico estaba otra vez en rojo. En 2014, el personal aceptó un recorte de salarios para ayudar a reducir los costos, y Portheault consiguió que los distribuidores redujeran sus cobros, dijo Christophe Thevenet, un antiguo abogado del periódico. La publicación se mudó a otra oficina más pequeña.

"Mi trabajo era ir a la corte y negociar con los acreedores", dijo Thevenet.

Luego aparecieron los hermanos Kourachi.

No fue hasta la mañana del 19 de enero, después de varios funerales y el éxito comercial, que el personal se volvió a reunir en su improvisado hogar en el último piso del edificio del periódico francés Libération.

La resistencia de Sourisseau a considerar la idea de una cooperativa terminó abruptamente la reunión, dijeron fuentes al tanto. Cuando el personal se volvió a reunir dos días después, los ánimos se habían calmado, pero el desacuerdo se mantenía. Ambos lados acordaron posponer el tema por tres meses, hasta que los padres de Charbonnier hereden oficialmente su participación de 40%.

Varios de los que están a favor de formar una cooperativa dicen que seguirán presionando, no solo para mantener el control sobre los ingresos, sino también para inyectar más transparencia a la manera en que se maneja Charlie Hebdo.

"Tengo confianza plena en Eric y en Riss, pero es mejor si todo el periódico decide", dijo Laurent Léger, un reportero de Charlie Hebdo, en referencia a Portheault y Sourisseau.

Portheault declinó comentar. Thevenet, el abogado, dijo que Portheault y Sourisseau habían promedio no pagar ningún dividendo por tres años y describieron cualquier discusión accionaria como prematura.

"¿Cómo puedes tomar este tipo de decisiones cuando aún tienes pesadillas en la noche?", dijo Thevenet. "Es obsceno".

No se sabe cuánto será el superávit de la empresa. El periódico se ha comprometido a entregar todas las donaciones que ha recibido a las familias de las víctimas. Charlie Hebdo planea remodelar nuevas oficinas que tendrán blindaje y seguridad sofisticada.

"Tenemos pensado un lugar, pero no sabemos si los pisos soportarán todo lo que necesitamos instalar", dijo Biard.

Contratar y retener personal también podría ser difícil, en vista de las continuas amenazas violentas. Algunos miembros del personal viven bajo protección policial permanente, con policías blindados que portan armas automáticas apostados frente a sus casas.

El reto mayor podría ser volver al ritmo semanal de publicar un periódico. La nueva portada de Charlie Hebdo muestra un perro con un periódico en el hocico perseguido por perros rabiosos en la forma de varios enemigos, desde un yihadista canino hasta la líder francesa de derecha extrema Marine Le Pen y el papa Francisco.

El nuevo número, con una tirada planeada de 2,5 millones de copias, trata, entre otros temas, los ataques terroristas en Copenhague a principios de febrero. "Otra vez, estamos obligados a hablar de este tema", dijo Biard.

"Me muero de ganas de que podamos volver a hablar sobre (Nicolas) Sarkozy", dijo, en referencia al ex presidente francés, quien planea un regreso a la política. "Eso es mucho más divertido".



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