Vox Populi

Los vómitos de Fox

2016-07-27

Lo dicho por el siempre deslenguado Fox es lo más descalificatorio que hasta ahora ha...

Julio Hernández López, La Jornada

Vicente Fox Quesada ha mantenido un desprecio explícito hacia Felipe Calderón Hinojosa. Lo despidió de la Secretaría de Energía en 2005, luego que en un rancho de Jalisco había hecho públicas sus intenciones de ser candidato presidencial panista, pues el citado Fox empujaba hacia esa candidatura a Santiago Creel Miranda, quien era su secretario de Gobernación. Más conocedor y mejor controlador de los mecanismos del partido de derecha que decidían esas postulaciones, Calderón Hinojosa les ganó la partida a Creel y a Fox, pero el riesgo de que Andrés Manuel López Obrador llegara a la Presidencia de la República obligó a un cierre de filas de los panistas, aunque siempre con un marcado desdén del ex gobernador de Guanajuato hacia el político michoacano.

Esa repelencia foxista ha llegado a niveles escatológicos (en el sentido fisiológico, pues este término también se usa para referirse a los asuntos relacionados con creencias y doctrinas de la supuesta vida de ultratumba). Entrevistado por el portal La política online, Fox ha ofendido gravemente a Calderón y a su esposa, Margarita Zavala, quien actualmente busca la candidatura presidencial panista de 2018. Vomito en cualquiera que mete a la familia en el negocio, dijo el esposo de Marta Sahagún, la entonces primera dama que utilizó la plataforma presidencial foxista para promoverse como aspirante a suceder a su cónyuge, creando para ello una peculiar fundación, Vamos México, que desarrollaba actividades de proselitismo de la precandidata, con disfraz de asistencialismo y con una charola recolectora de fondos tras la cual se dibujaba con claridad la retribución de esos favores económicos desde la silla presidencial, donde la señora Marta ejercía notable influencia. La familia Sahagún, por lo demás, bien que se metió en el verdadero negocio, con hijos enriquecidos a la sombra de Los Pinos.

“Por eso –añadió Fox en sus consideraciones relacionadas con lo emético– Calderón no me cae. Lo digo públicamente. Se equivoca en meter a su señora. Es gente que no abandona el poder. Que no puede regresar a disfrutar de una vida privada. Se les queda ese gusanito”. Entonces, me vomito en Calderón por meter a su mujer. Ella quizás puede ser una gran líder. Pero no creo en familias metiéndose al poder. Como Perón y Evita, Perón e Isabelita, Kirchner y Kirchnerita, Calderón y Calderoncita, Trump y Trompitas.

Lo dicho por el siempre deslenguado Fox es lo más descalificatorio que hasta ahora ha pronunciado un personaje de primer nivel respecto de la aspiración de la esposa de Calderón por ocupar el cargo que ya ejerció éste. Los cánones de lo políticamente correcto han inhibido el análisis descarnado de esa pretensión como producto de una ambición continuista del esposo, empujando a la esposa. Suele argüirse que ella tiene una carrera política propia, por lo cual habría una carga discriminatoria si se demerita su aspiración personal de llegar al puesto más alto de la política mexicana. No es bien visto precisar que esa carrera política propia de la señora Margarita Zavala Gómez del Campo no ha sido de primer nivel, que los cargos legislativos que ha ocupado no fueron ganados por mayoría relativa sino en el reparto entre élites panistas de los pasteles plurinominales; que no tiene experiencia como presidenta municipal, gobernadora o secretaria de Estado, aunque en estricto sentido ha vivido muy largo tiempo entre los beneficios del poder.

Con el desparpajo y la desmemoria cínica que le caracterizan, Fox ha atribuido la postulación de Margarita a una maniobra de Felipe, quien la habría metido a la contienda como producto de una obsesión enfermiza por el poder. En la categorización que hace el esposo de la señora Marta no hay sino una valía instrumental de la señora Margarita. Aunque advierte que el PAN podría frenar ese intento, en lo que no sería una cuestión estructural del partido, sino un problema de Margarita y Felipe, que han utilizado el partido para satisfacer propósitos personales. Entonces, la gente del PAN no está tan propenso (sic) de acompañar a Felipe Calderón. Sacrificó el partido para su beneficio. Pero habrá que esperar y ver.

No es Fox, como se apuntó líneas arriba, al mencionar las alharacas futuristas de su esposa rumbo a la sucesión de 2006, un ejemplo de congruencia, rectitud de pensamiento y sensatez. Todo lo contrario es quien llegó a Los Pinos en nombre del PAN, en 2012 apoyó el retorno del PRI a esa casa presidencial y ahora dice que probablemente él nunca fue panista ni de ningún partido. Pero, enójense las comadres derechistas (largo pleito, como se ha dicho) y díganse sus verdades.



JMRS

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