Nacional - Seguridad y Justicia

México lucha contra un aumento en los homicidios

2016-09-26

La violencia delictiva está repuntando en México después de un descenso de...

Hanaa’ Tameez, The Wall Street Journal

CIUDAD DE MÉXICO—La violencia delictiva está repuntando en México después de un descenso de tres años y alcanza niveles que no se habían visto desde 2011, cuando arreciaba el conflicto entre los carteles del narcotráfico.

La cuenta que lleva el gobierno de homicidios, en su vasta mayoría vinculados al delito organizado, ascendió a 14.549 durante los primeros ocho meses del año, un alza interanual de 18%. Solamente en agosto, se cometieron 2.147 homicidios, la mayor cifra mensual desde que Enrique Peña Nieto asumió la presidencia a finales de 2012.

La semana pasada, sin ir más lejos, dos sacerdotes católicos fueron asesinados en el estado de Veracruz, en la costa del Golfo, que ha sido duramente golpeado por la violencia ligada a las drogas. Las autoridades anunciaron el martes que la sobrina del presidente de la Federación Española de Fútbol fue hallada muerta cerca de una carretera en el estado de México luego de haber sido secuestrada en la colonia Santa Fe, un barrio pudiente de Ciudad de México.

Los incidentes se produjeron días antes de un tiroteo entre soldados y presuntos miembros pandilleros donde 11 personas perdieron la vida en la ciudad fronteriza de Nuevo Laredo y el hallazgo de dos cuerpos descuartizados lanzados desde un puente en Tijuana. En el balneario de Acapulco, que se ha vuelto una de las ciudades más violentas del mundo, la policía halló un par de manos amputadas envueltas en tortillas en forma de tacos.

La violencia se ha expandido a lugares que solían ser tranquilos, como Guanajuato, un estado en el centro del país conocido por ser un imán para la producción automotriz, donde presuntos narcotraficantes ejecutaron a altos funcionarios de la policía en las últimas semanas y los negocios que se niegan a ser extorsionados han empezado a ser atacados con granadas. Dos ataques de esta clase tuvieron lugar recientemente en la localidad turística de San Miguel de Allende, donde residen muchos jubilados estadounidenses.

“El cambio [en la violencia] que estamos observando es probablemente no solamente un alza, sino que un claro cambio de tendencia”, dijo Dwight Dyer, ex analista del Centro de Investigación y Seguridad Nacional, Cisen, la agencia mexicana de inteligencia.

El incremento de la violencia limitará probablemente el crecimiento de la economía en algunas regiones del país y constituye un gran desafío para el gobierno de Peña Nieto, estiman los analistas. Las encuestas muestran que el repunte de los homicidios es uno de varios factores que han reducido la popularidad del mandatario, quien registra los índices de aprobación más bajos desde mediados de los años 90, cuando la prensa mexicana empezó a seguir estas mediciones.

Peña Nieto llegó a la presidencia prometiendo reducir la violencia luego de que unas 100,000 personas fueran asesinadas en hechos vinculados con el narcotráfico durante los seis años de gestión de su antecesor, Felipe Calderón. Tras asumir el poder en 2006, Calderón no demoró en desplegar al ejército y la policía federal en el combate contra las pandillas criminales.

Ahora, parece que Peña Nieto corre el riesgo de un alza aún mayor de los homicidios durante su sexenio al frente del país. El diario Zeta, de la ciudad norteña de Tijuana, contabilizó 78.109 muertes relacionadas con el narcotráfico en los cuatro años de gobierno de Peña Nieto y todavía quedan dos.

El presidente reconoció hace poco el alza de los homicidios y dijo que su gobierno buscará soluciones. “Un tema que nos preocupa y ocupa a todas las autoridades es el repunte de algunos delitos de alto impacto”, dijo hace unos días al anunciar una estrategia para combatirlos. “Y para esto es fundamental emprender acciones conjuntas y asumir todos corresponsabilidad en esta tarea”.

A comienzos de su gestión, el gobierno redujo temporalmente el despliegue de fuerzas armadas contra bandas criminales y volcó su atención a las reformas económicas. Los cambios parecieron rendir fruto puesto que los homicidios cayeron a 17 por 100,000 habitantes en 2014 tras alcanzar un máximo de 24 por 100,000 personas en 2011.

El descenso, no obstante, puede haber tenido más que ver con factores no relacionados a la estrategia gubernamental, dicen expertos en seguridad.

La violencia ya había empezado a declinar en los últimos meses del gobierno de Calderón, tras el desmantelamiento de varios destacados carteles de narcotraficantes. Además, algunas de las guerras territoriales más encarnizadas entre los narcos, como la de Ciudad Juárez, que cobró 10,000 vidas en tres años, amainaron tras el triunfo de una organización o el acuerdo de treguas.

Al mismo tiempo, algunos de los estados del norte más afectados por la violencia traspasaron fuerzas de policía locales, que eran fácilmente sobornadas por las organizaciones delictivas, a entidades estatales rigurosamente seleccionadas y entrenadas.

“En algunos estados reformaron las fuerzas de policía estatales de manera tan eficiente que pudieron ayudar a contener la violencia”, señaló Dyer. “En otras partes del país no hubo tal grado de reforma de la policía de modo que la violencia se trasladó a esas áreas”.

Aunque la violencia ha caído en el norte de México, las tasas de homicidios han crecido en otros lugares, como los estados de Colima y Michoacán, en la costa del Pacífico, al igual que el estado de México, que circunda la capital.

El estado de Guerrero, frente a la costa del Pacífico y cuya ciudad más conocida es Acapulco, ha sido uno de los más golpeados por la violencia, en parte por la guerra entre las pandillas por el control del floreciente tráfico de heroína.Se cree que uno de esos grupos criminales es responsable del secuestro y asesinato de 43 estudiantes de una escuela rural de maestros en 2014. En este estado se han registrado 1.484 homicidios entre enero y agosto.

La estrategia de atacar los carteles de la droga también ha provocado divisiones en muchos grupos, haciendo que las pandillas incluyan en sus actividades, además de tráfico de drogas la prostitución, secuestro y extorsión, dijo Alejandro Hope, analista de seguridad que también trabajó para Cisen. “Lo que tenemos son pandillas diversificadas, mucho más depredadoras en su modelo de negocios”, manifestó.

Para aprovechar los cambios en el negocio, también han aparecido nuevas pandillas en las principales rutas del narcotráfico, como el llamado Cartel Jalisco Nueva Generación, basado en Guadalajara que ahora es considerado el más poderoso del país, por encima del cartel de Sinaloa.

En un país donde apenas 2% de los crímenes violentos son resueltos, según las propias estadísticas oficiales, la impunidad generalizada engendra más violencia, advirtió Hope.



JMRS
Utilidades Para Usted de El Periódico de México