Huesped

La palabra del Papa y el copyright

2007-02-14

Ahora llega la noticia que se está estudiando una ley cierta y propia sobre el copyright...

Por Andrea Tornielli
Notimex

Hace casi dos años, en mayo de 2005, después de la elección de Benedicto XVI, el entonces cardenal Secretario de Estado, Angelo Sodano, difundió una nota en la cual hablaba de los derechos para la utilización de los escritos y discursos de Joseph Ratzinger, en su calidad de cardenal, y de Ratzinger, en el ejercicio del pontificado.

Algo similar sucedió después de la elección de Juan Pablo II, pero hasta aquel momento nunca la Librería Editora Vaticana (que posee estos derechos) había ejercido una política fuerte para los pagos del copyright sobre la palabra papal.

En aquellos primeros meses (y por cierto sin que el Papa estuviera enterado), la Editora Vaticana ejerció la comunicación con algunas acciones demasiado fuertes y que dieron la impresión al exterior que, sobre todo, el objetivo era dinero.

Ahora llega la noticia que se está estudiando una ley cierta y propia sobre el copyright papal, para tutelar (y vender) palabras, libros, discursos, pero también voz e imágenes del Pontífice en todo el mundo.

Esta ley sobre el derecho de autor tendrá que ser promulgada en un lapso de dos meses: para utilizar las palabras y las imágenes del Papa será necesario pedir una autorización, con posible pago de regalías.

Entre las novedades del texto, está que el copyright se aplica también a las leyes y a los actos oficiales de la Santa Sede (que por ejemplo no existe en la ley sobre el copyright en Italia, modelo en el que de cierta manera se están inspirando los autores del texto vaticano: Ambrogio Piazzoni, vice-Prefecto de la Biblioteca Vaticana; Sergio Aumenta, de la Secretaría de Estado; el arzobispo Giovanni Lajolo y monseñor Giorgio Corbellini, del Gobierno Vaticano), y tendremos que esperar a leer antes de formular un juicio completo.

Lo que se advierte es el riesgo de un efecto contrario para la Santa Sede: pretender pagos sobre el mensaje del Papa, cuando el mayor interés sería divulgarlo en todo el mundo, lo más posible.

Habrá que pensar, por ejemplo, qué pasará con los diarios online, en Internet, que frecuentemente ponen textos papales a disposición de todos.

Es claro que la Santa Sede está en su derecho de pedir regalías a quienes ganan algo vendiendo libros y folletos con las palabras del Papa, pero se necesita mucha claridad para entender que la primera finalidad es que lo que dice el Papa se conozca lo más posible en todo el mundo.

Con esta nueva ley se espera evitar los abusos de los dos años pasados, también los cometidos por la misma Editora Vaticana, pretendiendo, por ejemplo, pagos demasiado elevados. Se espera que pueda propiciar un campo adecuado tras muchos años con ausencia de reglas.

Pero se espera también, que el fin último y verdadero no sea ganar dinero, y sí difundir correctamente, con la mayor magnitud posible y hasta los lugares más lejanos la palabra del Papa.

En este cuadro se puede comprender porqué la Librería Editora Vaticana decidió ceder totalmente los derechos del nuevo libro del Papa, sobre la figura histórica de Jesús, a la italiana Rcs Media Group, que a su vez vendió los derechos para Estados Unidos a Random House y Doubleday, la misma editora del "Código da Vinci".

En una perspectiva de difusión y de ganar dinero, resulta una decisión justa. También, si alguien se pregunta por qué después de la batalla de la Iglesia contra la novela de Dan Brown, el Vaticano decidió vender el libro del Papa a aquella editora.

Notimex
El autor es periodista italiano y vaticanista



AAG

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