Internacional - Política

Los neofascistas en Italia preparan su 'asalto' al Parlamento

2018-03-02

"Sí, soy fascista. Orgullosamente fascista", proclama Simone Di Stefano clavando...

IRENE HERNÁNDEZ VELASCO | El Mundo

"Sí, soy fascista. Orgullosamente fascista", proclama Simone Di Stefano clavando desafiante la mirada. "El fascismo es parte de la historia de Italia, y en el fascismo podemos encontrar solución a muchos de los problemas que nos aquejan en el presente", nos cuenta mientras se ajusta la corbata antes de subir al estrado.

Estamos frente al majestuoso Panteón de Roma, inundados de banderas de Italia ondeando al viento, entre decenas de personas con la cabeza afeitada o convenientemente cubierta con gorros, vestidos casi todos ellos de riguroso negro o con parafernalia militar, empuñando pancartas que proclaman "Italia primero", repartiendo octavillas que sentencian: "El Estado tiene el deber de ocuparse primero de sus ciudadanos y sólo después de los ciudadanos de otras naciones".

No hay duda: estamos en el mitin de cierre de campaña de CasaPound, un movimiento de ultraderecha así llamado en honor al gran poeta norteamericano Ezra Pound, simpatizante fascista. Di Stefano es el cabeza de lista de ese partido y acaricia el sueño dorado de entrar en el Parlamento. Y el domingo, podría hacerlo realidad. Varios sondeos confidenciales (desde hace 15 días está prohibido publicar encuestas electorales en Italia) aseguran que CasaPound podría rozar e incluso alcanzar el 3% de los votos, el porcentaje mínimo necesario para poder entrar en el Parlamento.

El domingo podría ser una fecha histórica para los anales de la ultraderecha derecha italiana. La Liga del Norte, un partido de marcado corte xenófobo y antieuropeísta, cosechará según todos los indicios al menos el 13% de los votos, y muchos analistas consideran que en realidad se podría embolsar bastantes más. Se da por descontado que Hermanos de Italia -cuya líder Giorgia Meloni se reunió el miércoles con el primer ministro húngaro Victor Orban, gran referente de los movimientos soberanistas y antiinmigrantes europeos- recaudará alrededor del 5% de las papeletas. Y tanto La Liga como Hermanos de Italia representan la derecha radical más suave y dulcificada.

La gran noticia es que la ultraderecha más extrema, esa que no tiene problemas en definirse abiertamente como neofascista, que en cuanto puede estira el brazo para hacer el saludo romano, que reverencia sin tapujos a Mussolini y que organiza escuadras urbanas de acoso contra los inmigrantes, está experimentando un importante crecimiento. Hasta el punto de que CasaPound podría hacerse por primera vez con un escaño en el Parlamento. Una posibilidad con la que también fantasea Fuerza Nueva, otro partido declaradamente fascista cuyo líder, Roberto Fiore, fue condenado de joven por pertenencia a banda armada y organización subversiva y si se libró de la cárcel fue porque escapó a Londres en 1980, con 20 años. Fuerza Nueva se presenta a estas elecciones en alianza con Fiamma Tricolore con una lista bautizada como Frente Unitario del Área Nacionalpopular. Entre sus candidatos hay generales jubilados, ex policías de pasado oscuro, simpatizantes con el nazismo, hijos de mafiosos...

"¿Sabe por qué hemos crecido tanto? Porque la izquierda ha dejado de ser de izquierdas, ha dado lado a los obreros, se ha plegado a la dictadura de la Unión Europea. Nosotros, sin embargo, estamos en la calle, en los barrios populares, junto a los obreros y la gente que lo está pasando mal", nos revela Di Stefano sacando pecho.

Los italianos primero

CasaPound ha despuntado tanto en los últimos tiempos que ya tiene 104 sedes por toda Italia. Su principal caldo de cultivo está efectivamente en las periferias urbanas, en zonas cada vez más degradadas, de profundo malestar, de estrecheces económicas, habitadas por quienes se han visto golpeados por el lado más duro de la globalización y sienten nostalgia de días más prósperos. A todos ellos CasaPound les habla de regresar a la grandeza del pasado, de salir del euro, de darle una patada en el culo a Europa, de expulsar a todos los inmigrantes sin papeles o que no tengan medios para subsistir, de clausurar fronteras, de volver a los puestos de trabajo fijos, estables y bien pagados, de impedir privatizaciones de empresas estatales, de ayudar a los italianos en primer lugar.

De hecho, al igual que movimiento de ultraderecha griego Amanecer Dorado, reparten ayuda alimentaria a familias en dificultad italianas y sólo italianas, ningún inmigrante tiene derecho a recibir uno de sus paquetes con pasta, leche, azúcar y aceite de oliva. También tienen campamentos de verano para niños italianos sin medios en los que se practican deportes, se cantan himnos, se iza y baja la bandera, se da a los pequeños clases de orientación... Pero, sobre todo, CasaPound habla de dar 500 euros al mes a todos los italianos (y sólo a los italianos) por cada hijo que tengan, desde su nacimiento hasta los 16 años.

"Italia tiene un problema grave de natalidad, la etnia de este país está en peligro. Hay que fomentar que los italianos tengan hijos", nos hace notar Alberto Paladino, coordinador nacional de CasaPound. El dinero para financiar esa propuesta de premiar con 500 hijos mensuales la llegada al mundo de cada nuevo italiano está muy claro de dónde saldría: "Cada inmigrante le cuesta al estado italiano 1.050 euros al mes, según las cifras oficiales. De ahí saldría", explica este joven de 30 años que no se considera racista, que se declara en contra de las leyes raciales dictadas por Mussolini pero que sin embargo habla de pureza étnica: "Aprecio la belleza y la riqueza de las distintas razas, de las distintas etnias. Pero justo por eso no deben de mezclarse, no debe haber mestizaje, porque si lo hubiera nos uniformaríamos todos y se perdería esa riqueza.

Las pruebas sobre el auge del neofascismo en Italia se acumulan por doquier. Ya en las elecciones municipales de junio pasado, en Mantua una lista electoral bautizada "Fasces Italianos del Trabajo" (el 'fasce' era un símbolo de la antigua Roma recuperado por Mussolini) obtuvo el 10,4% de los votos. Y en noviembre, en las elecciones del municipio X de Roma (léase Ostia), CasaPound se anotó el 9,1% de las papeletas. Por no hablar de la localidad toscana de Lucca, donde en las municipales de junio CasaPound se embolsó el 8%. Un esquema que ya antes se había producido en Bolzano, en Todi, en l'Aquila y en otras localidades a lo largo y ancho del país, donde la extrema derecha fascista ya suma entre el 2 y el 5% de los votos.

El domingo, además, Italia no sólo celebra elecciones generales. También se vota para elegir al presidente de las regiones de Lombardía y de Lazio, cuyas capitales son respectivamente Milán y Roma. Y el candidato de CasaPound para gobernar la región de Lazio, Mauro Antonini, podría obtener según algunos sondeos hasta un 10% de las papeletas.

"Fascistas del tercer milenio"

Internet y las redes sociales se han convertido en el nuevo campo de batalla de estos "fascistas del tercer milenio", como se suelen autodefinir. La Asociación de Partisanos de Italia ha contabilizado por ejemplo 450 páginas web neofascistas italianas en las que se habla de "cerdos judíos", de pureza de la raza amenazada por la invasión de inmigrantes.

De hecho, el crecimiento de la ultraderecha va de la mano del aumento de la xenofobia en Italia y de los ataques contra inmigrantes, que se repiten un día sí y otro también. Entre septiembre y octubre pasado, sin ir más lejos, en Turín prendieron fuego y apalearon a un mendigo rumano, en Roma un grupo de menores de edad la emprendieron a golpes contra un bengalí y un egipcio que salían del restaurante en el que trabajaban, en Bagnoli di Sopra (Padua) incendiaron el centro de acogida para inmigrantes, en Guardamiglio (Lodi) hicieron arder el vehículo en el que dormían doce africanos, en Bari un sexagenario echó a una nigeriana de 27 años del autobús, lanzándola contra el asfalto al grito de "Tú no puedes estar aquí"... Un informe presentado en octubre pasado ante el parlamento italiano por la asociación Lunaria recogía un total de 1.483 casos de violencia racista y de discriminación ocurridos en Italia entre el 1 de enero de 2015 y el 31 de mayo de 2017. Entre enero de 2007 y abril de 2009, Lunaria sólo había contabilizado 319 agresiones de este tipo.

"Yo soy militante desde hace cinco años de CasaPound. Y te reto a que me digas un solo caso de violencia en el que se hayan visto implicado de manera activa alguien de este movimiento. Y eso de que con nuestras palabras incitamos otros a agredir a los inmigrantes es una solemne estupidez de la izquierda. ¿Defender el futuro de mis hijos es incitar a la violencia? A mí me parece que no", sostiene Wolfgang Roverone, un empresario vestido de negro de los pies a la cabeza y con dos hijas de 9 y 10 años.



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