Internacional - Población

Otro viernes de odio y enfrentamientos

2018-07-27

Setenta mil manifestantes se enfrentaron hoy durante horas con los soldados israelíes,...

 

(ANSA) - TEL AVIV, 27 JUL - La tensión en la Explanada de las Mezquitas es cada vez más alta y mientras los palestinos alertan sobre el riesgo de una eventual "nueva guerra de religión", en el confín de Gaza se registraron hoy nuevos enfrentamientos, con muertos y heridos.
 
El Monte del Templo de Jerusalén se transformó, al término de las plegarias del viernes, en escenario de extensos enfrentamientos entre fieles islámicos y agentes de la policía israelí. Para intentar restablecer el orden los agentes hasta entraron en la mezquita al-Aqsa y cerraron brevemente los accesos sl Haram al-Sharif (denominación islámica de la Explanada).
    
El presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) Mahmoud Abbas -quien hoy se realizó exámenes médicos en un hospital de Ramalá- condenó la "brutalidad" de la policía y advirtió a Israel que con su actitud "amenaza con arrastrar a la región hacia una guerra de religión, con consecuencias catastróficas". En tanto, desde Gaza, Hamas incitó a la población de Jerusalén y de Cisjordania a levantarse contra Israel.
    
De hecho, en la mezquita al-Aqsa un adolescente palestino dedicó el jueves en Facebook un ataque que se aprestaba a cometer en el asentamiento judío de Adam (Cisjordania). Apareció de sorpresa entre las casas de los colonos y apuñaló a tres transeúntes -uno murió y los otros dos resultaron heridos- antes de ser abatido por disparos. Hamas, que exaltó el gesto del joven, organizó hoy en la frontera de Gaza nuevas manifestaciones en las que se blandieron pancartas con la imagen del atacante y de la mezquita al-Aqsa.
    
Setenta mil manifestantes se enfrentaron hoy durante horas con los soldados israelíes, desplegados para impedir que rompieran las vallas fronterizas.
    
Los incidentes se originaron tras la manifestación masiva organizada para celebrar la "victoria popular" de los palestinos conseguida hace un año cuando, bajo presión internacional, el premier Benyamin Netanyahu removió los detectores de metal instalados en los accesos de la Explanada tras un atentado.
    
A través de un comunicado muy insólito, la policía de Jerusalén admitió haber sido "tomada por sorpresa" por la violencia de los manifestantes, que lanzaron piedras y lanzaron fuegos artificiales disparados a la altura de los ojos. En tanto, los manifestantes declararon haber sido atacados por la policía sin ninguna provocación de su parte. La tensión en la Explanada de las Mezquitas se había elevado ya la semana pasada cuando -en ocasión del ayuno judío que recuerda las destrucciones del primer Templo (por los babilonios) y del segundo Templo (por las legiones romanas)- más de mil fieles judíos subieron a lo que ellos denominan el Monte del Templo.
    
Anteriormente, la Knesset (el Parlamento israelí) aprobó una ley que califica a Israel como "Estado Nacional Judío": algo que provocó cólera entre los árabes de Israel.
    
Hasta la casual y sorpresiva caída de una gran piedra del Muro de los Lamentos alarmó a los palestinos de Jerusalén, entre quienes se difundió una "teoría conspirativa" según la cual el bloque macizo de 100 kilos se habría desprendido a causa de "excavaciones realizadas en secreto por Israel en la base de la Explanada".
    
La mezcla explosiva de hechos, percepciones y sospechas desencadenó las escenas de violencia en la Explanada, este viernes. 


 



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