Macri logra el guiño esperado

(ANSA) - BUENOS AIRES.- América Latina enfrenta hoy devaluada la cumbre del G20 con dos presidentes en retirada y otro, el anfitrión Mauricio Macri, jaqueado por una severa crisis interna y necesitado más que nunca de un Donald Trump garante de su severo plan de ajuste.

 Argentina, Brasil y México son los únicos tres países de la región miembros de este exclusivo club de los más poderosos del planeta, aunque su peso específico en el grupo es en esta cita, cuanto menos, inocuo. Chile, con Sebastián Piñera, concurre a la reunión en la capital argentina como país invitado. De los cuatro presidentes de la región Macri es el que tiene el rol más destacado y visible en su calidad de anfitrión, pero fue su reunión con Trump, mantenida esta misma mañana bien temprano en la Casa Rosada, sede de gobierno, la que acaparó todas las miradas.
    
El presidente argentino le agradeció a Trump su respaldo "en estos tiempos difíciles" que atraviesa la Argentina, recordando en especial el vital apoyo de la Casa Blanca al acuerdo por más de 56,000 millones de dólares alcanzado con el FMI.
 
  "Agradecemos el apoyo de Estados Unidos, sobre todo en este último año, cuando pasamos momentos difíciles. Con el apoyo de ustedes y el acuerdo que se facilitó con el FMI, hemos empezado a construir de vuelta un camino hacia un mejor futuro", sostuvo.
   
 Macri necesitaba como agua en el desierto el respaldo de su "amigo" Trump, a quien conoce desde que ambos eran jóvenes empresarios en los años 80 y el destino los unió en un frustrado negocio inmobiliario en Nueva York. Trump, franqueado por Macri, atinó a recordar los viejos tiempos de amistad y señaló que ambos tenían "mucho que hablar".
 
  "El éxito económico y político de la Argentina es un éxito para la región. Esa es nuestra prioridad", dijo un funcionario de la Casa Blanca, a la prensa norteamericana, antes del viaje de Trump a Buenos Aires.
   
 En medio de una durísima crisis económica que golpea a Argentina, el presidente estadounidense le brindó un respaldo crucial a Macri en sus negociaciones con el FMI y su severo plan de ajuste que derivó en huelgas y protestas sociales y gremiales en Argentina.
   
 Y ahora, en Buenos Aires, a contramano de muchas de sus cuestionadas políticas proteccionistas, trajo en su maletín acuerdos para fortalecer los lazos comerciales y favorecer la llegada de inversiones estadounidenses a Argentina, una promesa de campaña del presidente argentino que jamás cumplió, al menos hasta ahora.
 
  Estos acuerdos, según el gobierno de Buenos Aires, totalizan 813 millones de dólares y se estima que movilizarán otros 3,000 millones en sectores como infraestructura, energía renovables y logísticas.
   
 Y es que Trump y Macri hablan por teléfono "más seguido de lo que se informa" por los canales oficiales, escribió el diario La Nación.
    Pero Macri no está solo entre los presidentes latinoamericanos del G20. Además del invitado especial Piñera, cercano ideológicamente al anfitrión, llegaron los presidentes de Brasil, Michel Temer, y de México, Enrique Peña Nieto, ambos en el final de sus mandatos.
   
 Peña permanecía apenas unas horas en Buenos Aires, ya que volverá a su país para participar de la toma de posesión de su sucesor, Andrés López Obrador, este mismo sábado. Pero se llevará en sus valijas la firma del nuevo tratado de libre comercio con Estados Unidos y Canadá tras un arduo y extenso proceso de negociaciones con la Casa Blanca que varias veces estuvo a punto de naufragar por las amenazas de Trump. Al menos Peña dejará el poder con un acuerdo vital en un campo que vaticinaba fuertes nubarrones para la economía mexicana.
   
 Por el lado de Brasil, Michel Temen pasa virtualmente desapercibido en la cumbre mientras prepara la transición hacia la nueva era de Jair Bolsonaro en el poder. El controvertido militar retirado se encamina a ser un firme aliado de Trump en la región, incluso mucho más cercano que Macri por sus afinidades ideológicas y su coqueteo constante con la Casa Blanca desde que ganó las elecciones en su país.
 
   El presidente francés, Emmanuel Macron, uno de los primeros en pisar Buenos Aires, lo resumió durante una reunión mantenida con Macri: el acuerdo entre la UE y el Mercosur dependerá mucho de lo que haga Bolsonaro. Macron ya dejó bien en claro, en su rueda de prensa en Argentina, que no quiere firmar un tratado comercial con un país que no respeta el acuerdo de París sobre el cambio climático. ¿A quién se refería? A Bolsonaro, quien comparte la fuerte posición de Trump de rechazar las continuas y graves advertencias sobre los efectos devastadores del calentamiento global.

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