Internacional - Política

Trump renuncia a dar el discurso de la Unión obligado por Pelosi

2019-01-25

Pasadas las 23.00 del miércoles, Trump recurrió a su portavoz de prensa favorito.

Por YOLANDA MONGE, El País

Washington 25 ENE 2019 - 05:20    CST Quién será el vencedor/vencedora de las complicadas partidas del ajedrez del poder que jueguen Donald Trump y Nancy Pelosi en el futuro está por ver pero, de momento, la presidenta de la Cámara de Representantes le ha asestado un jaque mate al presidente de la nación al ganarle la iniciativa y lograr que no pronuncie el discurso anual del estado de la Unión el próximo martes hasta que no se resuelva el cierre parcial del Gobierno que ya dura cinco semanas.

Pasadas las 23.00 del miércoles, Trump recurrió a su portavoz de prensa favorito. Desde Twitter anunciaba que aceptaba la derrota de este juego y que, al contrario de lo que había dicho cuando Pelosi le anunció que no podría dar el discurso porque no se garantizaban las condiciones de seguridad debido a las miles de personas que no ejercen su trabajo en el Gobierno federal, no buscaría otro lugar distinto del Congreso para dirigirse al país.

“Cuando ya se había producido el cierre parcial del Gobierno, Nancy Pelosi me pidió que diera el discurso sobre el estado de la Unión. Estuve de acuerdo”, explicaba en un tuit el mandatario, haciendo notar la metamorfosis de la mujer con más poder político en este momento en Estados Unidos. “Entonces cambió de opinión debido al cierre y sugirió retrasar la fecha. Su prerrogativa es que lo dé cuando se acabe el cierre”, explicaba Trump a través de su cuenta de Twitter.

A continuación, el presidente entregaba su rey y aceptaba la derrota. “No estoy buscando otro lugar para dar el discurso porque no hay otro lugar que pueda competir con la historia, tradición e importancia de la Cámara de Representantes. Estoy deseando dar un discurso genial sobre el estado de la Unión lo antes posible”, escribió en la citada red social.

Demócratas y republicanos están estancados en las negociaciones sobre el presupuesto federal debido al enroque de Trump de construir un muro en la frontera con México para el que solicita más de 5,700 millones de dólares y que la oposición se niega a financiar. La falta de convenio ha provocado que algunas agencias están bloqueadas desde el pasado 22 de diciembre, lo que afecta directamente a más de 800,000 empleados públicos y, en un efecto dominó, a la economía.

Mientras, esta tarde de jueves se debaten en el Senado dos proyectos de ley para tratar de desbloquear el cierre, uno alentado desde la bancada republicana y el otro respaldado por los demócratas (y ninguno con visos de lograr los 60 votos que se requieren para que sean aprobados). La propuesta republicana incluye una financiación de la Administración hasta septiembre, con una partida para construir el muro y también un compromiso para proteger de la deportación de cerca de un millón de inmigrantes a los cuales el Gobierno de Trump les había cancelado un fuero que los amparaba. La iniciativa de la oposición para salir de la parálisis contempla financiar al Ejecutivo hasta el 8 de febrero, ofreciendo al presidente los más de 5,700 millones de dólares que reclama para la seguridad en la frontera, aunque no para la valla fronteriza con México como exige el magnate. No hay fondos para un muro, pero se relanza el debate sobre la seguridad en la frontera.

De esta manera, los demócratas vuelven a situar a Trump ante el jaque mate, ya que el presidente ante esta oferta se queda sin argumentos que justifiquen su acusación de que la oposición no quiere fronteras seguras, razón por la cual se volatiliza la coartada para mantener paralizado el Gobierno. A esta jugada hay que sumarle las temidas encuestas: seis de cada 10 estadounidenses culpan a Trump del cierre. Su popularidad es la más baja de todo su mandato.



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