Testimonios
Poderoso caballero… la tragedia del vuelo JK5022
Llucià Pou Sabaté
20 agosto 2008 en el aeropuerto de Madrid
A los 15 años de la tragedia de Spanair, se estrena Vuelo JK5022. La tragedia de Spanair, una miniserie de tres episodios sobre este triste evento que llevó a la muerte a 154 personas en el aeropuerto de Madrid: trata del proceso judicial y la comisión investigadora.
Me ha parecido muy interesante el testimonios de las víctimas, familiares, técnicos, la recreación de los diálogos a partir de la caja negra, y los informes que muestran lo que ocurrió.
Todo empezó con un fallo eléctrico, que unos técnicos resolvieron de un modo incorrecto: inutilizar un sistema eléctrico que se calentaba, un sensor de temperatura, sin contar con que esto podía afectar a la seguridad del avión. De hecho, aunque los pilotos dieron por buena la chapuza, el tercero de cabina dijo que “esto es un parche” inaceptable pues la avería que retrasaba el vuelo no se había resuelto, y el avión no podía despegar con esa incógnita.
Los pilotos al despegar tienen que activar unas aletas que permiten a las alas aumentar la sustentación cuando el avión vuela a baja velocidad y a baja altura (aproximación, aterrizaje y despegue): son los slats y los flaps, sin ellos el avión no despega. Y esto fue lo que pasó: no activaron esos mandos y además el sistema electrónico no avisó de que tenían que activarlos, con lo que el vuelo no consiguió despegar, estrellándose fuera de pista e incendiándose, con la mala suerte además de que dio en un pequeño torrente, que obstruido hizo aumentar la tragedia por ahogamiento de algún pasajero.
A partir de ahí, todo fue un desastre, se calcula que los equipos de rescate tardaron entre media hora y 40 en llegar al sitio: no cortaron las pistas que permitiera acceder al sitio desde dentro del aeropuerto, y tenían que dar la vuelta por fuera los medios de socorro. Además, no daban permiso desde el aeropuerto para poder activar la ayuda, siguiendo unos protocolos entre entidades oficiales que no estaban coordinadas, y mientras morían desangrados algunos pasajeros.
Luego, la investigación de lo ocurrido fue una chapuza. No se hizo caso del informe de los peritos, sino a un informes del siniestro realizado por un órgano investigador que no era imparcial sino gubernamental, en contra de lo que dicta el sentido común (parece que se está estudiando crear ese órgano independiente).
Se echó la culpa a los pilotos (fallecidos) evitando de ese modo responsabilidades, tanto de los medios gubernamentales, como de las compañías aéreas.
Los medios gubernamentales actuaron chapuceramente, porque no fueron capaces de atender una urgencia, en un avión incendiado en el mismo aeropuerto y tardando más de media hora en atender a las víctimas, por falta de capacidad de respuesta, y mala coordinación.
La compañía aérea, por las presiones que ejercen sobre los pilotos para que el avión vuele si no hay absoluta necesidad de reparar, priorizando los intereses lucrativos sobre la seguridad de los pasajeros.
La compañía Boeing que construyó el avión, que había tenido ya otros accidentes idénticos, al no tener un sistema de aviso redundante de activar el sistema de slats y flaps para el despegue, si fallaba el sistema de alarma primario. (Estos últimos años, la compañía ha subsanado este error eléctrico, que ha costado muchas vidas, pero sólo en los aviones nuevos).
Ver aqui miniserie de la reseña sobre el accidente (click)
JMRS