Entre la Espada y la Pared
Conflicto Israel-Hezbolá: temores en la zona fronteriza
Tania Krämer / DW
Los habitantes de zonas cercanas a la frontera entre Israel y el Líbano viven en creciente tensión ante la posibilidad de que escale el conflicto.
Kiryat Shmona parece un pueblo fantasma. Las calles están vacías y hay pocos negocios abiertos. De tanto en tanto, el sonido de explosiones rompe el silencio.
La localidad está cerca de la frontera israelí con el Líbano. Las bases militares de la milicia Hezbolá están a pocos kilómetros de distancia, en territorio libanés.
"Se escucha una alarma y uno tiene cinco segundos para ir al refugio”, dice Ariel Frish, director de un colegio religioso para niños que ahora forma parte del equipo de emergencia de la municipalidad.
En tiempos normales, la localidad tenía unos 23,000 habitantes. Poco después de los ataques terroristas cometidos por el grupo radical islamista Hamás, el 7 de octubre, en el sur de Israel, el gobierno israelí ordenó la evacuación de todos los poblados del norte ubicados a menos de 3,5 kilómetros de la frontera.
Desde entonces, por lo menos 50,000 personas han dejado sus hogares en la región fronteriza. Además, el Ejército calcula que hasta 35,000 personas de zonas más al sur se han trasladado hacia el centro de Israel.
No se sabe cuándo esa gente podrá regresar a sus casas. En las últimas semanas se han intensificado los combates en el área, con misiles antitanque y cohetes, al igual que los ataques aéreos israelíes.
¿Escalará el conflicto con Hezbolá?
En la prensa israelí se discute a diario sobre potenciales indicios de que escale el conflicto con Hezbolá, considerado riesgoso pero difícil de evitar.
Los atentados terroristas del 7 de octubre de Hamás -considerada una organización terrorista por EE. UU. y la Unión Europea, entre otros- han reforzado la doctrina militar israelí de que el país nunca debe volver a estar indefenso. "No sé cuándo habrá guerra en el norte. Puedo decirles que la probabilidad de que ocurra en los próximos meses es mucho mayor que en el pasado", declaró el jefe del Ejército israelí, Herzi Halevi, al visitar un ejercicio para tropas de reserva en el norte de Israel.
Frish es uno de los aproximadamente 2,000 residentes que, se estima, permanecen en Kiryat Shmona. Su familia dejó la ciudad. "La gente está dispersa por todo el país", explica. La mayoría se aloja en hoteles, mientras que otros han alquilado viviendas privadas. Los negocios luchan por sobrevivir y los campos circundantes están abandonados.
La última guerra de mayor escala entre Israel y Líbano en 2006 duró cinco semanas. "Pero ahora, esta guerra, que empezó con la invasión de Hamás en el sur, asustó a todo el mundo, porque comprendimos que las amenazas de Hezbolá podían hacerse realidad", dijo Frish.
Hezbolá, más peligrosa que Hamás
Hace pocos años, Hezbolá publicó planes que mostraban cómo su unidad de élite Radwan "conquistaría" el norte de la región de Galilea, en Israel. En 2018, el Ejército israelí descubrió profundos túneles en la zona montañosa que se extiende desde el sur del Líbano hasta las comunidades israelíes.
"A la mayoría de la gente le parecía una fantasía de Hezbolá. Esto no podía ser, no podía suceder", dice Frish. "Pero después de lo que pasó el 7 de octubre con Hamás, que está mucho menos preparado y es mucho menos poderoso, comprendimos que estamos en grave peligro".
La mayoría de los habitantes del norte de Israel han entendido que no podrán volver pronto a casa. Meital Fershtman Yogev es una de ellos. Desde hace tres meses, una pequeña habitación doble con balcón en un complejo hotelero a orillas del Mar de Galilea se ha convertido en su morada temporal. Hasta el 7 de octubre, vivía con su pareja y sus dos hijos pequeños en Yiftach, un tranquilo kibutz de unos 400 habitantes, a solo un kilómetro de la línea de demarcación con el Líbano.
La familia se marchó al día siguiente de los atentados de Hamás para alojarse en casa de unos amigos, pensando que sólo sería por poco tiempo. Más tarde se reunió con los demás miembros del kibutz y se trasladaron al hotel para permanecer juntos como comunidad.
Futuro incierto
"Puede que la historia se repita. Dijimos 'nunca más'. Pero ocurrió. Todas estas cosas terribles", dice, subrayando que, no obstante, su situación es soportable, comparada con lo que ocurrió en el sur.
Todos saben que es difícil prever qué sucederá más adelante. De momento, se sigue dando una oportunidad a la diplomacia. Israel insiste en que Hezbolá cumpla la Resolución 1701, aprobada por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas tras la última guerra del Líbano, en el verano de 2006, y se retire a una zona al norte del río Litani. Pero para los evacuados de Yiftach, una medida así no resuelve todos sus problemas de seguridad.
Fershtman es una de las miles de personas que el año pasado se manifestaron contra la polémica reforma judicial del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu. Aunque el país pareció unido tras el 7 de octubre, han resurgido las divisiones y las dudas sobre si este gobierno puede resolver la crisis.
aranza
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