Internacional - Economía

¿Por qué empresas alemanas se trasladan de China a Japón?

2024-04-05

Otras preocupaciones incluyen el espionaje industrial y las fricciones con las autoridades chinas...

 

Julian Ryall / DW

Más empresas alemanas ven a Japón como una opción estable para la producción en Asia en medio de tensiones geopolíticas e incertidumbres en China, revelan encuesta y estudios recientes.

El 38 por ciento de las empresas alemanas que participaron en una encuesta empresarial reciente afirmaron que trasladarán sus instalaciones de producción de China a Japón, mientras que el 23 por ciento también trasladarán sus funciones de gestión regional en la misma dirección, teniendo en cuenta principalmente la estabilidad económica, política y social.

El estudio fue realizado por la Cámara de Comercio e Industria Alemana en Japón y el gigante KPMG en Alemania. Un total de 164 empresas respondieron a la encuesta publicada el 27 de marzo.

El informe hace eco de las conclusiones de otro estudio, publicado por la Organización de Comercio Exterior de Japón una semana antes, que encontró que Japón es un destino atractivo para las empresas extranjeras que quieren evitar incertidumbres geopolíticas, comerciales y financieras.

"Las empresas alemanas han tenido durante mucho tiempo un fuerte enfoque en China debido a los bajos costos laborales y porque es un mercado importante y en crecimiento", asegura Martin Schulz, economista jefe de políticas de la Unidad de Inteligencia de Mercado Global de Fujitsu. "Esto está cambiando y hay desafíos por todas partes", afirma a DW.

"Es significativo que cada vez haya más cuestiones políticas y geopolíticas que las empresas deben considerar, con preocupaciones sobre si a las empresas les resultará más difícil exportar desde China a Estados Unidos, por ejemplo", agrega.

La tensión entre China y Estados Unidos de fondo

Las fricciones comerciales entre Washington y Pekín han empeorado en los últimos años, y Estados Unidos desea impedir que China obtenga las tecnologías más avanzadas, particularmente en microchips.

Esto se combina con la preocupación de que un cambio de administraciones presidenciales en Washington, a principios del próximo año, pueda conducir a una serie de restricciones comerciales, aranceles y sanciones.

Al trasladar las instalaciones de producción a Japón, según Schulz, las empresas están reduciendo -aunque no eliminando por completo- el riesgo de verse involucradas en cualquier posible guerra comercial entre Estados Unidos y China. "Los costes también están aumentando en China y no sabemos el futuro de la economía china durante la reestructuración que está atravesando", añade.

Otras preocupaciones incluyen el espionaje industrial y las fricciones con las autoridades chinas que podrían, en casos extremos, llevar a una empresa a ser incluida en la lista negra.

Un ejecutivo de negocios alemán de una empresa con operaciones tanto en Japón como en China dijo que las empresas necesitan tener preparadas "contramedidas" en caso de que las autoridades las incluyan o las amenacen con incluirlas en una lista negra. Por seguridad, el ejecutivo prefiere no dar su nombre.

Schulz está de acuerdo en que existen buenas razones para que las empresas transfieran "funciones sensibles" a Japón, aunque hay muchas "funciones de atracción" a favor de Japón.

Japón, una opción "estable"

"Japón es económica y políticamente estable, las empresas aquí están bien conectadas con el resto de Asia, lo cual es importante para los negocios, y el país está estrechamente integrado en las cadenas de suministro globales", sostiene Schulz.

Klaus Meder, presidente en Japón del gigante manufacturero alemán Bosch, ha dicho que tanto China como Japón tienen razones de peso para invertir significativamente. China es el mercado de automóviles más grande del mundo y las empresas automotrices japonesas todavía controlan la mayor parte del mercado global.

Bosch tiene como principio producir localmente para el mercado local, afirma Meder, y cuenta con instalaciones de fabricación igualmente importantes en ambos países para satisfacer la demanda local.

"Japón puede ser un mercado difícil de ingresar, con muchos obstáculos, la barrera del idioma y diferentes especificaciones, pero una vez que estás establecido y te has ganado la confianza de tus clientes, entonces puedes construir asociaciones duraderas", expresa a DW. "Aquí hay estabilidad, hay confianza, todo está basado en reglas y la mayoría de las empresas están satisfechas con sus beneficios financieros", añade.

La presencia en Japón también es fundamental, ya que muchos socios allí están activos en otras partes del mundo, particularmente en el sudeste asiático, Europa, China y América del Norte y del Sur, por lo que es importante estar cerca de las oficinas centrales de esas empresas para mantener las relaciones, según Meder, que reside en Japón desde hace 12 años.

La tradición industrial de Japón

Marcus Schuermann, director general de la Cámara de Comercio Alemana en Japón, comenta que los resultados del estudio subrayan la importancia de las conexiones de las empresas con "el país industrializado más antiguo de Asia" y la tendencia creciente de que las funciones de gestión se basen aquí.

Más del 90 por ciento de las empresas que participaron en la encuesta dijeron que la estabilidad (estabilidad económica, estabilidad de las relaciones comerciales y seguridad, y estabilidad social) eran sus principales motivaciones para estar en Japón.

A esto le siguió una mano de obra cualificada y una infraestructura avanzada. También se citaron como razones clave un entorno político estable basado en principios democráticos y la protección jurídica de la propiedad intelectual.

La fuerza laboral también está calificada, el potencial de ingresos es positivo y el mayor uso de la robótica y la automatización está ayudando a superar los problemas asociados con el envejecimiento de la población. "Además, los salarios aquí son muy competitivos y entre un 20 y un 30 por ciento más bajos que en Alemania, lo que hace que Japón sea más atractivo", señala Schuermann.

Los datos anecdóticos también sugieren que a las empresas alemanas les resulta más difícil convencer a sus empleados para que se trasladen a China que a Japón, ya que las condiciones de vida y el entorno general de Japón son más atractivos, sobre todo para las familias con hijos, según Schuermann.


 



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