Huesped

Derecho de los padres a educar

2006-08-25

Me parece que este texto, tal como ha sido presentado e impuesto, sin previa consulta, constituye...

Cardenal Juan Sandoval Íñiguez

Estimados lectores, en esta ocasión quiero referirme a los nuevos textos de Biología para educación Secundaria, en los que se incluye el tema de la educación sexual. Ya los padres de familia, con mucha razón, han criticado el contenido de eso que llaman «educación sexual», porque no es propiamente educación sexual, sino información pornográfica que alienta el permisivismo sexual en los niños y adolescentes de Secundaria. La educación sexual es algo más amplio, como lo es el hombre; el ser humano no se reduce a la genitalidad, tiene también alma, sentimientos, contrae voluntariamente Matrimonio para la procreación de la vida y posee el sentido de su destino eterno; todo eso integra al hombre, ésa es su composición, y también el uso de su sexualidad.

Informar a los niños y adolescentes sobre prácticas sexuales me parece que es inútil; están tan bombardeados de información sobre eso, que es perder el tiempo; lo que les hace falta verdaderamente son motivaciones morales, y no digo cristianas, por aquello del Estado laico; insisto, no cristianas, pero sí de respeto a las normas morales naturales; eso es lo que hace falta, por eso apoyo lo que reclaman los padres de familia respecto a esta educación.

Además, quiero abordar otro punto, que profundiza esta cuestión tan polémica: El que se refiere a un Estado que se atribuye cosas que no le corresponden. Hay en ese texto único, y en esa orientación sexual que se quiere dar a los adolescentes y jóvenes, prácticas dictatoriales y totalitaristas, propias de tiempos pasados, de regímenes remotos; residuos que se resisten a morir en estos tiempos democráticos, en que debe existir libertad de opción y de opinión. Por ende, no es admisible que el Estado se arrogue, se atribuya la facultad de definir lo que es ciencia, lo que es moral, lo que es historia, lo que es psicología, etcétera. El Estado no es el dueño de la cultura, ni del pensamiento, ni de las conciencias de las personas; el hombre tiene derechos naturales con los cuales nace; no se los otorga el Estado, sino que éste, sólo debe respetarlos y garantizarlos.

Si ha de seguir habiendo un texto único, y lo llamo texto único u oficial y no gratuito, porque se financia con el dinero del pueblo; repito, si ha de seguir habiendo un texto único y oficial, antes de publicarse se debe discutir y consultar su contenido; que se tome en consideración la opinión de los que saben de la materia, de personas probas, honestas, conocedoras del tema, y sobre todo de los padres de familia, que tienen el derecho natural e inalienable de educar a sus hijos. Recientemente, Su Santidad Benedicto XVI afirmó que la Iglesia no va a desmayar en tres puntos: El irrestricto respeto a la vida, el respeto al Matrimonio, basado en la unión estable del hombre y la mujer, y el respeto del derecho de los padres de familia a determinar la educación de sus hijos.

Me parece que este texto, tal como ha sido presentado e impuesto, sin previa consulta, constituye una actitud dictatorial; el Estado se atribuye cargos que no le competen y que, en esta época moderna, no estamos dispuestos a aceptar. Me gustaría saber ¿qué Estados democráticos tienen un texto único, obligatorio y gratuito, como dice la leyenda inscrita en estos libros? No deben existir textos únicos, ni obligatorios, sino que se debe dejar que los científicos, las instituciones, las universidades, las personas capacitadas, sean las que lleven el rumbo de la ciencia, de la psicología, de la educación, etcétera. Ojalá que estos textos se corrijan antes de que pasen a las manos de los alumnos. Corromper a la niñez y a la juventud es frustrar el bien de México, porque de ellos dependerá el futuro de nuestra Nación.



EGG

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