Trascendental

Yo he venido a traer el gozo y la paz

2015-10-28

En el camino pasan por la pequeña ciudad de Naím. Allí son testigos de un...

Autor: P. Enrique Cases

Los milagros de Jesús. Resurrección del hijo de la viuda. Ante las lágrimas de la madre viuda se compadeció de ella.

Un hecho doloroso

Al acercarse la segunda Pascua de su vida pública, Jesús y sus discípulos, se ponen en camino hacia Jerusalén. En el camino pasan por la pequeña ciudad de Naím. Allí son testigos de un hecho doloroso: el entierro del hijo único adolescente de una mujer viuda. El dolor es patente en aquella mujer y en todos los que acuden al entierro, seguramente todo el pueblo.

Jesús se compadece

El Señor con una reacción muy humana, pero que es también muy divina, ante las lágrimas de la madre viuda se compadeció de ella. Se acercó a ella y le dijo: "no llores". Que es como darle a entender: no quiero verte en lágrimas, porque yo he venido a traer el gozo y la paz. Luego tiene lugar el milagro, manifestación del poder de Cristo Dios. Pero antes fue la conmoción de su alma, manifestación evidente de la ternura del Corazón de Cristo Hombre.

Veamos los hechos: "Sucedió, después, que marchó a una ciudad llamada Naín, e iban con él sus discípulos y una gran muchedumbre. Al acercarse a la puerta de la ciudad, he aquí que llevaban a enterrar un difunto, hijo único de su madre que era viuda, y la acompañaba una gran muchedumbre de la ciudad. Al verla, el Señor se compadeció de ella y le dijo: No llores. Se acercó y tocó el féretro. Los que lo llevaban se detuvieron; y dijo: Muchacho, a ti te digo, levántate. Y el que estaba muerto se incorporó y comenzó a hablar; y se lo entregó a su madre. Y se llenaron todos de temor y glorificaban a Dios diciendo: Un gran profeta ha surgido entre nosotros, y Dios ha visitado a su pueblo. Esta fama acerca de él se divulgó por toda la Judea y por todas las regiones vecinas"(Lc).

Ha llegado un gran profeta

La voz del milagro se corrió rápidamente, y llegó a Jerusalén precediéndoles en el camino: ¡Un gran profeta está en Israel. Ha proclamado la llegada del reino de Dios, le siguen muchos, cura a gente enferma, y ha resucitado un muerto cuando le iban a enterrar! ¿Qué pensar de todo esto?



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