Automotriz

España se afirma como imán para la inversión de las automotrices

2016-08-08

La industria automotriz española está atrayendo miles de millones de euros en nuevas...

Por VÍCTOR MÉNDEZ-BARREIRA, The Wall Street Journal

La industria automotriz española está atrayendo miles de millones de euros en nuevas inversiones, un aliciente para una economía que aún está en recuperación tras años de recesión y alto desempleo.

Las alemanas Volkswagen AG y Daimler AG han incrementado recientemente su capacidad de producción en el país, alentadas por leyes laborales flexibles y una amplia red local de proveedores de partes.

“España no puede competir con Europa del Este, pero sigue siendo más barata que Francia o Alemania e igual de competitiva”, dice Joachim Hinz, director de planificación financiera de Seat, una marca que Volkswagen compró al gobierno español en 1986.

El país no ha tenido una automotriz de propiedad local desde entonces. Sin embargo, se ha convertido en el segundo mayor fabricante europeo del sector detrás de Alemania, y el octavo mayor del mundo.

El atractivo de España proviene en gran parte de las reformas laborales promulgadas en 2012, durante la crisis de la zona euro, tras la llegada al poder del conservador Partido Popular. Las reformas hicieron más fáciles los despidos de personal más antiguo por parte de las empresas y debilitaron los convenios colectivos.

“La reforma laboral nos ayudó a mejorar nuestras expectativas futuras”, asevera Hinz.

Volkswagen anunció el año pasado una inversión de 1,000 millones de euros (US$1.120 millones) en su planta de Pamplona, al norte de España, donde ensamblará la próxima generación de modelos de su línea Polo, para sumar 500 empleados a una plantilla de 4,500 personas. Los trabajadores acordaron reducir su salario por hora en 50 centavos de euro y trabajar un día adicional cada año, dijo Eugenio Duque, secretario general del comité del sindicato de la empresa.

Las empresas alemanas inyectaron 4,800 millones de euros en España el año pasado, convirtiendo al país en el segundo mayor destino de la inversión directa alemana en el exterior, sólo por detrás de Estados Unidos, según fDI Markets, una publicación especializada en inversiones internacionales. Gran parte esa inversión —4,000 millones de euros— fue a parar a la industria automotriz.

El sector automotor representó el año pasado 8,7% del Producto Interno Bruto del país, frente a 5,2% en 2005, según la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac). Emplea a 9% de la población activa de España y el año pasado produjo un récord de 2,7 millones de vehículos, de los cuales exportó 80%.

La industria tiene atributos de los que carece la mayor parte de la economía española. Eduardo González, director general en España del fabricante de autopartes alemán Continental AG, elogia a los proveedores “muy especializados” del país, así como un entorno de “trabajadores cualificados y acuerdos laborales muy flexibles entre sindicatos y proveedores para responder a la demanda sin recurrir a despidos”.

Los proveedores locales fueron un factor importante cuando en 2014 Ford decidió cerrar su planta en Genk, Bélgica, para trasladar la producción de los modelos Mondeo, Galaxy y S-Max a Valencia. Ford planea invertir 2,300 millones de euros hasta 2020 en su fábrica en esa ciudad, que ha pasado a ser la mayor de la compañía en Europa. “Los proveedores son un contribuidor importante al éxito de nuestras operaciones en Valencia”, señaló Linda Cash, vicepresidenta de manufactura de Ford en Europa.

Gestamp Automoción SA es el mayor fabricante español de componentes de autos, produciendo parachoques, cajas de pedales, chasises y otras partes en 20 países. Se prevé que registre un crecimiento de 7% en 2016. Trabajar con diversas compañías “ha hecho que nuestra red productiva sea muy diversa”, a la vez que “ha favorecido la innovación y el desarrollo en técnicas productivas”, dice Francisco José Riberas Mera, presidente ejecutivo de la compañía.

Daimler tiene en la ciudad vasca de Vitoria, al norte de España, su segunda mayor fábrica de furgonetas del mundo, donde produce la línea Clase V y el Mercedes Vito. Daimler ha invertido 1,000 millones de euros allí desde 2012.

La estadounidense General Motors Co. y la francesa Renault SA también han establecido una importante presencia en España.

Sin embargo, la parálisis política que lleva meses está proyectando una sombra sobre el futuro de la reforma laboral. Los votantes españoles fueron dos veces a las urnas en seis meses y ningún partido ha sido capaz de ganar una mayoría definitiva. Puede haber una tercera elección si el PSOE, de centro izquierda y el centrista Ciudadanos deciden bloquear el intento del Partido Popular por formar un gobierno de minorías. Las dos mayores fuerzas de oposición de España, el PSOE y la coalición de izquierda Unidos Podemos, hicieron campaña sobre la base de la derogación de la reforma laboral, que dicen que socavó los derechos de los trabajadores.

Después de años de sufrimiento desde el inicio de la crisis de la zona euro en 2008, el PIB de España creció 3,2% en 2015. El desempleo, aunque lejos de su máximo de 26% en 2013, aún afecta a cerca de 20% de la fuerza laboral. La economía todavía es más pequeña de lo que era hace ocho años.

Si bien la mano de obra barata ha atraído inversiones y también los empleos de otros países más caros al norte del continente, no es una solución a largo plazo, sostiene Sergi Basco, profesor de economía de la Universidad Carlos III de Madrid.

España tiene que “alcanzar un consenso sobre cómo incrementar la formación de sus trabajadores”, dice Basco. La tarea “no va a ser fácil”, agrega.



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