La Visión del Bucanero
Delincuentes ancestrales
Grumete Exigente
"La delincuencia es un problema que viven todas las personas día a día,
y actualmente es el problema que más sucede en el país"
En todos los países existen delincuentes que no necesariamente están relacionados con el Gobierno y por principio son combatidos eficientemente por los cuerpos policiacos administrados por tales gobiernos.
Los delincuentes no tienen una causa honorable que perseguir, actúan por instinto, por su esencia delictiva, en donde no cabe razonamiento congruente alguno. En este país, por carencia de una verdadera autoridad profesional, los delincuentes han proliferado, gracias al crimen organizado, el cual los recluta como animales depredadores que huelen el alimento y sin medir consecuencias se lanzan a obtenerlo, no importa el tamaño que tenga la víctima y el grado de riesgo que representa. Desprecian su vida y la de los demás.
Esta parte de la sociedad no tiene remedio y en bien de la armonía de la misma habrá que exterminarla en su momento, sin ningún miramiento y sin compasión. No acepta corrección alguna en su forma de ser, son infelices si no delinquen.
Su mentalidad afectada puede dañar a cualquiera, son como los animales salvajes que erróneamente se pretenden domesticar y a la larga se vuelven contra quién los educa y les da de comer.
Esta condición del victimario la conoce perfectamente quien lo juzga y califica su falta, sin que falla alguna en el proceso judicial lo exima del delito cometido, por lo que invariablemente será recluido para que no haga daño a más personas y si existiera “la pena de muerte” podría ser sentenciado a ella. Situación controversial que por un lado acepta el beneficio que se le hace a la sociedad y por otro lado no acepta la condición de victimario que el gobierno adquiere al impartir la justicia.
El operario (juez, ministerio público, agente policiaco) que ignora la magnitud de la falla: está coludido o recibió línea, fue amenazado y tiene miedo, su cobardía lo hace curarse en salud y/o vendió su integridad.
Algunos de los delincuentes menos dañados aceptan ser tratados psicológicamente y se esfuerzan por cambiar sus hábitos.
Han digiriendo las causas que los provocan al hurgar en el fondo de sus conciencias y podrían tener una segunda oportunidad, después de una o varias evaluaciones, a fin de reincorporarse a la sociedad.
Esto sucede en algunos países avanzados en el trato y combate a la delincuencia. Esto en México, no existe por varias razones:
Los costos de este tipo de casos son muy altos, si son efectuados por gente especializada que no acepta soborno, ni se somete a una tutela política.
Al entrar en el área psicológica, es posible que una gran mayoría de políticos requieran más este tipo de servicios, buscando ser alineados gratuitamente, situación que estaría en contra de la doctrina y perversidad del sistema.
Aunque existe el recurso económico, el gobierno prefiere tenerlo en su caja chica, porque no confía en el buen uso que se le dará a estos recursos, simplemente porque cree que todos son de su condición (corruptos, iguales a ellos) o porque creen que no vale la pena gastar en gente de desecho.
Si se ponen los recursos en manos de algún recomendado es para que manipule el propósito y use los recursos como dadiva personal.
Entonces este tipo de delincuente ahí está, igual que siempre, si aparece un abogado bien relacionado, conseguirá su libertad para volver a delinquir.
Otro tipo de delincuente es el delincuente menor, nada confiable que ocasionalmente se mete en problemas y normalmente es capturado. Algunos tienen un amigo “judas” que los ayuda a cambio de pequeños favores, unos como “oreja” y otros como proveedor de chueco y droga. Este tipo de delincuente forma parte del cuerpo institucional del gobierno y a veces con mucha suerte se incorpora al grupo de servicio de algún político. En estas circunstancias pudieran adquirir su causa honorable, adhiriéndose a la causa del político que lo acoge.
Quizás el delincuente más peligroso es el que tiene la cepa de líder, tiene preparación o dejó truncada alguna carrera, es autocrático, arbitrario, sanguinario, carismático y tiene el aspecto amedrentador que le interesa proyectar (imagen muy parecida a Donald Trump).
Como líder de una célula delictiva tiene bien estructurada la delegación de autoridad para la sucesión del poder. Está consciente que puede ser capturado y victimado, ya sea por la autoridad o por algún competidor, por lo que se esmera de no seguir una rutina que delate su ubicación, es exigente con la lealtad que espera de sus subordinados y es cruel con los que le fallan.
Son de altos vuelos, teniendo relaciones comerciales con líderes de la delincuencia organizada de otros países.
Tienen fondos en bancos del extranjero, usan varios “alias” con pasaportes oficiales, ilegalmente conseguidos. Sus relaciones son de lo mejor (excelentes) con ciertos personajes del Gobierno, al grado de tener algunos “nombres clave” en su nómina.
Asisten a fiestas particulares exclusivas e incursionan en múltiples giros delictivos, como pueden ser:
El manejo de sindicatos corruptos.
Algunos puestos importantes de las policías.
El robo planeado a Bancos.
El negocio de la droga.
La trata de blancas y niños.
El negocio de los secuestros.
El asesinato por mandato.
El trasiego de droga entre productor y distribuidor.
La comercialización y el trasiego de combustible.
La custodia de productos sin permiso de importación.
Los asaltos al transporte carretero y de Ferrocarril.
La ocupación de predios y casas abandonadas.
Algunos puestos del gobierno. Desde Presidentes Municipales hasta Gobernadores.
Realmente es el sector delictivo a combatir, el que se estableció por necesidades del Gobierno para manejar sus perversidades y hecho fuerte por la protección que le ha proporcionado el Capo del sistema.
Eliminar este sector está en ruso y solo con un centro de inteligencia y un cuerpo de choque independientes que no dependan del gobierno, se podría inhibir la intervención del poder (como sucede en otros países: el FBI, CIPOL, M160), pudiéndose tener resultados positivos.
Por mientras se ha impuesto un nuevo sistema penal populista, se están creando leyes, reglamentos, procedimientos, puestos judiciales, comisiones hibridas con representantes civiles y de Instituciones gubernamentales, cuyas funciones se están creando o ya existen (manejados por elementos supuestamente entrenados, pero del mismo origen corrupto y servicial), para seguir engañando, inventando, manipulando y sorprendiendo a la opinión nacional e internacional.
Podríamos suponer que se requieren varias cabezas (más de cinco) honestas, protegidas, valientes y activas en la cúpula del Gobierno que pudieran emprender una campaña moralizadora, renacentista, en donde las fuerzas armadas serían el apoyo principal. Fuera guaruras.
Mientras se siga soportando el sistema político perverso, implantado por el partido hegemónico, el país seguirá sujeto a las costumbres corruptas, fomentando: la pobreza, la pésima educación, lo mal hecho, la falta de exigencia, violando consistentemente los valores humanos y naturalmente “La Constitución”.
Pudiera ser el momento de cambiar a un sistema parlamentario, en donde solo existieran dos bandos: la derecha y la izquierda, los conservadores y los liberales, los prudentes y los audaces, los pragmáticos y los populistas, así como exponer directamente ante el pleno a un primer ministro con facultades esenciales. Todos ellos preparados y educados que:
Sancionaran: el populismo, la mentira, la deshonestidad, el cohecho, la improvisación, la aventura, el nepotismo, el cinismo, lo mal hecho, la solución a la mexicana.
Fomentaran: la responsabilidad, el honor, el buen manejo del idioma, la verdad escondida, el conocimiento, el compromiso, la puntualidad, el valor, la ética, la excelencia, la prudencia.
Reconocieran: el esfuerzo personal, las virtudes, el sacrificio, la humildad, la dedicación, la planeación técnica y el propósito de servir a la nación, velando por el bienestar de la población mexicana.
Si fuéramos algo exigentes, los dirigentes que hemos tenido no hubieran calificado al puesto, simplemente porque irresponsablemente han estado coludidos con el crimen organizado (tanto interno como externo). En su momento abrieron la puerta, creyendo que podían cerrarla cuando quisieran, ¡craso error!, esa puerta se abre del lado de ellos, por eso tenía candado (ética conductiva). El que se relaciona con el crimen organizado es un delincuente.
Por mientras, la sociedad tiene que seguir aguantando hasta que se arme de valor y de plano se oponga a todo lo que esté mal hecho y se decida a participar y colaborar, exigiendo una administración más técnica, al través de: una selección detallada de información útil, el análisis profundo y lógico de problemas evidentes, la evaluación detallada de alternativas de solución, la identificación de problemas potenciales, las acciones contingentes respectivas, la planeación priorizada de acciones y la selección del cuerpo ejecutor capacitado, con autoridad, supervisión y control.
JMRS